Capítulo 10

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A la edad de ocho años, el pequeño pelinaranja era bastante bajito para su edad, siendo uno de los chicos más pequeños de su generación.

Como siempre ocurría en las horas de recreo, deambulaba por los pasillos de la gran institución para enterarse de los cotilleos de los que luego hablaría en su clase. Hoy hizo un nuevo amigo, siendo el muy tímido como para presentarse ante otros. Se presentó como Nishinoya Yu y era hasta más bajito que él.

Unas fuertes voces le llamaron la atención. provenían del despacho de la directora del lugar, quien se encargaba de educar a la manada. Vio al alfa líder con ella, a veces lo veía cuando acompañaba a su padre hasta la casa del alfa antes de que su madre lo llevase a estudiar.

-¿Qué haces?- saltó del susto cuando una vocecita se puso detrás de él.

-Nada.- respondió rápido mientras se giraba a encarar a la persona que lo vio.

-¿Estabas espiando a mi tío?- Un pequeño niño pelinegro, un poco más alto que él fue el causante de su susto.

-¿Eres el sobrino del alfa líder? Eso es genial- sonaba emocionado. - ¿Quieres ir al aula a jugar?- El pelinegro asintió, y Hinata no dudó en agarrar la muñeca del otro menos para llevarlo hasta la sala.

-Entra aquí, esta es mi clase. ¿Qué quieres hacer? Hay muchos juegos.- le sonrió de oreja a oreja con sus grandes ojos castaños.

Solo hizo falta una sonrisa para desbloquear el candado de su interior, solo con que se rozaran las muñecas fue movimiento suficiente como para despertarse.

-Mi luna, mi lindo compañero.- De repente, el pequeño cuerpo pelinaranja se vio atrapado entre los brazos del niño. Ambas pupilas intercambiaron colores, ya no eran niños, eran lobos. Pupilas doradas chocando con las plateadas.

-Alfa.- el propietario de los ojos dorados correspondió el abrazo. Antes de poder siquiera disfrutar el momento interrumpieron la escena.

-Tobio ¿Qué estás haciendo?- El alfa líder interrumpió escena, y el pequeño pelinegro no tardó en activar su instinto, intentando poner a salvo a su pareja.

-vete- gruñó, un cachorro no gruñía.

-¿Qué demonios?-

-Aléjate, este es Mío.- Agarró al pelinaranja posesivamente mientras aún seguía encarando a su familiar. Rápidamente, el alfa llamó a la persona en quien más confiaba para esos momentos en los que no sabía cómo actuar.

-Ya estoy aquí ¿Que esta...?¿Shoyo?- Un Hibiki más joven entró en escena. Para colmo, resulto que el otro niño era su hijo.

-Alfa.- ¿Acababa de gimotear un niño pequeño? Por lo visto, la primera Luna veía muy descortés el que le estuvieran protegiendo en lugar de atenderlo, no se veían desde hace mucho y no le prestaban atención a él sino que a unos desconocidos.

-¿Cómo que alfa?- El niño solo tenía ocho años, esos vocablos solo se pronunciaban cuando la parte animal actuaba, normalmente a los dieciséis, diecisiete años, dieciocho como mucho.

-No lo toques, es Mío.- El reclamo seguía apareciendo en su voz, No fue hasta segundos después que pudieron separarlos cuando el alfa saltó encima de su sobrino cuando lo vio con intención de morder. un enlace con tan poca edad sería condenarse. Y si lo que veían sus ojos era correcto, tendrían problemas muy grandes si eso sucedía antes de tiempo.

EL FESTIVAL DE LA CAZA (KAGEHINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora