MARATÓN 1/4.
—¿Qué te parece?— cuestiona y le sonrió enamorada de lo que veo.
—Es perfecta...
Sus brazos me rodean acariciando mi abultado vientre.
—Se que a él también.
Estoy tan feliz de lo que tengo y he logrado.
Me giro para besar sus labios en un suave beso.
—Te amo— susurro.
—Yo más, gracias por todo lo que me haz dado.
Lo miro por unos segundos apreciando cada uno de sus gestos.
—De todas las casas mostradas está fue mi favorita ¿Cuándo empezaremos a amueblarla?
—Lo antes posible, será como tú decidas.
—Bien, yo me encargaré entonces, verás que quedará hermoso— menciono emocionada.
—Ven, quiero que me acompañes a un lugar.
—¿Dónde?— cuestiono con curiosidad.
—Solo vamos linda.
Toma de mi mano, y bajamos las escaleras de la casa, en la parte de abajo se encuentra la actual dueña de esta.
—¿Qué les pareció?.
—La compraremos, más tarde nos comunicaremos, para concluir lo demás.
—Me alegro mucho— sostiene la tarjeta de presentación que le tiende Liam.
—Estaremos llamando desde aquí, muchas gracias.
—Gracias a ustedes, les deseo un feliz día.
Nos despide y salimos de nuestro futuro hogar para luego subir al auto. Abrocho que o cinturón de seguridad, y Liam sostiene mi mano acariciando mis nudillos.
El camino no se hace largo, aunque estemos en el centro de la ciudad.
Detiene el auto frente una joyería y me muestro confundida nuevamente.
—¿Qué harás aquí?— indago.
Abre la puerta del coche ayudándome a salir, y no responde, solo sostiene mi mano.
—Liam..
—Ven, entra.
Lo hago y visualizo a un señor de mediana edad, quien nos recibe con una cálida sonrisa.
—Buenas tardes, ¿En qué podría ayudarles?.
Liam se acerca un poco y le sigo el paso. Tira de mi mano haciendo que me pose justo a su lado.
—Me gustaría ver los anillos de compromiso.
Quedo boquiabierta, sin saber que decir siquiera.
—Claro, denos un momento por favor— el señor se retira, dejándonos un momento solos.
—¿Liam?.
—¿Si cariño?.
—No.. no entiendo, ¿Se supone que me estás pidiendo matrimonio?.
—Asi es— lo miro unos segundos sin mencionar nada, y el sonríe para después posar sus manos en mis mejillas y acercar nuestros labios, dejando un beso en mis labios— Quería hacerlo lo antes posible, tendremos un hijo, ya compramos la casa, este será el segundo regalo del día, quería que fuera especial, pero no me aguante las ganas, quería hacerlo ya.
—El que lo hagas ya es especial— musitó sintiendo como una lágrima sale deslizandose por mi mejilla derecha.
—Nos casaremos cuando el bebé haya nacido— dice y me dedico a asentir con una sonrisa boba.
—Me parece perfecto.
El señor de la joyería regresa con unas cajas llenas de anillos, y todos son preciosos.
Limpio las lágrimas rebeldes que han salido deslizandose por mi rostro, y le sonrió al hombre.
—Tengo estos, los más preciosos y considero dignos de usted.
—Gracias— los miro y tomo uno entre mis dedos.
—Este es un precioso modelo de oro blanco de veintidós quilates, y un diamante valorizado en diez mil dólares, lo que el precio completo serían, quince mil dólares.
—Te quedara precioso— Liam lo sostiene para después deslizarlo por mi dedo.
El anillo se ajusta a este de una manera increíble.
—¿Qué opinas?— pregunta y dejo de mirar el anillo, para mírarlo a él.
—Me encanta.
—¿Quieres llévarlo?— asentí sin pensarlo dos veces.
—Exelente elección.
Retiro el anillo de mi dedo y hacemos los procedimientos para comprarlo en lo que nos demoramos menos de media hora.
Al salir del lugar no disimulo lo emocionada que me encuentro.
—Me encanta verte felíz.
—Tu me haces felíz— menciono y escucho su risa.
Llegamos a nuestro departamento y cuando estamos cómodos saca el anillo de la cajita para después ponerlo en mi dedo.
Acaricia mis nudillos para luego besarlos.
Hago lo mismo con su anillo, que es de un mismo material, oro blanco, a su diferencia tiene un diminuto diamante, no como el mío, cuál es una piedra grande.
—Te queda perfecto, parece hecho a tu medida— dice y no contradigo nada.
—Haremos una fiesta para anunciar el compromiso, y ambos la organizaremos— digo apuntandolo con mi dedo— Los dos.
—Los dos— menciona y sonrio satisfecha.
Nos recostamos en la cama y levanta mi blusa para acariciar mi vientre ya de cinco meses, crece tan rápido, que a veces me da pesar, y no siento disfrutar la etapa.
Me concentro viéndolo hablar con el bebé, y me encanta ver cómo este le responde con pataditas. Solo me confirman el vínculo tan grande que tendrán.
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Te Esperé © |#1| [TRILOGÍA INFIDELIDADES]
RomanceUn día simplemente, dices que me dejaste de amar y vuelves tiempo después queriendo recuperarme. ¿Debo darte una oportunidad? ✨E: 04/05/2020 ✨T: 29/04/2021