Capítulo 1

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La academia parecía estar en una inmensa tranquilidad, el sol traspasaba las ventanas y dejaba al descubierto el impotente edificio. Todo estaba en su lugar hasta que el sonido estruendoso de las campanas sonó entre los pasillos, ésta siempre indicaba que el movimiento de los estudiantes debía comenzar, así fue como Anne entre quejidos abrió sus ojos turquesa y bostezó sin cuidado.

-Ay como odio esa maldita alarma, ni siquiera son tan cuidadosos para hacernos despertar-

-Te quejas desde que llegaste Anne, ya deberías estar acostumbrada, decía otra chica-

-Ya sé, pero es que... no termino de hacerlo-

-Ay... boba-

Las dos chicas terminaron de hablar con unas pequeñas carcajadas y enseguida cambiaron sus prendas de dormir por unos uniformes medianamente grandes para salir de la habitación. Anne pudo percibir que las pocas mujeres de ese lugar se podían distinguir entre el mar de jóvenes que venían por los pasillos, esto no dejaba de sorprenderle, desde que llegó a la academia de caballeros la distinción de hombres y mujeres fue marcada, pero no de una forma negativa. Eran más los hombres que peleaban por su país que las jóvenes, casi siempre preferían pasar su vida casadas con algún príncipe y vivir un lindo cuento de hadas.

Pero ella no agradaba de eso, amaba pelear y defender su nación por la que, según ella, había nacido. Esa era su objetivo: luchar por su reino. Esto tampoco significaba que hiciera menos a las mujeres que no eligieran su mismo modo de vida, nada de eso. Se trataba de un sueño que deseaba de niña y que apenas hace un año ya estaba cumpliendo. Gracias a esta academia otras chicas podían compartir su mismo objetivo y eso le entusiasmaba demasiado; era un mundo pequeño donde hombres y mujeres valientes se preparaban para abrir batalla por el amor a su nación.

- ¡Anne! -

- ¿Eh? -

- ¡Por aquí! - gritaba un joven de voz dulce.

- ¡Danny! - sonrío Anne.

- ¿Lista para un nuevo día? -

-Ya sabes que sí-

Danny fue uno de los primeros chicos que conoció entrando al instituto, ambos han llevado una bonita amistad a lo largo de sus estudios; y él también ha servido como un guía en su camino de sentirse segura en aquel enorme lugar entre tanta testosterona.

-Hola Anne, parece que dormiste mucho, lo puedo notar en tu mejilla-

-No te entiendo- dijo tocando su mejilla.

-Creo que Sebastián se refiere a que tienes marcada la almohada-

-Ay joder, es cierto- rápido dejó de sobar su cachete y pudo notar un leve sonrojo. –Es que no me quería despertar, estaba bien a gusto y esa maldita campana sonó-

-Ya me imagino que dormías mucho en tu antiguo hogar, seguro te veías muy linda-

-¿Qué?- comentó Danny mirando fijamente a su amigo.

-Qué- respondió igual la joven.

-Qué- repitió Sebastián. –No-no dije nada, es más miren ya viene el maestro mandón-

Los tres amigos se giraron ante el profesor que parecía tener un mal carácter, ellos sabían que sus clases eran las más engorrosas y pesadas de todo el día. Ahora que estaba en clase el día realmente comenzaba, las primeras lecciones eran de teoría, toda práctica siempre conllevaba algo de historia ya que sin ella no se sabría qué hacer. Además de eso, conocían los tipos de espadas y sus variantes en materiales, armas de ataque, nombres de los primeros fundadores y una leyenda contada por todos en los diferentes reinos: El señor de negro, fue uno de los primeros caballeros malignos que usaron su poder para beneficiar sus necesidades, así fue como fundó su propio reinado y sus tropas eran las más temidas, ya que atacaban sin compasión.

Mi pasado en el presente -- ContinúaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora