Él ha hecho fructífero su andar, en traslación,
transita impávido la existencia en su desdolido sendero.
Sus brazos son armas aparentemente inocuas
y su poderosa mandíbula
desgarra la voluntad del sedentarismo.
Él reside con el zenit perpendicular y el meridiano transversal
y mientras transcurre el pesar,
observa los falanges en sus dedos como meses en un año.
Se escucha un callado llanto en su discurso,
que se apresura a advertir el advenimiento del desconsuelo...
en su vida que se acaba pronto, la salvación es una ficción muy necesaria.
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Poemario de un hombre del mundo
PoetryUn montón de poemas ennumerados en orden creciente.