• Capítulo 9

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El camino hacia la empresa parecía ser eterno. Había un silencio bastante incómodo junto con una gran tensión en el ambiente.

Hyeon miró atrás por el retrovisor del auto, primero volteó hacia Byul, estaba muy seria y pensativa, y después volteó a ver a Lauren, ella tenía la misma expresión mientras miraba por la ventana, como si estuviera en un trance.

—¿Me podrían decir qué es lo que les sucede? Siguen igual de raras desde que regresamos. —Se quedó esperando alguna respuesta, pero lo único que escuchó, fue silencio. —Byul, ¿qué le hiciste a Lauren?

Byul encontró la mirada de su padre en el retrovisor, pero antes de que pudiera contestar, Lauren se le adelantó. —Nada. Ella no me ha hecho absolutamente nada. —Volteó su mirada a Byul. —¿Verdad Byul Yi?

Ella le regresó la mirada, pero sin pestañear. —Así es, fue algo sin importancia. Sólo un arranque de locura, nada más. —Soltó cortante, encogiéndose de hombros.

Sus palabras con doble sentido la hirieron profundamente, borrando la falsa sonrisa de su rostro y despejando la mirada.

***

Byul se encontraba sentada detrás de su escritorio, sosteniendo sus lentes en una mano, dándose golpecitos en el labio con una de las varillas, con la mirada perdida en un punto invisible en el aire. Comenzó a divagar, «Nunca había sentido nada como esto. ¿Cómo puede ser que la ame tanto? Y según ella a mí no... No es posible, la siento tan mía... Yo sé que me amas, Lauren, pero... ¿a qué le temes?»

El sonido de tres golpes sobre la puerta la sacaron de sus pensamientos.

Hyeon entró acompañado de un señor, unos años mayor que él, y un joven de tez pálida, quien enfocó, casi inmediatamente, su mirada en Byul, sonriéndole.

—Byul, quiero presentarte a Leonardo y a su hijo, Nick.

Byul se levantó de su asiento para saludarlos.

—Hola, mucho gusto. —Dijo el joven, sonriéndole encantador.

—Igualmente. —Le tendió la mano, esbozando una sonrisa por simple cordialidad.

—Bueno, hija, Leonardo y yo tenemos varios asuntos pendientes que arreglar. Te encargo a Nick. Quiero que le muestres la empresa y le enseñes cómo funciona todo esto. —Hyeon le guiñó un ojo a Byul y, antes de salir, Leonardo y Hyeon voltearon a ver a sus respectivos hijos, para después sonreírse entre sí en un signo de complicidad.

—¿Qué te parece Corea?

—Me encanta. Nunca había venido, es maravilloso, pero sinceramente, no se compara con Nueva York.

Al escuchar eso, inevitablemente pensó en Lauren y en cómo pudo estar separada de ella por tantos años. —Tienes razón, he ido varias veces, pero lamentablemente nunca he podido salir ni divertirme como se debe.

Nick se acercó, dejando muy poco espacio entre sus cuerpos.

—Pues entonces la próxima vez que vayas te mostraré lo divertida que puede ser la ciudad.

Byul se sintió bastante incómoda por su cercanía, alzó la mirada hasta encontrarse con la de él y dio un paso hacia atrás, riendo suavemente. No podía creer que, nuevamente, su padre estuviera tratando de emparejarla. Si bien él no sabía de las preferencias de su hija, Byul predecía que ya tenía la sospecha, sino no intentaría presentarle a cuanto joven llegara a conocer, desde pasantes en la empresa hasta hijos de socios.

Lauren caminaba hacia la oficina de Byul, ya habían pasado muchas horas sin molestarla. Iba perdida en sus pensamientos, ni siquiera prestaba mucha atención por donde iba, hasta que tropezó con alguien, provocando que ella y el chico con el que acababa de chocar cayeran al suelo.

Sabor a ti. (Adaptación) Moonbyul x fem readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora