Heidi y Pedro, hacia la madurez (romance lemon)

Capítulo 2. Heidi Creció

Desde que supo de Niebla, Pedro volvió a visitar a Heidi con la excusa de ir a los prados con Juan, realmente le preocupaba que la partida de Clarita, sus amigos, y la falta de Niebla, la tuviesen demasiado triste, y en efecto, Heidi estaba más callada de lo normal, con su mirada perdida en algún lugar. Pedro convenció al abuelo de permitirle mandar a Nube con ella y funcionó, era el único por el que realmente parecía volver a ser ella misma.

Con el cambio de estación Heidi tuvo que volver a cambiar toda su ropa, al parecer estaba creciendo más rápido de lo que se estaba dando cuenta, pero el otoño fue corto, la nieve cayó antes de tiempo, y terminaron volviendo a la casa del pueblo. Y aunque Pedro a veces se quedaba allí, la muchacha casi no lo veía, pues la usaba de paso, generalmente estaba trabajando fuera, de visita con su madre y abuela o presumiblemente con Erika... Heidi lo veía sólo de vez en cuando y de pasada, por lo que cuando las clases iniciaron nuevamente, el reencuentro con sus amigos la llenó de alegría.

-¡Heidi creciste mucho!-Le dice Violeta, poniéndose de pie junto a ella- ¡Estás más alta que yo!

-Pero si todos nosotros ya te pasamos -responde Juan, haciendo estallar en risa al grupo

El invierno siguió avanzando, y compartir con sus amigos se hacía muy grato para esos días de frío. A Andrés le habían regalado un ajedrez y les enseñó a jugar ajedrez y damas con él, pero casi todos se aburrían con el ajedrez, salvo por Heidi, que era la única que permanecía concentrada sin rendirse, aunque nunca logró ganarle. Sería el último año de clases de Violeta, por lo que aprovechaban al máximo de compartir juntas, además de Clarita, ella era su única amiga. Una de esas tardes, Santiago que también había pegado un "estirón", le pidió conversar a solas. Caminaron a un parque por ahí cerca, cubierto completamente en nieve.

-No sé cómo decirte esto-sonroja-, verás... desde hace mucho tiempo, yo... tú... - enmudece, mira al cielo, y de pronto le toma las manos, ella lo miraba colorado pero lo que siguió la sorprendió completamente-...Tú... Tú me gustas Heidi- se sonroja-... ¿Te gustaría ser mi novia?

Era la primera vez que Heidi sentía que la dejaban de mirar como una pequeña niña, sonrojó y asintió. Santiago dio un salto de alegría y la abrazó, entonces caminaron de la mano hacia la casa de Heidi, la volvió a abrazar, luego beso tímidamente la mejilla de la joven y se alejó corriendo del lugar, ella seguía de pie en la puerta cuando notó a Pedro, Petrificado cerca de ella.

-¿Por qué te besó Santiago?-su cara era irreconocible

-Porque es mi novio-dijo simplemente la muchacha y entró corriendo a casa a contarle al abuelo, con Pedro detrás-... Abuelito, Santiago me ha pedido que sea su novia y yo he dicho que sí- Nube comenzó a ladrar mientras ella bailaba contenta

Esa noche, mientras dormía, tiene una pesadilla, un dolor anormal en su barriga y de pronto despierta con la cama húmeda y muchísimo dolor, levanta la sábana, una mancha de sangre y grita horrorizada pensando que estaba muriendo, Pedro y el abuelo corren a verla, pero la muchacha grita aún más fuerte echando a Pedro del lugar

-Hijita, eso es señal de que ya eres una mujercita-la abraza y besa su cabeza-, pero no soy yo quién debe explicarte esto, le pediré a Pedro que llame a Brígida

Pedro corrió a buscar a su madre, y en menos de lo que se podría haber esperado, ella estaba con Heidi, le explicó de la luna y la mujer, de cómo cuidar su higiene durante ese tiempo, y trato de ser lo más simple posible con sus explicaciones para que la chica entendiera, le indicó que mientras no estuviese con ningún muchacho, le ocurriría todos los meses a contar de ahora, como señal de que ese mes no habría bebé, ya que cuando un hombre y una mujer tenían demasiada cercanía o intimidad, venían los embarazos y los hijos.