Capitulo 8°

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El polvo cubría su ropa, estaba agotado.Sinceramente, aún que Sans estaba muy feliz de encontrar a su hija, también estaba preocupado, ya que, era una boca más que alimentar y alguien más a quien vigilar, de ahí, su cansancio, llevaba un pesado costal de lona en la espalda, había cazado más monstruos de lo normal y por lo tanto también tenía la magia un poco más alterada de lo normal, su cuenca rota tenía ese intimidante círculo naranja, prueba de su locura y su dolor.

Realmente tenía muchas cosas en la cabeza, aún estaba asombrado por el echo de que Aliza tenga control sobre la magia también y aún así conservar una increíble resistencia física, aún más que la de su amada esposa, a diferencia de los monstruos que manejaban la magia y gracias a eso sus cuerpos eran más débiles y los humanos todo lo contrario. También estaba Flowey, el no cruza a Snowdin, pero no sabe lo que será capaz de hacer si se entera que otro humano- decidió no pensar en eso, eso no pasaría, mantendría a Aliza lejos de ciertas zonas de Waterfall y la capital, y tendría, por más que no quisiera, pensar en una forma de decirle y enseñarle de dónde realmente venía la comida.

"Tienes que ser frío para sobrevivir en este mundo"

En un segundo apareció en la sala de su casa, busco con la mirada a Aliza y la encontró profundamente dormida en el sofá, su corazón se encogió ante la imagen, algo tan puro tenía que ser protegido a toda costa sin importar el precio.

Ocultó todos los restos de monstruos en el refrigerador y subio a su habitación, su magia estaba muy inestable en este momento y necesita descansar, aún que es muy probable que no duerma, todas las noches son así desde que ella se fue...

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A la mañana siguiente, Papyrus despertó primero que los tres, levantandolos a gritos, en contra de su voluntad.

-Buenos días - saludo Sans al llegar al piso de abajo.

-Buenas - respondió Aliza y le dió una mirada de reprimenda a su padre, el mencionado se disculpó con la mirada a la vez que se sobaba el cuello, en efecto no había dormido nada.

-EL DESAYUNO ESTA LISTO - exclamó Papyrus colocando una asquerosa revoltura enfrente de Aliza y Sans.

La joven humana miro con asco su plato, de pronto la idea de morir de hambre no sonaba tan desagradable. Sans, al observar a su hija recordó que, a pesar de todo seguía siendo solo una niña de 15 años; mientras su mente divagaba en posibles formas de evitar que 'Liza se enfermara del estómago no se percató de cierto insecto que se acercaba volando.

En cuanto sintió la más ligera presión en su hombro se giró brusco y de un manotazo apartó a la delicada e inofensiva criatura, busco con la mirada hasta que la encontró en el suelo.

-¡Rubí! - y sin pensarlo dos veces Aliza se paro de su asiento y se acercó con cuidado a la pequeña mariposa que ahora reposaba malherida en el piso.

Sans y Papyrus la miraron extrañados por su comportamiento, ¿Por qué se preocupaba tanto por un insecto? Y es que, por una razón que ni la misma humana comprendía, sus ojos estaban al borde de las lágrimas mientras intentaba tomar a la pequeña criatura en sus manos analizando la con la mirada una y otra vez, había una sensación en particular que le transmitía ese animalito, tal vez curiosidad, lastima, preocupación, empatia o, tal vez y solo tal vez un sentimiento de familiaridad inexplicable e irracional desde su punto de vista.

-Aliza

Serró los ojos con fuerza, intentando encontrar el porqué de esos sentimientos y enfocándose en ellos, escarbando en lo más profundo de su memoria... Intentando averiguar qué relación tiene con esa mariposa roja escarlata.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2022 ⏰

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