A la mañana siguiente me levanto un poco más temprano ya que debo que recoger a mi hermanita, tengo pensamientos vagos en Allison pero hago mi esfuerzo por acorralarlos en mi mente.
Mi rutina de la mañana se desarrolla con normalidad a excepción del desayuno, decido comer algo después, salgo de la casa y me dirijo en busca de un taxi. Paro el primero que veo y le indico la dirección de mi abuela. Al llegar, pago y me bajo rápidamente, camino por el jardín sobre el sendero de piedritas perfectamente alineadas y toco la puerta de madera dos veces.
—Terroncito mío —dice la abuela mientras me abraza muy eufóricamente.
—Abue —digo un poco asfixiado.
Oigo pequeños pasos, y luego veo a Gemma sacando la cabeza por la ventana.
—¡Hazz! Te extrañe — dice muy emocionada mientras abraza mis pierdas, la tomo de la cintura y la alzo.
—Mi pequeña princesa ¿Qué tal estuvo el día con la abuela?
—Abu, me hizo galletas de chocolate y te guardamos una —dice mientras se estira para que la baje y me toma de la mano arrastrándome hasta la cocina, lleva puesto un vestido rosa con flores blancas y su cabello rizado atado en dos listones.
Antes de que pueda entrar a la cocina Jasper, mi perro, se lanza sobre ella y la hace caer, lamiéndole la cara provocándole carcajadas.
—Ay no Jasper, iugh —dice con una cara de asco exagerada, me rio y ayudo a que se levante.
—Bueno pequeña, vamos tarde, para la clase de ballet —digo mientras la abuela baja por la escalera y me entrega la mochila en forma de rana de Gemm. La abro para revisar que no falte lo necesario y escucho la risa de la abuela.
—Deja de preocuparte tanto, solo tiene tres años —dice mirándome tierna.
—No me mires así, precisamente, aun es una bebe, necesita muchas cosas importantes.
—¿eso incluye la manta de cerditos que le compraste en Indiana? —dice mirándome irónica.
—¿sabes tu mujer que no puede dormir sin ella?
—Ay Harry, eres un sobre protector, la vas a mal enseñar.
—Abuela, omito el juicio, vamos Gemm se nos hace tarde.
Sale por la puerta dando saltitos con el cabello enmarañado, tras la lucha con Jasper.
—Lalalalala, hermanito lalalala —dice dando vueltas a mí alrededor.
Le extiendo la mano, ella la toma y nos despedimos de la abuela, se pone la rana sobre los hombros y por un momento siento nostalgia de ver cuanto a crecido. La mochila antes le colgaba hasta los muslos y ahora le queda perfectamente alineada en la espalda.
Salimos mientras ella susurra palabras que no logro entender, y luego me doy cuenta de que esta cantando una canción en inglés, me rio para mis adentros y mi teléfono suena.
—Si, bueno —digo rápidamente.
—Buenos días señor Styles, llamaba para informarle que su auto ya está listo, puede pasar por él cuando quiera.
—Muchas gracias, paso a las 2:30 PM.
—Con gusto, señor.
Cuelgo.
—¿Quién era? —dice Gemm mirándome con sus grandes ojos verdes idénticos a los mios.
—Heyy, necesito privacidad.
—¿Qué es privacidagsc? —dice esforzándose por pronunciar correctamente.
—Ay santo Dios —digo riendo por lo bajo mientras ella me mira frunciendo el ceño.
Llegamos a la academia de ballet, suelta mi mano y corre a abrazar a la instructora.
—Hola preciosa, ¿Cómo estas? —dice Ana, una chica delgada, con el cabello corto y rubio.
—Bieeeeen —dice mientras alarga la palabra.
—Ve a cambiarte, y ya nos vemos de nuevo —Gemm corre por el salón y llega hasta el cuarto de cambio.
—Hola Harry, ¿te quedaras a ver la sesión de hoy? —dice mientras organiza las botellas de agua sobre la mesa de madera lisa.
—Me temo que no, tengo que ir a recoger el auto, ya está listo después de todo.
Una semana antes de la llegada del invierno, ocurrió un pequeño accidente automovilístico, del cual no voy a dar demasiados detalles, fue ridículo. Un cachorro se atravesó en mi camino, ¡obviamente no podía atropellarlo, pobre animal! Asi que frene, y un carrito de helados choco con la parte trasera del auto. En mi defensa era un carrito muy grande.
—Entonces nos vemos en dos horas, suerte con tu auto —dice Ana mientras se aleja.
—Dile a Gemm que la amo y que tenga cuidado —digo elevando la voz para que me escuche a lo lejos, se ríe y me mira igual que la abuela.
Salgo de la academia y me dirijo al taller, como está a unas pocas manzanas decido caminar.
Por un momento decido llamar a Allison, pero cuando estoy a punto de marcar el número ya previamente guardado en mi teléfono, me arrepiento como el cobarde que soy.
¿Y si es muy pronto para llamar? ¿Y si esa ocupada? ¡Ya deja de ser tan cobarde! Dios.
«Oprimo la tecla verde de la perdición» Suena dos veces eternamente agobiantes.
—Si, hola.
—Allison, hablas con Harry.
—Harry, pensé que no llamarías nunca, y no es como si estuviese viendo el teléfono por horas esperando la llamada, no —ríe delicadamente y siento un cosquilleo en el estómago.
—Pues no me olvide de ti, ¿Qué estás haciendo? —digo mientras camino rápidamente.
—Justamente estaba por salir, ¿tú qué haces?
—Estoy recogiendo el auto del taller, nada muy interesante ¿tienes algo que hacer esta noche?—rio por lo bajo.
—Luego me cuentas los detalles del suceso con el auto. No, nada muy interesante —dice y no puedo evitar sonreír.
—¿saldrías conmigo a comer? —digo escupiendo las palabras rápidamente evitando todo rastro de cobardía.
—Sería un honor ¿a qué hora pasas por mí?
—¿A las siete está bien?
—Perfecto, entonces hablamos pronto —dice dulcemente.
«Cuelga»
Paro de caminar por un momento desconcertado ¿Qué carajos acabo de pasar? Sonrió como un imbécil y sigo caminando, empiezo a sentir el cosquilleo nervioso en mis manos insoportablemente.
~
Siento no haber acualizado en tanto tiempo, prometo ser mas constante.
Danie xx

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Cold Coffee.
FanfictionMientras iniciaba el transcurso de su vida normal, nada relevante ni demasiado interesante, a decir verdad un poco monótona como para que se escribiese un libro con su historia. Harry Styles encuentra entre las calles de Nueva York la razón por la...