Capitulo 3°

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La castaña abrió los ojos con algo de dificultad, estaba algo oscuro y al levantar la vista para ver el agujero por el que había caído, una tenue luz que entraba por este le indicaban que era de noche

Al levantarse observo el lugar como pudo, su mala vista no ayudaba para ver en la oscuridad, y se volvió a poner su mochila al hombro, solo había un no tan pequeño problema, y es que a causa de la caída su botella de agua se había roto, por lo tanto derramó toda el agua en las flores secas en las que la castaña había caído. Tenía que salir rápido por qué el no haber comido bien en días no ayudaba a la situación, además las frutas que tenía en su mochila no durarían más de una semana pasando hambre, si es que no se moría de sed antes.

Una cosa la tenía clara y es que no podía salir por dónde vino ni tampoco ver en la oscuridad, a si que simplemente llegó a la conclusión de que sería mejor dormir hasta que los rayos de sol que entraban por la cueva le permitieran ver mejor su entorno

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Aproximadamente las 8 de la mañana, o al menos eso parece por la luz que entra por el agujero y Aliza apenas estaba despertando

Con algo de impaciencia, se levantó de su lugar, agarro su mochila y con toda la esperanza de vivir que pudo juntar comenzó a caminar hacia lo que parecía el único camino de salida, por un momento pensó en quedarse dónde estaba ya que toda la estructura se veía vieja y se estaba cayendo a pedazos, todo el lugar estaba en ruinas, había algunas antorchas encendidas y la mayor parte apagadas, incluso tenía la sensación de que si hacía mucho ruido toda la estructura se vendría abajo

Comenzó una caminata silenciosa, y entro a otra especie de cueva, había un niño o niña, sentado de espaldas, con una especie de bufanda que revoloteaba ¿Cómo lo hacía? Era prácticamente imposible por la falta de corrientes de aire allí adentro, se acercó a paso silencioso, le tranquilizo el saber que no era la única aquí abajo

-Hola, emm, oye pequeño, ¿Cuánto tiempo llevas ahí? - dijo tímidamente a unos metros del infante

Inmediatamente se arrepintió de haber articulado palabra alguna cuando al niño se dió la vuelta. Era una niña, en realidad, tenía un suéter verde con una raya amarilla y un pantalón café acompañado por botas de un café más oscuro, pero lo aterrador aquí era que estaba en descomposición, se podían ver músculos y gusanos saliendo de todo su cuerpo, era realmente desagradable y asqueroso

-Cientos de años - contesto el cadáver en putrefacción con una sonrisa "triste"

-¿Q-que eres exactamente? - Aliza se golpeó mentalmente por su tartamudeo temeroso, todo su cuerpo estaba tenso, listo para salir corriendo por el pasadiso de enfrente si esa cosa, fuera lo que fuera intentaba algo sospechoso

-Oh, ¿Dónde están mis modales?, yo, soy Chara - hubo un silencio incómodo por unos momentos antes de que Chara decidiera hablar al ver que la castaña no se atrevería a hablar - No me digas, acabas de caer, pobre criatura - dijo juntando sus manos fingiendo preocupación y antes de que Aliza alcanzara a hablar el demonio se adelantó - Pues claro que es así, mira pequeña, déjame explicarte cómo son las cosas aquí abajo, si continúas avanzando los monstruos te intentarán matar, sin escepción alguna - Chara sonrió aún más al ver la cara de la muchacha, pero está no se percató, todo estaba saliendo según lo planeado, así que se acercó flotando un dirección a Aliza, ella en un acto reflejo, arrugó la cara por el olor que este desprendía - Pero tranquila, te ayudaré, lo único que tienes que hacer es dejarme entrar en ti para decirte lo que tienes que hacer

Aliza lo pensó por unos momentos, ¿Por qué debería confiar en ella? Algo le decía en lo más profundo de su ser que se negara y siguiera por su cuenta

No me olvides (Axetale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora