Luna Llena.

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- ¿Sabes que no vamos a poder tener sexo durante nueve meses? - La cara de Draco cambió totalmente.

- Estarás de broma. - Hermione comenzó a reír hasta que cayó al suelo con dolor de abdomen.

- Es una broma, idiota. - Draco rodó los ojos y la levantó del suelo. Luego de esto, Hermione le señaló con el dedo. - Eres un adicto, al sexo.

- Contigo sí. Tú tampoco te salvas. - Dijo él mientras se sentaba en uno de los sillones de su habitación, Hermione se sentó a horcajadas sobre él y le sujetó las mejillas.

- Tendrá tus ojos. - Susurró ella contra su boca. Draco sonrió antes de que sus labios se unieran en un dulce beso.

- Solo espero que sea igual de testarudo, inteligente y tan preciosa como su madre. - Murmuró el rubio mientras metía sus manos bajo la camisa de su novia. Ella se sonrojó, mientras escondía la cabeza en el cuello del Slytherin, aspirando su aroma mentolado, disfrutando de las caricias que su tacto le aportaban como si fueran las últimas. Enredó las manos en su pelo mientras sonreía y lo encaró para hundirse en esos estanques grises que tanta seguridad le transmitían. Hermione alcanzó el brazo izquierdo de Draco y le levantó la manga de la camisa, dejando ver la marca tenebrosa. Pasó sus dedos sobre ella y se estremeció al hacerlo. A continuación, Draco levantó ambas mangas de su camisa. Se llevó la cicatriz más reciente ("mentirosa") a los labios y la besó. Hizo lo mismo con la otra mientras Hermione sonreía con tristeza. - Eres preciosa Hermione. Por dentro y por fuera, creéme cuando lo digo. - Ella sonrió mientras se acomodaba en su hombro. - Quiero que hoy pasemos la noche juntos. Aquí, en mi habitación. Mañana es sábado. - Hermione sonrió y asintió. Draco bajó las manos a sus caderas y la junto más a él. Sus intimidades friccionaron y Hermione no pudo evitar soltar un gemido. Tiró levemente de su pelo platinado y Draco se acercó a su oído. - ¿Te gusta esto? - Susurró mientras empujaba sus caderas hacia delante para que friccionaran de nuevo. Hermione se mordió el labio inferior e intentó controlarse.

- Tenemos... q-que. - Intentó buscar una excusa, pero sus sentidos estaban completamente bloqueados, de nuevo. Nuevamente había tomado el control de su cuerpo y no podía hacer absolutamente nada para recuperarlo. Sus caricias eran como corrientes eléctricas, como si una dosis de adrenalina recorriese su columna vertebral e hiciese presión en su vientre bajo.

- No hay nada que hacer, Granger. - Susurró él de nuevo. Le apartó el pelo de la cara y arrastró su boca a su cuello. Hermione suspiraba, si seguían así, no podrían parar; y ya habían quedado esa noche. - Voy a complacerte, como te mereces. Esta noche. - Y de repente, todo su tacto se detuvo. Dejando a una Hermione excitada, babeando por él, y delirando.

- No. Ahora. - Gruñó ella.

- Esta noche.

- Ahora. - Ordenó la castaña. Draco volvió a negar y se levantó de allí.

- Nos vemos esta noche, preciosa. - Y salió de su habitación, dejándola boquiabierta, caliente, y con ganas. Si eso era lo que sus hormonas le estaban causando no quería imaginarse dentro de cuatro meses. Hermione salió de allí abrochándose la camisa bien, ajustándose el pelo y aflojando un poco la corbata. Salió de la sala común e intentó leer, para que el tiempo pasase más rápido. Cuando la noche llegó, sin quitarse su uniforme, se acercó al cuarto de Harry, llamó a la puerta y luego la abrió levemente.

- ¿Hermione? ¿Qué ocurre? - Dijo el azabache frotándose los ojos.

- Necesito tu capa de invisibilidad. No preguntes. - El chico desapareció para luego aparecer con la capa entre las manos.

- Tranquila, ya sé que es para ver a Malfoy.

- ¡Sh! Baja la voz. - Harry rió.

- Ten cuidado. - Hermione se puso la capa, y salió de la sala común sin levantar ninguna sospecha. Bajó a las mazmorras, el ambiente era frío, oscuro, y debía decir que las mazmorras a esas horas de la noche daban miedo. A lo lejos, se encontró a Ginny, patrullando, pero decidió no saludarla. Pronunció la contraseña, que ya sabía, y subió a la habitación de su novio. Conforme iba subiendo, su calor se avivaba, sus sensaciones florecieron, y sin más, abrió la puerta de la habitación del rubio, que estaba tumbado en la cama, mirando al techo. Hermione entró cerrando la puerta, y dejó caer la capa. Draco sonrió al verle.

- ¿En qué pensabas? - Preguntó ella, intrigada.

- En lo que pienso hacerte ahora mismo. - Dijo él mientras la agarraba de la cintura y la atraía a él. Hermione le quitó la corbata de inmediato y se lanzó a su boca. Sus lenguas se enredaron en un juego sin fin mientras Draco le quitaba la falda. Se encontraron en ropa interior en menos de dos minutos, Draco la agarró del culo y la llevó a la cama, la castaña arqueaba la espalda, deslizando las manos por su propio cuerpo. Draco admiró maravillado la escena, del perfecto cuerpo de su novia, de cómo deslizaba su propia mano dentro de su prenda interior y arqueaba la espalda, esperando recibir el placer que merecía. - Joder Hermione, vas a matarme. - Ella arqueó aún más la espalda, Draco apoyó una rodilla en la cama y llevó su boca al cuello de la chica. Hermione agarró su espalda y él acariciaba sus muslos. - Me vuelves loco... - Ella sintió como podía excitarla únicamente con sus palabras. La chica llevó sus manos al broche del sujetador y se lo quitó, dejando su parte superior descubierta. El rubio bajó su boca hasta uno de sus senos y jugueteó con él mientras masajeaba el otro, la castaña se deleitaba con sus caricias, gemía con cada uno de los gestos que el increíble cuerpo de su novio le propinaba. Hermione levantó las caderas en respuesta y ambos sexos chocaron. Pudo notar como el duro bulto de su bóxer iba creciendo.

- Draco... - Gimió ella. Hermione tiró de su pelo atrayéndolo a su boca, se besaron con furia, pasión y lujuria. Draco bajó sus labios de nuevo a su abdomen, y retiró la prenda inferior; dejándole completamente desnuda.

- Déjame saborarte... - Ella mordió su labio y se dejó, Draco no dudó en pasar su lengua por la húmeda intimidad de su chica. Hermione arqueó la espalda y elevó las caderas, peró él las sujetó y las atrajo más hacia él para propinarle más placer.

- Joder... Malf... - No pudo terminar la frase, al lanzar un grito de placer cuando sintió como su tibia lengua se introducía dentro de ella. Su cuerpo temblaba, de placer, de excitación. Sintió como estaba llegando al clímax. Arqueó la espalda y notó como draco volvió a tirar de sus caderas atrayéndola a él. Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de la chica y su corazón comenzó a latir a una velocidad increíble.

- Eso es, córrete para mí. - Susurró contra su intimidad. Hermione lo agarró del pelo, y tiró de él levemente. Draco pasó su lengua una vez más saboreándola completamente, hasta que no pudo resistirse más y se abalanzó sobre la boca de su novia. Hermione se separó y draco se sentó contra el cabecero de la cama, Hermione no dudó en sentarse sobre sus caderas y él se hundió en ella con un profundo gruñido. La chica llevó sus manos a los hombros del rubio y clavó sus uñas en él cuando aumentó la velocidad de las arremetidas. Ella gimió en su oído y luego le mordió el lóbulo de la oreja. Él llevó las manos a sus caderas, y las apretó contra él cuando Hermione comenzó a moverlas en círculos; dándole más placer del que él creía posible. El chico echó la cabeza hacia atrás y se mordió el labio inferior. Solo Hermione, solo Hermione era la única chica que podía hacerle sentir así, la única chica que lo hizo y va a poder hacerlo jamás. Tenía una obsesión por esta chica, que no creía posible. No creía real, lo necesitaba todo de ella. Su piel tersa, cálida, sus ojos avellanas, su mirada inocente. Era la única que podía enamorarle día y noche. - Esto es, el jodido paraíso, Hermione... - Gruñó él. Ambos sintieron como sus músculos se tensaban y Draco escondió su cara en el cuello de la chica mientras ella clavaba sus uñas en los hombros del rubio. Terminaron juntos, y al hacerlo, Hermione recostó su cabeza en el hombro de Draco y suspiró. Sin decir nada, se tumbaron bajo las sábanas, la chica escondió su cabeza en el pecho del chico. - Si esto es lo que tus hormonas van a causar durante el embarazo; es maravilloso. - Hermione rió y le propinó un puñetazo en el brazo.

- Idiota.

Siempre te amé, Granger. | Dramione ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora