El sol radiante se cuela por la cortina, los pajaritos cantan en la ventana y huele a pancakes recién hechos. Y... así sería mi día perfecto, pero en cambio, es lunes, el día está completamente nublado, huele a tocino quemado y Abel me va a causar sordera si sigue cantando, o mejor dicho, chillando como lo está haciendo mientras se ducha.
—¡Cierra la boca! —grito quitando la almohada de mi rostro.
Compadezco al pobre hámster que duerme a su lado todos los días.
En un dos por tres me arreglo y bajo a la cocina. Ibra está de espaldas a mí mientras intenta despegar el tocino del sartén.
—¿Si te das cuenta que hay una nube de humo a tu alrededor, hermanito? —pregunto.
Ibra me fulmina con la mirada y subo las manos en señal de paz.
—No volveré a pisar una cocina —dice tirando el sartén a un lado y tomando su mochila.
—Le harías un enorme favor al mundo —bromea Abel saliendo de sepa Dios donde.
—¿Y nuestros progenitores? —le pregunto a Ibra que es el que siempre se levanta más temprano.
Se encoje de hombros y va por su bicicleta, mientras Abel y yo imitamos su acción.
—¿Algo planeado para el proyecto con Nate? —le pregunto a mis hermanos.
—No —responden al unísono.
Emprendemos nuestro camino en bicicleta hacia la preparatoria y el sol comienza a asomarse entre las nubes.
—No vayan tan rápido chicos, la carretera está mojada —habla Ibra detrás de nosotros.
—No seas aburrido, Ibra —dice Abel empezando a mover su volante de un lado a otro mientras yo ruedo los ojos.
De un momento a otro Abel casi se cae y choca su bicicleta con la mía sacándome del camino, provocando que caiga por algo parecido a un precipicio.
—¡Imbécil! —Ibra le da un golpe a Abel— Iré por ti, Lila.
—¿Estás bien? —pregunta Abel claramente viéndome en el piso.
—¿Tú qué crees? —pregunto sarcástica.
Ibra baja fácilmente y Abel viene detrás de él. El segundo tropieza cayendo sobre Ibra provocando que ambos caigan sobre mí.
—¡Lo siento, lo siento! —se disculpa Abel ayudándonos a levantarnos.
Cuando estamos por subir de nuevo una luz me pega justo en el rostro.
—Esperen —digo entrando a una especie de cueva junto a nosotros.
—¡Llegaremos tarde! —reprocha Ibra siguiéndome.
—No me dejen solo —susurra Abel acercándose.
Cuando llegamos al final de la cueva hay una puerta de metal que está entreabierta.
—A ver —dice Abel abriéndola por completo.
—Puede ser peligroso —Ibra niega con la cabeza.
Al adentrarnos todo es oscuridad. Intento buscar un interruptor en la pared, pero Ibra lo encuentra primero y enciende las luces.
Es una especie de laboratorio abandonado, con computadoras que dejaron de venderse hace unos 10 u 8 años. Todo en él está destruido, hay vidrios por todos lados e incluso veo casquillos de bala a lo lejos.
—¿Qué habrá ocurrido aquí? —pregunta Abel fisgoneando todo a su alrededor.
En el piso, junto a Ibra, hay una foto desgastada y mi hermano la toma entre sus manos.
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WORMWOOD.
Mystery / ThrillerWormwood es un pequeño pueblo que casi nadie conoce, con al menos 300 habitantes que viven una vida normal y tranquila alejados del resto del mundo. Un día como cualquier otro, la muerte repentina de Maggie, la chica popular de la preparatoria, term...