Capítulo 3

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Esa frase me desconcertó durante todo el día. Estábamos de regreso a casa y Oscar estaba durmiendo en la parte de atrás, Sydney estaba en silencio mientras miraba por la ventana, haciéndome suspirar, ya que solo quería que sean felices. No sabía que carajos estaba pasando, pero solo quería verlos alegres de nuevo.

Estaba feliz de que Toni no haya hecho una excusa esta vez para hacerme ir a su casa. Hoy había sido un buen día, salvo por el hecho de que nadie hablaba. Parecían felices de verme, pero entonces, todo se fue cuesta abajo. ¿Que estaba mal? Necesitaba saberlo.

Fui a ver a Heathe más tarde esa noche a su dormitorio. Débilmente llamé a su puerta, esperando una respuesta en silencio.

Segundos más tarde, la puerta se abrió rápidamente y el olor a vodka se apoderó de mí. Abrí mis ojos mientras ella se tambaleaba hacia mí, con una sonrisa perezosa en su cara.
-Bebe, adelante.

-Mierda, Heather.
Respiré.
-Estas borracha.

Ella caminó hacia su cama, y tomó un paquete de cigarrillos que había allí.
-He estado aquí todo el día.

-No fumes.
Dije.
-Tienes dieciocho, eso arruina tu cuerpo.

-¿Eres mi madre?.
Ella replicó sin esfuerzo, haciéndome reír sarcásticamente.

-¿Quieres que lo sea?.
Me acerqué a ella y le arrebaté la caja de sus manos.

-¿Que carajos, Cheryl? Dámelos.
Ella habló y yo di un paso atrás con una peqiueña sonrisa.

-Bésame y lo haré.
Bromeé.

De repente, frunció el ceño y agarró mi brazo con fuerza. Hice una mueca de dolor cuando ella me arrebató el paquete de la mano y me empujó levemente hacia atrás.
-No estoy jugando, Cheryl.

Me quedé ahí parada.
-Eso duele, Heather.

Ella rodó sus ojos.
-No es cierto. Deja de ser una bebé.

-Eres una idiota cuando tomas.
respiré profundamente y di un paso contra la pared. Ella se giró hacia mí, frunciendo las cejas con enojo.

-¿Por llamarte bebé? Vamos, Cheryl Apenas te toqué.

-Entonces, ¿Me estás diciendo que esto no duele?.
Dije y tiré de su brazo, tal cual como ella me lo hizo.

Pronto me arrepentí de mis acciones cuando ella me tomó de los hombros y más o menos me inmovilizó contra la pared. Entreabrí mi boca apenas y mi corazón comenzó a bombear frenéticamente mientras jadeaba en busca de aire.

-Basta.
Dije.

Sus ojos se suavizaron ante mis palabras.
-Aw, nena ¿Te asusté?.
Ella dijo simpática y sarcásticamente.
-Lo siento.

Suspiré de alivio cuando regresó a lo suyo. Por un momento, pensé que iba a hacer algo malo.

Presionó su frente contra la mía.
-Solo he tenido un día de mierda. Has estado fuera todo el día y no tengo ni idea en donde estabas. No contestabas el teléfono y he estado sola.

Asentí mientras me mordía el labio, la punta de su nariz rozó la mía, mientras intentaba hacer las cosas mejor.
-Un día te beberás a ti misma estando sobrio.

Las comisuras de sus labios se torcieron ligeramente.
-Lo siento, bebé.

Respiré intensamente y entonces presioné mis labios contra los suyos.
-Lo siento si me enojo. Solo tengo un mal presentimiento de que algo terrible va a pasar con nosotras y estoy asustada por eso.

Ella me devolvió el beso, pero todavía lo recibía con frialdad.
-Olvidamos lo que pasó. Nada malo va a suceder.

-¿Puedo quedarme aquí esta noche? susurré y ella asintió.

-Es un país libre.

Las dos fuimos a la cama y lentamente me senté en el borde. Heather bajó hacia mis rodillas mientras se sostenía de mis piernas. Me mordí el labio fuertemente cuando ella tiraba de mis jeans, bajándolos mientras lo miraba.

El único problema era: Que yo no estaba encendida.

Torpemente miré mientras ella me quitaba la ropa interior hasta los tobillos, mientras ella sonreía cuando sus labios fueron hasta mis muslos.

-Vamos a hacer que te mojes.
Susurró y sus dedos fueron hacia mi entrada, comenzando a frotar.

Mi respiración se hizo un poco pesada mientras Heather me tocaba, logrando conseguir que me excite un poco por eso.

Mi mano fue hacia su pelo y tiré suavemente de su cabeza hacia mí. Sentí su lengua empezar a lamer de inmediato, por lo que me mordí el labio satisfactoriamente mientras echaba mi cabeza hacia atrás.

-C-chupa mi... chupa mi...
No quería decir la palabra. Pero quería que ella se haga la idea de lo que intentaba decir.

Abrí mis piernas más ampliamente mientras ella lamía en mi punto sensible, mis manos tiraban más de ella hacia mi cuando aplicaba más presión.

-Mierda.
Jadeé con dureza.

Minutos más tarde mi clímax estaba corriendo a través de mí, me eché hacia atrás sobre el colchón suavemente cuando ella levantó la cabeza con una sonrisa.

-Mami...
gemí.

Oh-dios-qué- ew- porque?

Maldición.

No había dicho esa palabra de manera sexual desde que estuve con Toni. Así que ¿Porque diablos la dije ahora?

-¿Que mierda acabas de decir?.

-No vuelvo a mencionar eso de nuevo, Heather.
Susurré avergonzada, pero ella se echó a reír y me cubrí el rostro con las manos.

-¿Me llamaste mami?.
Declaró lo obvio.
-Eso es asqueroso. Odio cuando la gente hace eso, es como si estuvieras teniendo sexo con tu madre.
-Ew, Cher... porque... ¿porque te gusta eso?"

Era solo la cosa más caliente de la vida.

'No lo sé.
murmuré.
-Es algo extraño.

'Bueno, pon esa cosa extraña a descansar porque nunca haremos eso. Literalmente, me hace ir suave.

Reí ligeramente, pero creo no creo que pudiera hacerle el favor por ahora.

-Vamos a la cama y pretendamos que eso nunca pasó.
Dije tímidamente.

-Si no tengo pesadillas.
Ella bromeó.

Me recosté a su lado con mi corazón sumamente acelerado. ¿Porque diablos dije eso? ¿Qué pasa conmigo? 

Por más de que odie decir esto... Toni es mami, ni Heather, ni nadie.

Sólo Toni Topaz.

Call me MommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora