capitulo 11

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los últimos dos días desde aquel primer beso y la noticia del rey, el palacio a sido un completo caos, todos los sirvientes, soldados y demás  personas del palacio han estado cooperando para los arreglos de la boda real, incluso Yoongi y Jimin se vieron obligados a ser participes de aquel revoltijo.

 debido a tan transcurridos días, el rubio y su criado no han tenido mucho tiempo de verse y mucho menos de tener un momento a solas; así que todos esos sentimientos nuevos y comportamientos íntimos entre ambos se han pausado.

—demonios necesito detenerme un momento.

Yoongi quien ya llevaba mas de tres horas sentado separando peticiones del pueblo y felicitaciones hacia el rey, se levanto sintiendo como sus glúteos estaban completamente entumecidos y sus piernas se negaban a responder correctamente. 

—por un demonio, ¡duele!.

—¡majestad!— Jimin con una enorme sonrisa en sus labios corrió dentro del salón hasta quedar frente a un adolorido  Yoongi — uh...¿se encuentra bien?.

—perfectamente— respondió haciendo caso omiso al horrible hormigueo de sus piernas — ¿Qué haces aquí?.

—lleva encerrado en este lugar todo el día y supuse que tenia hambre — volvió a sonreír haciendo desaparecer sus ojos — lamentablemente las cocineras no pudieron atenderme, así que le traje estos dulces de arroz.

Jimin extendió la pequeña cajita entre sus manos, Yoongi la tomo rozando con delicadeza las manos opuestas y sonriendo al ver que aquello había Afectado al menor.

—muchas gracias.

—no es nada, buen provecho.

Jimin se dio la vuelta dispuesto a irse, así que Yoongi deposito la caja sobre la mesa y corrió hasta la puerta cerrándola bruscamente con una de sus manos.

—¿uh?  ¿Qué hace?—el pelirrojo miro con confusión.

—¿piensas irte enseguida?.

—solo venia a traer los pastelitos....

—estos días me haz dejado solo todo el tiempo — frunció los labios — se supone que mi criado debe estar a mi lado todo el tiempo.

—eso es, por que esta ocupado y yo también...

Jimin trato de reprimir una sonrisa al ver la tierna manera en la que su principal se comportaba.

—dijiste que harías lo que yo quisiera, entonces quédate aquí conmigo.

el bajito asintió como respuesta y rápidamente busco un lugar donde sentarse, Yoongi complacido hizo lo mismo y deslizo la tela que cubría la caja, dejando ver unos deliciosos pasteles de arroz que hicieron rugir su estómago.

—¿quieres?— ofreció Yoongi y el menor hizo un gesto de negación.

—come, antes de que se enfríe.

Con rapidez llevo un pedazo del pastel a su boca y se deleitó degustando el sabor de este; no sabía que tenía tanta hambre hasta ese momento.

—delicioso — observó a Jimin que le miraba con ternura y se Reía bajito — ¿Que?.

— se ve usted muy tierno mientras come Majestad.

Río un poco más fuerte cuando el nombrado frunció inmediatamente el entre cejó.

— yo no soy tierno, no digas tonterías.

—wooa, no sabía que la realeza hablara de forma tan vulgar majestad.

Yoongi comenzaba a exasperarse, ¿Qué tanto se le complicaba al llamarme solo por su nombre?.

—cállate.

— obligeme "majestad".

Fue lo único que pudo decir antes de que su espalda chocará bruscamente contra la fria madera del lugar y el cuerpo de Yoongi quedará sobre el suyo.

—sigues usando honoríficos aún cuando pedí que no lo hicieras. — el rubio acercó su rostro hasta rozar peligrosamente sus labios — ¿Debería castigarte?

El cuerpo entero de Jimin tembló tras aquellas palabras, no sabía si era por su significado o por la cercanía de Yoongi.

—si lo cree pertinente — cerró sus ojos tras el susurró, sus narices y labios se rozaron unos segundos más antes de por fin juntarse en un hambriento y anhelado beso.

Ambos habían esperado por ese momento con desesperación, sus labios se movían al compás, sus lenguas producían  sonidos lascivos y sus manos incapaces de quedarse quietas comenzaron a explorar el cuerpo contrarío.

¿En que momento habían empezado a  desearse con tanta intensidad? ni siquiera ellos lo sabían

Los finos belfos de Yoongi se hicieron camino hasta el terso y blanquecino cuello de Jimin, dejando besos húmedos y lamiendo con descaro sobre la zona.

— Ha~.

pequeños jadeos de satisfacción comenzaban a salir de Jimin, aquella nueva sensación le gustaba, quería sentir un poco más, así que Ladeó aun más su cabeza dándole un espacio más amplio a su mayor para explorar y este sin perder el tiempo lo aprovecho dejando pequeñas mordidas en la zona.

—Yoongi — susurro jadeante.

—Jimin.

Esa voz, oh esa maldita voz tres tonos más ronca, fue el detonante de su cordura.

—no te detengas, por favor.

Amor Pasional •Yoonmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora