Deje la moto de Ashton tirada en medio de la acera sin importarme si la había apagado. Entre hecho una furia a la casa buscando a ese estúpido. ¿cómo se atreve? Pase de la sala al comedor sin encontrar a nadie. Escuche unos gemidos salir de la planta de arriba. Gruñí. No lo podía creer; primero habla de mi Julie como si fuera la única y ahora está cogiendo como si no hubiera un mañana. Subí las escaleras de dos en dos siguiendo el sonido de esa perra gritando el nombre de mi "amigo". Abrí la segunda puerta del pasillo por el que iba y me encontré a Calum de espaldas agarrando las caderas de una rubia agachada en frente de él, la cual era la que gritaba sin cesar de una manera exagerada. Entre al cuarto, ellos aún no me habían visto. Lo volteé y la única cosa que supe fue como mi puño conectó con su mandíbula y bueno, la rubia dejo de gemir.
-Vístete y te espero en la sala de estar en 15 minutos. -señale a su chica de moral ligera, quién se estaba cubriendo con las manos- la quiero a ella fuera de esto. -apreté mi mandíbula y baje a la cocina para tomar un vaso de agua. Ese maldito. Respiré profundo, tenía que tranquilizarme antes de hablar con él, si no, seguramente terminaríamos en el hospital y no quiero preocupar a mi Julie. Una lágrima cayó por mi mejilla. No la quiero perder. Es todo lo que tengo, la única que he amado de esta manera. Me limpié y puse mi mierda junta. Hablaríamos como hombres. Volví a respirar profundo y camine hacía la sala de estar. Me senté en el sillón de una sola plaza, subí mis pies en la mesita de centro y cerré mis ojos. Escuché dos pares de pasos bajar por la escalera y una voz aguda.
-No me puedes correr de está manera -dijo la chica molesta- ¿Prefieres a ese calvo que a mí?
-No le digas calvo y por favor vete ya. -las voces se hacían cada vez más fuertes a medida que se iban acercando a dónde yo estaba- Te llamaré o algo, y te juro que eres importante, pero no tanto como él. -Calum estaba diciéndolo con una voz tan monótona que hizo que mi ira regresará. ¿Y si hace eso con Julie? No podría soportarlo. Un dolor cruzó mi pecho. No la puedo perder. La puerta de entrada se cerró y un chico moreno apareció en el marco de la puerta de está habitación. Él tenía sangre cayendole por la nariz mientras que se agarraba la mandíbula y me veía resentido.
-¿Ahora que hice, Michael? -me dijo enojado- ¡¿A quién carajo me cogí para que te enojarás de esa manera?! ¡¿A tu madre?! Pareces cavernícola. ¿Qué no podemos hablar como personas comunes?
-Lo peor es que ni siquiera te la cogiste, Calum, sólo me bastó oírte decir cosas de ella. -Apreté mis puños, otra vez. Gruñí.- Te quiero lejos de ella. No quiero que la busques, no quiero que tengas nada que ver con ella. Ella ya tiene dueño.
-¿De quién hablas? ¿De la rubia que se acaba de ir? -sonrió con arrogancia- Te la puedes quedar, no hace tan buenos bj. -se rió y me hizo enojar aún más- a demás de que no tiene unas tetas tan grandes. No es mi estilo.
-No hablo de ella, imbécil. -junté todas mis fuerzas y dije- Julianna, la pelirroja que te dijo idiota afuera del bar el otro día.
-¿y tú cómo la conoces? -estaba anonadado. Me pase las manos por el cabello repetidas veces antes de contestar.
-Ella es mi novia -respire profundo, cerré los ojos y espere a que contestará.
-Oh -fue todo lo que dijo, así que me dediqué a ver sus expresiones. Estaba pálido. Mi respiración se normalizó y parte de mi ira se esfumó. Esta arrepentido. Le sonreí.
-Sólo promete que no te meterás con ella, ¿si? -él me devolvió la sonrisa. El color regreso a su cara.
-Claro, Michael. -Me levanté del sillón, me despedí de Calum y me propuse regresar a mi departamento para explicarle todo este lío a Julie.Calum.
Me despedí de mi mejor amigo sabiendo que le acabo de prometer dejar de buscar a la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Suspiré. ¿Cómo iba a hacer eso? Digo, es mi amigo y todo, pero he tenido siempre una debilidad cegadora por el sexo opuesto. Me levanté del sillón y con una mano en la manija de la puerta de entrada decidí que no quería lidiar con mis padres en este momento. Subí las escaleras y pase los cuartos de los otros tres miembros de nuestra banda y llegue a la última. Me acosté en la cama que había en el centro de la habitación. Tengo que respetar la relación de mi amigo, no puedo conquistar a alguien que ya tiene dueño. Cerré los ojos y una imagen de Juliana pasó por mi mente. Esos pechos. Mi mano viajo a mis pantalones, desabroché el botón de estos y me detuve. No puedo hacerle esto, pero tampoco podía quedarme aquí. Me levanté y tome las llaves de mi auto. Conduje media hora hasta el bar más cercano. Me senté en la barra, pedí un whisky y divise a una morena de poca ropa que me observaba a lo lejos. Le sonreí. Se acercó y no pasaron más de 15 minutos cuando estábamos cogiendo en mi auto. Cuando un grito agudo de su parte me indico que había terminado, la saqué de mi auto y me dirigí a otro bar para repetir el proceso. Ya iba por el cuarto bar y sabía que no podría sostener una erección. Entre a éste bar y una pelirroja tetona estaba muy interesada en mí. Si la llevo a la casa de la banda me daría más tiempo para reponerme y darle duro. Le invité un trago y con tan sólo decirle que soy famoso aceptó subirse a mi auto. Ya en camino, mi mano se paseo por su cuerpo, sobretodo su entre pierna, para entrar en calor.
Llegamos a la casa y para perder menos tiempo la lleve en brazos a mi habitación y sólo le baje los pantalones; hice que se inclinara en frente mío mientras yo me desabrochaba.
-Julianna -dije mientras entraba en ella.
-Mi nombre es Nicole, pero puedo ser quién tu quieras, corazón.
Al terminar le pedí un taxi. No puedo creer que le dije Julianna. Al verla irse por fin entendí que todo esto no terminaría hasta conquistar a esa pelirroja.
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Malos Hábitos. (c.h./m.c.)
Hayran KurguTodo pasó tan rápido. No me importó hacerle daño, hacerme daño. Él fue lo que pasó. Él fue la gota que derramó el vaso. CH. MC.