El ruido de un vaso cayéndose hace que me despierte de un salto.
—Lo siento, no quería despertarte —dice Michael recogiendo el vaso.
—Me asustaste —digo con la mano en el pecho.
—Ahora tus hermanos si pueden decir que dormimos juntos —ríe.
—No dormimos juntos, dormimos en la misma habitación —entrecierro los ojos.
—Arréglate para que nos vayamos, éste hotel me da miedo.
—Espérame abajo, voy en 5 —digo estirándome.
Michael sale y en un dos por tres me cepillo los dientes, me ducho, me visto y salgo hasta encontrarlo en la recepción.
—Adoro tu peinado —me alborota el cabello.
—Eres un pesado —le palmeo la mano.
Michael se acerca al mostrador para devolverle la llave a Carl y el hombre no está ahí.
—¿Carl? —elevo el tono de mi voz.
Buscamos por todo el hotel y no hay rastros de Carl.
—Mira —Michael toma una fotografía que está detrás del mostrador.
—¡Deja eso! —susurro.
—Sólo estoy viendo.
—¿Ya sabemos qué es lo que haremos?
—Caminar hasta llegar a la salida del pueblo.
—¿No reparariamos el auto?
—Mientras tú dormías, bella durmiente, fui a averiguar si había una ferretería cerca y Carl me dijo que la única que había estaba en el centro de Wormwood.
—Increíble —digo sarcástica.
—El plan es caminar hasta la salida, ver que hay después de Wormwood y luego...
—Tengan mucho cuidado —se escucha la voz de Carl que aparece de la nada y le arrebata a Michael de las manos la foto.
—¿Qué?
—Los jóvenes como ustedes son muy tontos y arriesgados, hay demasiados peligros que no conocen. Si no quieren terminar mal, mejor regresen a sus casas.
—¿Eso es una amenaza? —pregunto indignada— ¿Qué sabes? ¿¡Nos estás amenazando!?
—Lila, cálmate —Michael me toma de la cintura y me arrastra hacia afuera.
—¿Quién se cree el tal Carl?
—Bonita, mírame —fijo mis ojos en él—. Relájate, mejor empecemos a caminar.
Caminamos y caminamos por horas hasta que dejé de contar.
—No estamos llegando a ningún lado, Michael —digo con la respiración agitada.
—Espera —Michael se detiene y yo choco con su espalda.
—¡Al menos avísame que...
—Shhh —me tapa la boca.
Cuando estoy a punto de refutar Michael se hace a un lado y veo a los policías que están junto al cartel de Wormwood.
—¡Es la salida! —susurro cuando Michael quita su mano de mi boca.
—No podemos pasar por allí —Michael habla en el mismo tono de voz.
—¿Y qué hacemos? ¿Volar?
—A veces no tolero tu sarcasmo, bonita.
—Rodeemos a los policías —digo obvia.
—No son policías, son militares.
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WORMWOOD.
Mystery / ThrillerWormwood es un pequeño pueblo que casi nadie conoce, con al menos 300 habitantes que viven una vida normal y tranquila alejados del resto del mundo. Un día como cualquier otro, la muerte repentina de Maggie, la chica popular de la preparatoria, term...