Capítulo 5: Los chicos de la banda.

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Respiré ruidosamente. Traté de asimilar todo esto y deje que Michael siguiera hablando.
-Fui hablar con él. Lo lamento. No debí perder el control de esa manera y espero que me perdones. Tu no sabías nada y no es justo que eso nos genere problemas. -Lo pensé por unos momentos. Todo esto pasó porque yo no sabía quién era y él tampoco me conocía... Si él hubiera sabido que soy la novia de su mejor amigo no hubiera dicho esas cosas morbosas de mí.
-Esta bien, Mike, te perdono. -su cuerpo se relajó y trató de besarme. Lo detuve.- Con una condición: quiero conocer a los chicos de tu banda. -él perdió el color de su cara, se veía casi transparente.
-No, no puedo hacer eso. -respondió con la voz temblorosa.
-Me dejaste preocupada desde las 9:00am y no he dormido nada por esperarte. ¡¿Ya viste que hora es?! Es la 1:00 de la tarde. Te espere 4 putas horas. -tome aire y sentí ganas de apuñalarlo. Al contrario de ese pensamiento, le seguí gritando- ¡¿No quieres que ese incidente te cause problemas?! No; así que levanta tu trasero de esta cama, arreglate y haz algo de desayunar porque nos vamos a la casa de tu banda. -fruncí el ceño como nunca se lo había hecho. Él asintió, me besó y sacó ropa para los dos.
-Y espero que todos los miembros estén ahí cuando lleguemos. - el asintió y fue directo a la cocina para preparar el desayuno. Me levanté de la cama y fui al baño a prepararme la tina; definitivamente necesitaría un baño de burbujas para relajarme. Llené la bañera, me amarré mi enmarañado cabello rojo en una coleta alta en la parte trasera de mi cabeza y me sumergí en ese remolino de agua enjabonada y sales de baño. Cerré los ojos.
La puerta se abrió.- ¿puedo tomar un baño contigo, Julie? -Escuché decir a Michael detrás de la puerta. Lo pensé por unos minutos, ¿qué más da? Asentí y abrí los ojos justamente en el momento en el que su pantalón voló por los aires seguido de sus boxers negros. Se acercó tímidamente y me pidió permiso con la mirada, yo me hice a un lado para indicarle que entrará. Entró y me cargó para ponerme encima de él, encima de sus piernas y bueno, otras cosas. Me sonrojé. Él me beso la cabeza.
-Te amo, Julianna. -hizo una pausa para desamarrar mi cabello- Eres tan bella, tan perfecta. -mis mejillas se tornaron de un color violeta rojizo. ¿Qué me estás haciendo, Michael?- Con está belleza tan exótica que tienes, tengo miedo que bajen de los cielos a reclamarte como suya, como un ángel perdido que por casualidad tropezó conmigo para indicarme mi perdición al enamorarme de sus ojos enormes y de ese cabello tan salvaje.
-Michael, para, haces que me sonroje.
-Ese es el punto -Me besó en los labios; la pasión era tanta que gemí. Profundicé el beso.
-Julianna, tenemos que estar con los chicos. -paró el beso. Mordí mis labios.
-Podemos llegar un poco tarde, nadie lo notará. -Coloqué sus manos en mis pechos desnudos, el juego empezó.
-Nadie lo notará -repitió mis palabras colocando mi mano izquierda en su miembro erecto. Sonreí, me gustaba éste juego.
El agua de la bañera era casi nula cuando mi hombre terminó con un gemido pocos segundos después de que yo lo hiciera.
-¿Cuanto tiempo tenemos, Michael? -le pregunté jadeando mientras abría ls regadera. Mi cabello quedó lleno de jabón.
-¿Para llegar temprano o elegantemente tarde?
-¿Temprano? -pregunté con cautela. Pasé mis manos por mi cabello para retirar todo la espuma, merde.
-15 minutos, te espero en el comedor. Calentaré el desayuno que te hice con amor desde hace media hora. -tomó una toalla y la enredo en su cintura saliendo del cuarto de baño. Terminé de enjuagar mi cabello y mi cuerpo y me enrede en dos toallas. Miré mi cara en el espejo: radiante. Sonreí para mi reflejo y salí. Tomé la ropa que Michael me había dejado encima de la cama: leggins negros, playera blanca con unas letras al frente y un suéter negro largo y sin botones. Nada mal. Indagué en mi mochila de la escuela para sacar ropa interior, que al parecer Michael (quiero creer) que olvido sacar. Ya vestida salí al comedor para encontrarme con el cereal y la leche a lado de un plato en frente de michael. Sonreí. Súper desayuno. Comí hecha un rayo y salimos con 5 minutos de retraso.
Jack nos dejo justo en la puerta con la indicación de quedarse fuera por si queríamos regresar pronto. Michael no tenía mucha fe en ésta visita. En la puerta principal tembló un poco al sacar las llaves y al entrar estaban dos chicos rubios, ¿Y Calum? Confundida entré a lado de mi novio que le sonrió sus amigos y me presentó comp su novia formal. Mi corazón se ensanchó.
-¿Y Calum? -preguntó el pelirrojo a el rubio alto, que ahora dé que es el que le había estado llamando: Luke. Éste se rasco la nuca y señalo arriba. Un golpe sordo se escucho de arriba de las escaleras y una puerta se abrió. Michael me acercó a él. Una voz femenina se escuchó y varios pasos bajando las escaleras le hicieron compañía. Baje la mirada. Esto era incomodo y mi acompañante no me dejaba de apretar contra él. Un moreno bajo seguido de una rubia chichona con sus tacones en la mano que puso cara de asco al verme ahí parada. Calum, sorprendido sacó su celular y verificó la hora.
Calum.
-¿No era un poco más tarde? -volteó a ver a la rubia.- Lo lamento, te tienes que ir. -Mierda, mierda. Julie. Julie está aquí parada. Me rasqué la nuca.
-Hola. -dije con voz temblorosa. Ella apartó la vista.

Malos Hábitos. (c.h./m.c.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora