Capítulo 4

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(Narra Elena)

Bien hecho Elena... Conseguiste que Alina te llamara "zorra de mierda", que nunca te lo había llamado, ¿por qué le ataqué de esa manera tan cruel? Joder... Esto va de mal en peor.

Cuando Gabi dijo lo de la historia, me asusté, pero no quería demostrarlo.

Miré por la ventana de la caravana, y vi a un chico de pelo naranja siendo perseguido por dos o tres zombies, es imposible, ¿cómo lograron salir del instituto? A no ser... Mierda, Alina y Riccardo debieron de olvidar cerrar la verja del instituto.

Grité:

- Chicos, hay un chico que puede morir ahora mismo, tenemos que ayudarlo.

- No hace falta que te hagas la dura Elena - me atacó Alina con burla, lo que me dolió, pero me lo merecía.

Arion dijo, supongo que mirando por la ventana:

- ¡Pero si es Sol! ¡Tenemos que ayudarlo!

- Iré yo - dijo Alina.

- ¿Por qué tú? - le ataqué - ¿quién te nombró líder y cuándo?

- Si quieres vete tú, incluso te dejo mi navaja - me retó, tendiéndome el arma.

Tragué saliva, y gracias a Dios, Gabi dijo:

- Sería mejor que fuéramos más de uno, así hay más formas de salir victoriosos.

- De acuerdo - dijo Alina, y luego me miró con malicia - ¿Elena, quieres ser de esos afortunados? - odio enfadarla, puede llegar a ser la persona más cabrona del mundo.

- No, da igual.

- Tampoco te iba a dejar bajar, aunque así le haríamos un sitio a Sol - ¿acaso insinuaba que los zombies me matarían si bajaba? Bueno, da igual, no tengo derecho a contestarle.

- Ya vale - dijo Fey - bajaréis cinco, entre ellos Alina, ya que es la mejor matando zombies.

- Gracias - dijo ella - bien, creo que deberíamos ir: Adé, Wanli, Gabi, Aitor y yo.

- ¿Por qué yo no? - dijo Victor.

- ¿Quieres matar zombies? ¿Acaso sabes? - dijo ella - de acuerdo, Aitor, te quedas y va Victor en tu lugar.

- Buf menos mal - suspiró Aitor, desparramándose en la silla.

- Id rápido - dijo Wonderbot.

- Sí oso - dijo Alina.

(Narra Alina)

Estaba muy borde con Elena, y por lo tanto, también lo era con todos, aunque no me gustara, soy incapaz de estar riendo con alguien estado enfadadísima con otra.

El oso y el conejo pararon la caravana, y los nombrados saltamos. Cogí mi navaja, y dije:

- Bien, ahora, los defensas del equipo, es decir Gabi, Wanli y aunque Adé es centrocampista también, meteréis a Sol en la caravana, y Victor y yo mataremos a los zombies - luego lo miré y dije con burla - aun tienes tiempo de que Aitor baje y tú subas.

- Ni de coña.

- Bien. Pues ya sabéis. Si algún zombie se acerca a vosotros, tenéis dos opciones - les dije a los tres - correr o morir. La segunda puede ocurrir de dos formas: o corréis muy despacio, o creísteis que podíais matarlo. Sin arma no se puede matar a un zombie, lo aviso.

- De acuerdo.

Fuimos corriendo, Wanli era el más lento, es probable que él no vuelva a la caravana, aunque con algo de suerte...

El tal Sol estaba rodeado, y le iban a morder, no lo permitiría, era muy lindo ese chico, ¡Alina céntrate!

Con puntería tiré la navaja, y le di al zombie que estaba a punto de morderle.

- ¡Toma ya! Y corriendo, es que soy la mejor.

Los otros cuatro me miraron con cara de: "claro que sí campeona, pero hay alguien a punto de morir, eso no nos importa una mierda", o por lo menos eso entendí yo.

Los tres chicos se acercaron a Sol y se lo llevaron, el pobre estaba asustadísimo, no me extraña. Victor y yo nos quedamos, y nos rodearon, eso era lo mejor que nos podía pasar, así sería más fácil acabar con todos.

Pegamos nuestras espaldas, y me dijo:

- Sin tu navaja no eres nadie.

- ¿Qué no? Te vas a enterar, no la necesito.

- Demuéstralo - me retó divertido, claro, para él esto es divertido.

- Sujétame fuerte los brazos cuando te avise.

- De acuerdo... - asintió extrañado.

Entrelazamos nuestros brazos, y los zombies se empezaron a acercar. Victor dijo, al ver que no decía nada:

- Alina...

- Shhhhh - le corté - un poco más cerca... - y cuando estuvieron donde yo quería dije - ¡ya!

Me sujetó fuerte, y yo levanté las piernas, les di patadas tan fuertes que les separaba las partes del cuerpo, también eran ellos muy débiles, todo hay que decirlo.

Cuando no quedó ningún zombie nos dirigimos a la caravana, pero vi a una chica de mi edad que corría delante de un zombie, completamente asustada. No le pensaba ayudar, pero la reconocí, era...

- Harriet... - susurré.

- ¿Dices algo? - preguntó Victor.

- Vete subiendo, yo tengo que hacer una cosa antes.

Asintió con una cara de preocupación, por suerte ya había recuperado mi navaja. Me acerqué a ella, y me dijo llorando:

- ¡Alina ayúdame!

- Tranquila Harriet - le dije - no te preocupes, ya soy una profesional en esto.

- ¿También te atacaron? - dijo hipando de tanto llorar, sí que estaba asustada.

- Sí, pero recuerda que siempre llevo una navaja, y me pasé todos los juegos de Resident Evil.

Sonrió levemente, y se puso detrás de mí. Como solo era un zombie no tardé nada en matarlo, así que le cogí la mano a Harriet y le dije:

- Vamos. Rápido.

Asintió completamente asustada, y nos dirigimos a la caravana. Subimos las dos, y le dije al conejo, que era el que conducía:

- ¡Rápido conejo, vámonos!

- ¡No me llamo conejo, me llamo Fey! - dijo enfadado, pero obedeciéndome.

Nos pusimos en marcha, y le dije a Harriet:

- Tranquila, ya estás a salvo.

- ¿Quiénes son? - dijo señalando a todo el equipo.

- Ah sí, son compañeros.

- ¿Y por qué tenéis un oso azul?

- No lo sé ni yo.

Rio levemente, y Adé preguntó:

- ¿Quién es ella?

- Es mi hermana melliza. Harriet Faris - contesté.

- Pero yo soy adoptada - dijo Harriet en bajito, nunca se consideró mi hermana ya que somos muy diferentes tanto en aspecto como en carácter.

- Ya me extrañaba - dijo Arion.

- ¿Qué hace ella aquí? - dijo JP.

- No pensaba dejar que se la comieran los zombies - contesté.

- Pero no hay sitio - intervino Harriet - si sois un equipo habrá más de once jugadores, más Alina y Elena, y el chico que acabáis de recoger...

- Sí lo hay - dijo Lucian a punto de llorar - Wanli no volvió a la caravana...

- Oh no, lo sabía... - susurré.

Apocalipsis zombie © 2015 | Inazuma Eleven GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora