Capitulo 23 Final

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Maratón 3/3

Esa frase fue probablemente la única razón para hacer que me quede. Finalmente me rendí y cerré los ojos con fuerza, mientras sentía sus labios presionarse nuevamente contra los míos.

Sentí mi orgasmo llegar mientras lloraba silenciosamente, mi aliento estaba rígido mientras me aferraba a ella. Poco después ella también llegó, sus embestidas desaceleraron, menos descuidadas. Toni se detuvo cuando su boca se movía sobre la mía, sonriendo para sí misma antes de besarme suavemente.

Me sentí como si me traicionara a mí misma, me di por vencida y sabía que no debería haber hecho eso.

Morosamente me aparté de ella mientras se arreglaba la corbata y se subía la cremallera de sus pantalones. Su flor arrugada cayó de su bolsillo, haciendo que ella frunza el ceño.
-Aw, mi frangipani.

-T... tengo que irme.
Tartamudeé, tratando de recuperar mi aliento mientras me arreglaba el pelo y enderezaba. Mierda, esto había sido malo.

Salí de ahí y corrí al baño más cercando, arreglando mi maquillaje corrido con las cosas que había traído en mi pequeño bolso de mano y seguí refrescándome. Dejé escapar un profundo suspiro de alivio al ver que me veía decente nuevamente y me apresuré a volver a la suite de Peaches.

Recogí a los niños y los llevé abajo lo más rápido posible. Odiaba que Sydney u Oscar no fueran damas de honor, o padrinos, o algo como eso, parecía que no tenían importancia.

En el lapso de media hora los lleve a la mesa de postre del restaurante y les di un helado a cada uno. Los tres nos sentamos en una mesa, esperando a que el servicio inicie para que podamos salir.

-Se ven adorables.
Les repetí con una sonrisa.

-Lo sabemos.
Oscar habló confiadamente mientras terminaba lo último de su helado. Eché un vistazo a mi teléfono, dándome cuenta así que el servicio comenzaría en unos diez minutos. Supongo que deberíamos salir de ahí.

-Vamos, no queremos llegar tarde ¿verdad?.

Ellos soltaron suspiros cansados y tomaron mi mano, para luego comenzar a caminar prácticamente millas hacia el salón en donde harían la renovación de votos.

Si  Toni y yo nos casáramos, sería en una iglesia, y la recepción sería en un pub local. Sé que suena tonto, pero sería todo para mí.

Cuando entramos al lugar noté que era súper decorada. Había un mini altar en la parte delantera que estaba rodeado de sillas decorados con arcos. Los quería prender fuego.

Tomamos asiento que, aparentemente, estaba reservado para nosotros y esperamos al resto de los invitados que debía venir.

-No entiendo porque mamá y mami se casan. Ellas ya lo están.

Simplemente me encogí de hombros y le revolví el cabello a Oscar mientras se sentaba en su silla. Poco después, la nana de Toni se nos unió y cuando ella venía hacia nosotros me miró inexpresivamente.

-Mami.
Sydney exclamó.

-Cheryl, lo hizo.
Ella sonrió mientras Toni giraba su cabello alrededor de su dedo.

Me miró nuevamente por un breve segundo, pero desvió su mirada, sonriendo ampliamente.
Y Oscar, te ves muy mayor. Estoy muy orgullosa de ustedes dos.

Toni la tomó en sus brazos y la unió a ella.
-Te ves adorable, amor. Me encanta tu cabello.

...

Aguanté lo mejor que pude, hasta que finalmente todo terminó. No sonreí, no lloré de felicidad. Todo eso era una mierda, una absoluta mierda. El sentirme así era una mierda. Jesucristo, todo simplemente era una mierda.

Call me MommyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora