T/n llega al Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokyo recomendada por su profesor Satoru. En él, conocerá como estudiante de primer año, a compañeros como Fushiguro, Kugisaki e Itadori. No obstante, nunca imaginó que, además de perfeccionar s...
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He hablado con Toge por teléfono estas semanas, en persona nos hacemos gestos y ya entiendo las referencias que quiere decir al contestar con los ingredientes de onigiri. Nos llevamos muy bien, conozco ya parte de él, como hablándome del clan Inumaki y así. Siempre quedamos en los descansos de los recreos y creo que llegó a mi vida en el momento justo. Respecto a lo de Itadori, lo he podido llevar bien, a veces recaigo un poco, pero entre los chicos nos damos apoyo. Sobre todo a Megumi que se nota que le afecto harto y sí, ya puedo decirle por su nombre.
Me siento muy cómoda con todos aquí, a pesar de que no hemos visto mucho Satoru, aún así he aprendido mucho. Mis compañeros de segundo son muy agradables y tienen buenas intenciones en enseñar, aunque creo que lo hacen por el Festival de intercambio con los escuelas de Kyoto. En fin, quiero creer que al menos Toge lo hace porque nos hemos hecho buenos amigos.
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Que rica son las cajitas de leche de la máquina expendedora, vengo muy seguido aquí con Nobara, somos unas cerdas. Fushiguro por su parte le gusta solo observarnos comer.
- Oi Fushiguro come algo, que me haces sentir mal comiendo sola - le digo con un gesto amistoso.
- No gracias - seriamente como siempre responde el azabache.
- Yiaa idiota, tampoco es para que seas tan serio, somos nosotras - dice Nobara, bueno ella siempre tan temperamental, en eso nos parecemos mucho.
- Lo siento t/n, no quería sonar así.
- No te preocupes tonto - inclino mi mano a su cabellera y se la revuelvo. Él sólo intenta quitar mi mano, pero yo insisto, sólo por molestar.
De lejos, podemos ver tres figuras acercándose, pareciera que dos discuten. Efectivamente, son nuestros senpais de segundo. Toge me observa atentamente, que hace que me ponga nerviosa y me separo de Fushiguro inmediatamente, siento como si me captará haciendo algo mal. Desvío mi mirada hacia los otros dos y en efecto, están discutiendo.
- Que sí, tienes olor de animal, Panda - decía la pelinegra, mientras nos observaba.
