La cafetería está abarrotada de gente como casi todos los días, así que en vez de sentarme en una de las mesas que están rodeadas de chicos, tomo mi bandeja y me siento junto a un árbol un poco lejos de todo el bullicio.
—¡Hey, Shapiro! —escucho la irritante voz de Maggie seguido de sus pasos acercándose.
Genial, adiós a mi querida paz.
—Me llamo Lila —repito lo que me he cansado de decirle— ¿Qué quieres? No tengo tiempo para tus idioteces —espeto dándole un mordisco a mi sándwich.
—Ups —dice tirando su café sobre mí.
—¿¡Qué diablos te pasa!? —grito.
—Esto es para que te quede claro como debes hablarle a las personas que están muy por arriba de ti —advierte señalándome con su delgado dedo y las chicas que se encuentran a su alrededor ríen.
Tomo mi batido y se lo arrojo a la cabeza.
—Mira nada más, resalta tus ojos —finjo una sonrisa mientras me cuelgo la mochila en el hombro.
Detesto su actitud y sus aires de grandeza.
Vislumbro a Ibrahim, mi hermano, a lo lejos mientras furiosa emprendo mi caminata hacia el pasillo.
—No se puede ni comer en esta mie...
—¿En esta qué, Señorita Shapiro? —interrumpe la directora impidiéndome el paso.
—En esta increíble y hermosa institución —le doy la más falsa de mis sonrisas y continúo mi camino.
Cuando estoy frente a mi casillero tomo los shorts que forman parte del uniforme de educación física que siempre tengo como precaución, pero no encuentro una camiseta así que me dirijo al casillero de Abel, mi otro hermano, tomo su camiseta del equipo de fútbol y voy hacia las duchas.
—Alumnos, hay una contagiosa gripe rodando el pueblo así que todos deben pasar por la enfermería colocándose la inyección preventiva. Todo el pueblo está inyectándose ahora mismo, es sólo por su seguridad, muchas gracias —dice una voz por los altavoces del pasillo.
Ignoro lo que acaban de anunciar y al levantar la vista logro distinguir la cabellera castaña de Abel a lo lejos, así que acelero mi paso.
—¿A dónde vas con mi camiseta? —pregunta paseando sus ojos cafés entre mi rostro y su camiseta.
—Necesito cambiarme —digo en tono de obviedad señalándome a mí misma.
—Te acompaño —dice.
Cuando llegamos a las duchas Abel se sienta en el pasillo a esperarme. Me ducho en tiempo récord y cuando estoy colocándome la camiseta alguien se aclara la garganta detrás de mí llamando mi atención.
—¿¡Por qué estás aquí!? —chillo horrorizada cuando veo a Nate Hastings con una toalla cubriendo su cuerpo de la cadera para abajo.
Su cabello azabache se pega a su frente y varias gotas de agua recorren su torso. Sus ojos tan verdes como los míos tienen un brillo de diversión aunque su rostro está inexpresivo. Es muy guapo, podría ser uno de los populares si quisiera pero siempre dice que es de pocos amigos.
—Ésta es la ducha de los chicos —dice obvio, con una sonrisa coqueta.
—¿¡Y por qué no lo habías mencionado hace 5 minutos cuando no tenía nada de ropa!? —pregunto enojada.
—Calmate, no tengo ganas de observar tu cuerpo. Acabo de salir de la ducha, no había notado tu presencia y por lo que veo tú no habías notado la mía —responde con simpleza.
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WORMWOOD.
Mystery / ThrillerWormwood es un pequeño pueblo que casi nadie conoce, con al menos 300 habitantes que viven una vida normal y tranquila alejados del resto del mundo. Un día como cualquier otro, la muerte repentina de Maggie, la chica popular de la preparatoria, term...