Capitulo 2

2.9K 214 33
                                    

Suya
Mi estómago estaba lleno de expectación. Podía sentir que este día empezaba mal ya que mi mente daba vueltas y vueltas, casi como una pelota de ping pong.

Una gran parte de mi estaba desesperada por ver a Oscar y Sydney, pero otra parte, sabía que iba a terminar lamentando esto.

Suspiré, cruzando los brazos mientras esperaba y esperaba la llegada de Toni. Algo había cambiado, y no íbamos a ir a Adventure Land. Mejor dicho, no tenía ni idea de donde iríamos.

Miré mi teléfono, y vi que había un nuevo mensaje de Toni.

Llego en dos minutos. Ella escribió sin rodeos, haciéndome fruncir el ceño ¿Ella siempre va a ser así?

Deja de enviar mensajes y conducir al mismo tiempo. Respondí.

Y dos minutos más tarde, ella finalmente llegó. Debe de haber comprado un vehículo nuevo, porque este definitivamente era más negro oscuro que el otro. Había bastante tinte azul. Mierda, era nuevo. Este era un Mercedes, y el otro un BMW.

Me quedé quieta tímidamente cuando de repente salió del coche. Su mandíbula se tensó al tragar saliva y miró boquiabierto el reloj de su muñeca derecha.

-Diez minutos tarde.
usurré, mirando su elección de ropa.

-Tuve una reunión. Lo siento.
Habló secamente.

Ella abrió la puerta para que pudiera entrar. Al instante, mire hacia la parte trasera, y comprobé... que no había nada, ni nadie.

-Toni.
Murmuré molesta.
-Sydney y Oscar ¿dónde están ellos? Tú me dijiste que podría...

-Cálmate.
Resopló, volviéndose a meter en su coche y comenzando a conducir.
-Están con la niñera, vamos a verlos allí.

Contuve la respiración, mordiéndome el labio inferior mientras lo miraba "¿Niñera?"

-Desapareciste por un año. Tuve que contratar a alguien.
Ella replicó con severidad.

Rodeé los ojos, reacomodándome en mi asiento.
-¿Dónde está Peaches, de todas formas?.

-Uh.
Dudó sus palabras.
-Probablemente en Italia con su novio de veinte años.

Fruncí el ceño, sintiendo bastante alegría por ella, aunque no quería que terminara tan así.
-¿Ella te dejó?.

-Vamos a ponerlo de esta manera.
Murmuró.
-Si ella me hubiera dejado, tendría que haber dejado también mi cuenta bancaria.

-Entonces, ¿tú la dejaste?.

-Sí.

-Oh...

Hubo silencio durante unos minutos. El silencio más incómodo que puedan imaginar.

-Te ves diferente.
Toni murmuró hacia mí, haciéndome fruncir el ceño con confusión.

-¿Qué?.

-Te ves más grande, tu cabello está más oscuro y perdiste peso.
Espetó claramente.

Abrí los ojos un poco, pero negué con la cabeza ante el comentario.
-Supongo. Tú te ves exactamente igual.

-Supongo.
Ella repitió mis palabras.

-¿Por qué ahora, Toni?.
Pregunté, por aquello que había estado en mi mente por un largo tiempo.
-Ha pasado un año. Sabes donde vivo, tienes mi número ¿Porque simplemente decides para que pueda pasar tiempo con ellos cuando me ves?.

Ella no respondió, solamente frunció el ceño.

-No puedes ignorar una pregunta a la que no quieres responder.

Call me MommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora