Somos tú y yo los fragmentos de nuestro amor que se desdibujan en cada uno de nosotros.
Fuimos aquellas medidas que se entremezclaban tan intensamente,
más fugaces que el más ínfimo instante;
que desprendían amor constantemente,
a todas horas y que finalmente convirtieron
aquellas memorias entrañables en las más padecidas.
¡Qué ideal sería amar sin dañar, ni ser dañado!
¡Qué regocijo no es correspondido en su misma medida con dolor!
¡Qué placer es tan inocuo como saber y
saber refugiarse de aquello que hace tanto daño!
¡Qué padecimiento es más inocuo que simplemente no padecer!
¿Pero no te conduce al hastío, la nula saciedad y la completa prevención?
Solo te conduce a la justa correspondencia de la nada por la nada.
Somos tú y yo, la más absurda metáfora del constante conflicto.
Y tú eres para mí,
a veces un doloroso recuerdo que a mi beneplácito se hace mosaico.
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Poemario de un hombre del mundo
PoetryUn montón de poemas ennumerados en orden creciente.