Yessica Black.

221 22 2
                                    

¡Aquí está tu tan deseado capítulo preciosa! Yess_207 ¡Disfrútalo!


Cuando por fin se encontraron frente al cuadro de la sala común, dijeron la contraseña que Brad les había proporcionado. Al entrar, vieron el interior: acogedor y cálido, una chimenea se encontraba en el centro de la sala con unos sofás negros. Una pequeña mesa de roble y una alfombra de color blanca. En una esquina de la sala común había una estantería completa de libros. Un enorme ventanal se encontraba justo detrás de los sofás, dejando a la vista el resto de Hogwarts, el bosque prohibido y el lago negro, cuando salías, una terraza.

Al fondo de la sala común había una puerta de madera, pasaron y una cama de matrimonio de tamaño bastante grande se postró ante sus ojos. Sus miradas vagaron por la habitación, de pared de piedra. Un reloj colagaba en la estancia indicando la hora, mesitas de noche a ambos lados de la cama, y un espejo desde el techo al suelo frente a esta.

Con un movimiento de varita, sus pertenencias se colocaron en sus debidos sitios y Hermione se sentó en la cama, frente al espejo. Se quitó los zapatos, estaba agotada; Draco llegó y se sentó junto a ella, mirando su reflejo en el espejo, esbozó una sonrisa picarona y la miró.

-Sabes que cosas se me ocurren al ver un espejo así frente a la cama. -Hermione abrió los ojos sobresaltada.

-¡Draco! -Su novio rió y se tiró en la cama

-Hermione. -Ella se giró y lo encaró.

-Dime.

-Ven -susurró. Ella se acercó a la cama, y se sentó a su lado, este tiró de ella hasta que acabó encima suya. Luego le agarró las mejillas y las besó tiernamente-. Serás una madre maravillosa -murmuró contra su cuello.

-Tú serás el mejor padre -. Draco evitó su mirada, nervioso.

-N-no sé yo -tartamudeó mirando al techo-. Es decir, nunca he sido un ejemplo a seguir. -Luego de decir eso, se levantó la camisa del antebrazo izquierdo y lo puso entre sus rostros, mostrándole así a la chica la marca tenebrosa.

-Tú mismo dijiste que las cicatrices no marcan lo que somos ahora, sino en lo que nos convertimos gracias a eso -le dijo Hermione.

-¿Te acuerdas de eso?

-Claro que lo hago.

-Te quiero -murmuró él antes de esconder su rostro en el cuello de esta y aspirar su aroma.

-Y yo Draco.

Él, no pudo evitar esbozar una sonrisa y abrazarla con más fuerza aún.

-Falta menos para navidad -dijo Draco.

-Lo sé -contestó ella-, ¿qué pasa con eso?

-Ya sabes, lo de la orden, los mortífagos...

Hermione se incorporó y se sentó, mirando sus abismos grises.

-Si lo que quieres decirme es que no vaya, lo llevas crudo -dijo la castaña.

-Hermione... llevas a nuestro hijo, no me perdonaría que os pasara algo.

-Yo no me perdonaría que nuestro hijo se quedara sin su padre -respondió ella.

-Solo piénsalo, ¿vale? -sugirió él y ella asintió, dejándose caer de nuevo en la cama.

-Creo que voy a irme a la biblioteca -dijo Hermione mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta.

-Vamos Granger, tu hijo va a odiarte.

-Ya me lo agradecerás cuando entre en Gryffindor.

-¡Eres insufrible, no va a entrar en Gryffindor y ambos lo sabemos!

-O quizás en Ravenclaw -le picó ella.

-Oh, paso. No te desilusiones cuando entre en Slytherin -reprochó él con un bufido.

Ella rió y seguido de esto salió de la torre, entró a la biblioteca y se sentó a leer sin parar durante unas dos o tres horas.

-Woa amiga, no te cansas de leer -dijo Pansy mientras se sentaba frente a ella.

-Es maravilloso perderte en algo ficticio, el mundo ya tiene demasiadas realidades bastante duras. ¿Por qué no olvidarte de ellas con un libro?

-Nunca me lo había planteado así. Creo que el embarazo te está volviendo como Luna.

-¡Estoy de dos semanas y media! Y Luna es muy buena chica, no te metas con ella -replicó la Gryffindor.

Pansy alzó los brazos en expresión de derrota y ambas rieron antes de levantarse y salir de la biblioteca.

-Draco te estaba buscando.

-Este chico no me deja ni respirar.

-Se preocupa por ti Herms.

-Lo sé, y por eso es que lo quiero tanto.

-Agh.

Pansy hizo una falsa mueca de asco y acompañó a Hermione hasta su torre, donde Harry, Ron, Blaise, Theo, Ginny, Luna y Astoria la esperaban.

-¿Pero qué- -preguntó Hermione.

-Solo ábrenos, Draco nos está esperando.

Ella dijo la contraseña y, al entrar, se encontraron a Draco hablando con una chica, de su edad probablemente.

-Oh, por fin estáis aquí -murmuró él.

Luego se adelantó y la chica se dio la vuelta, mostrando su rostro, era castaña, las facciones de su cara eran notablemente femeninas y marcadas, tenía la nariz fina y los labios más gruesos, sus ojos eran de color café y su pelo se soltaba, era liso, de largo hasta el pecho. Era algo más alta que Hermione, pero un poco más baja que Pansy.

-Hola -saludó ella.

Pero nadie respondió, todos la seguían observando con el ceño fruncido, sin saber que pintaba ella ahí. Draco suspiró exasperado y la presentó.

-Ella es Yessica, Yessica Black.

-¡¿Qué?! -exclamaron varios a la vez, entre ellos Hermione.

-Sí, sí. Me he quedado igual cuando lo he escuchado, es mi prima, hija de Sirius.

-¡¿Sirius tiene una hija?! -exclamó Harry sin dejar de mirarla-. ¡¿Por qué diantres no teníamos ni idea?!

-Bien, bien, calma. Él nunca nos habló de ella, no sé la razón. Solo sé que se ha trasladado a Hogwarts desde Beauxbatons y va a cursar aquí el último año, con nosotros. Ah, nos ayudará con la orden en navidad -dijo Draco.

-Vale, haber si he entendido bien -murmuró Pansy-. Eres Yessica Black, hija de Sirius Black, no sabíamos que existías hasta ahora, porque te has trasladado a Hogwarts desde Beauxbatons para graduarte aquí. Tienes nuestra edad y vas a ayudarnos con los mortífagos.

-Así es -contestó ella, con tono seguro.

-¿En que casa has sido seleccionada? -preguntó Hermione.

-Slytherin.

-¿Por qué será que no me sorprende? -preguntó Harry, al mismo tiempo que su novia le pegaba un codazo.

-Estamos encantados de tenerte aquí Yessica, será un placer que estés con nosotros -dijo Luna.

Ella asintió mientras jugaba con el anillo que tenía en su mano derecha.

-¿Y tu madre, quién es? -preguntó Hermione.

Yessica suspiró y luego la miró.

-Ella era Isobel Brown, murió cuando yo tenía siete años -respondió.

-Oh, lo siento muchísimo -dijo Hermione.

-No es nada. Felicidades por tu embarazo, por cierto. Parece que mi primo por fin ha encontrado a alguien que le quiere de verdad.

-¡Oye! ¿Cómo sabes tanto de mí? -preguntó Draco.

-Una larga historia, ¿vamos a cenar?


Siempre te amé, Granger. | Dramione ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora