—Perdona, ¿podrías decirme cual es el nombre del libro? —despliego la sonrisa más convincente que puedo y ella me mira con precaución dejándome ver el color de sus ojos, verde como las esmeraldas.
—Claro, es Cumbres Borrascosas —dice mientras retira el dedo que me impedía ver el titulo.
Su voz resuena en mi cabeza, aterciopelada, se desliza por mis pensamientos como la miel, tan profunda y suave a la vez.
—Mi nombre es Harry, ¿puedo sentarme? —digo tratando de ocultar o minimizar mi interés.
—El mío es Allison. Claro, necesitaba un poco de compañía —dice y agrega una risita al final.
—No he podido evitar ver que tomas el mismo café que yo.
—Por lo menos tú lo tomaras caliente —dice con tono burlón.
Antes de que pueda contestarle Elliot llega a la mesa y deposita el café sobre la misma. Le agradezco y él se retira. Levanto el vaso con café y lo pongo en contacto con la piel de su mano.
—A algunas personas les resulta repugnante, pero a mí también me gusta el café frio —sonrio y ella corresponde mi sonrisa.
—Okay, ya tenemos algo en común y te conozco hace unos quince minutos —rie por lo bajo y continua —para tu información Harry, me encantan las coincidencias.
—Pues ya tenemos dos cosas en común Allison —contesto algo suspicaz.
Suena su teléfono, y ella contesta rápidamente. Pone la mano sobre la bocina, y gesticula con los labios “Lo siento”. Se aleja un poco y murmura con un gesto de preocupación en su rostro sonidos indescifrables. Al terminar vuelve un poco apresurada a la mesa, recoge su bolso y abrigo, y me mira.
—Lo siento, tengo que irme —su tono de voz disminuye con cada palabra y deja en claro que no está nada bien.
—¿Te encuentras bien? De repente estas un poco pálida.
—Acaban de llevar a mi madre al hospital, tuvo un accidente pero no me dieron muchos detalles, lo siento. Podemos hablar luego —dice mientras se aleja un poco.
—Si quieres puedo acompañarte, me parece que no estás del todo bien, como para conducir —Me percato de las llaves de auto que cuelgan de su puño.
—Gracias, pero no quiero molestarte.
—No es ninguna molestia, te acompaño.
—Está bien, gracias.
Me levanto rápidamente de la silla tomo la cuenta y pago, acelero el paso y la veo esperando mientras la fuerte lluvia cae salpicando en la acera. Sin siquiera hablar sale rápidamente y yo la sigo de cerca, cruzamos la calle y presiona el botón de desbloqueo. Le abro la puerta ella alza las cejas y me mira incrédula. —¿enserio? —sonríe irónica y entra en el auto azul celeste, me siento en el asiento del conductor y cierro la puerta.
—Al hospital Santo Thomas, por favor —dice con una rara expresión en el rostro, con cierta combinación entre preocupación y buen humor, me pasa las llaves y yo enciendo el auto.
—No es por asustarte pero podría ser un psicópata y tú me dejas conducir tu auto, solo sabiendo mi nombre —digo tratando de alivianar el ambiente.
—No olvides que tomamos el mismo café, eso es importante —sonríe un poco y me siento más relajado al ver como disminuye la tensión en su rostro.
—Bueno pues juguemos a las veintiún preguntas, para conocernos más.
—Me parece bien —dice ella en un tono neutro. —Empieza tú.
—Emmm, ¿Cuál es tu color favorito?
—Azul, me sienta bien el azul —dice acomodando el suéter azul menta que se alcanza a ver entre los botones sobre sus clavículas bajo el abrigo negro— ¿y el tuyo?
—Tienes razón, te sienta muy bien el azul —digo sonriendo mientras veo de reojo como se sonroja— Mi color favorito es el blanco, como la nieve que se acumula en todas partes cubriendo las imperfecciones de esta ciudad tan cargada.
—Wow, sí que eres observador —dice exagerando su expresión de sorpresa— Mi turno, ¿Cuáles son las tres personas más importantes en tu vida?
—Mi hermanita, Gemma. Mi abuela, Lilie. Y mi mejor amigo, Liam.
—Perdona que haga una doble pregunta pero ¿Qué hay de tus padres?
De repente mi humor palidece y no puedo evitar recordar el mal momento.
—¿dije algo malo? —pregunta acercándose un poco, mientras yo centro la vista en la autopista.
—No, para nada es solo que es algo triste de lo que no me gustaría hablar ahora pero podemos comentarlo luego.
—Está bien por mí, te toca —sonríe levemente.
—¿Cuáles son las tres personas más importantes en tu vida?
—Que creativo, eh Harry —resuena su risa en todo el carro y no puedo evitar reír también— Mi madre Dinah, mi padre Andrew, y mi hermano Alec.
—Okay es tu turno —digo mientras disminuyo la velocidad, por un semáforo.
—¿Cuál es tu sueño? —dice en voz baja, mirándome fijamente.
—Encontrar al amor de mi vida, y llevarla por todo el mundo, conocer cada centímetro de las cosas maravillosas que existen, tal vez tener un hijo, y amarlos a ambos como un loco —digo rápidamente, y ella me mira muy seria.
—Me gusta mucho tu sueño Harry, pocas personas pueden soñar en grande.
—Se me da muy bien hacerlo.
—Tu turno.
—Si pudieras elegir una cosa para comer el resto de tu vida ¿Qué seria? —digo levantando las cejas.
—Me miras como si fuera la pregunta más importante, ¿morirá alguien si digo que amo las fresas chocolatadas? —dice resaltando sus últimas palabras.
—¡Es un delito! —digo mientras exagero mi expresión de horror.
—Soy una criminal, digo. Yo de ti, huyo. —dice mientras me mira entrecerrando los ojos.
No puedo controlar mi risa, después de unos minutos solo sostengo la mano sobre mi estómago para calmar el dolor que me produce reír tanto. Desvío la mirada de la carretera y veo como ella está igual que yo, con sus mejillas rojas y riendo a carcajadas. Calmo mi respiración y parqueo el auto frente al hospital.
~
Siento mucho la tardanza para subir el capitulo, no encontrba la forma correcta de darle un final. Mañana mismo subire Five como disculpa por demorar tanto, gracias por leer, no olviden comentar y votar. Para mi su opinion es demasiado valiosa.
Danie x.

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Cold Coffee.
FanfictionMientras iniciaba el transcurso de su vida normal, nada relevante ni demasiado interesante, a decir verdad un poco monótona como para que se escribiese un libro con su historia. Harry Styles encuentra entre las calles de Nueva York la razón por la...