Mi pasado en el presente -- Continúa

Charla

Anne dejó que los chicos se adelantaran un poco, decidió agradecerle a Jack por la inesperada acción de bondad de hace rato, así que espero y encontró el momento oportuno.

-Gracias por lo de hace rato... fue inesperadamente... amable- dijo entre cortando las palabras, pero sin dejar un tono empático hacia el chico.

-No fue nada, sólo lo necesitaban más-

-Bueno, sí, pero ahora estamos sin dinero, fue lindo, pero igual te culpo por dejarnos en la calle- Anne dejó rápidamente ese tono dulce para volver a ser la misma chica sarcástica y malhumorada con el pobre troll.

- ¿Bueno quién te entiende mujer? -

-Sólo te agradecí tu buena acción pepino hablador, eso no significa que me agrades, por lo menos no aún-

- ¿No aún?, entonces existe una posibilidad- mencionó el troll dedicándole una de sus famosas miradas seductoras-

-Ugh, me iré al frente, no necesito más de ti- dijo la muchacha con algo de rubor en su cara y liderando el grupo, Jack veía satisfecho su reacción y sonreía para sí.

>>Es divertido molestarla, algo parecido como en loes viejos tiempos...<<

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Por otro lado

Frank iba por uno de los pasillos enormes del palacio, estaba sudando frío y temía soltar un aura de miedo ante aquel hombre que solicitó su servicio, hace mucho que no sentía tanto miedo como aquella vez que una anciana le pidió hacerle un favor sexual a media noche. Respiró hondo y se concentró en las palabras adecuada para expresarse, no quería que Anne corriera peligro y mucho menos esos simpáticos trolls, ellos no estaban dentro del plan, pero..., también estaba la seguridad de todos los reinos, y los miles de vidas que podrían perderse si aquella persona egoísta no tenía lo que pedía: una estúpida piedra.

- ¿Para qué la quiere?, ¿para qué necesita a Anne? - susurró, nada aún le cuadraba, pero decidió seguir adelante y bueno, pronto estaba ante esa enorme silueta, un trono digno de un rey supremo, un rey que estuvo ahí mismo hace algunos años...

-Siento molestarlo señor, pero hemos perdido rastro de la susodicha y esos trolls, la última vez que los vimos fue dentro del bosque de los deseos, es muy probable que hayan muerto en combate-  

-Frank, esperaba tener un poco más  de seriedad contigo, sabes que te contraté por ser el mejor en tu campo, no?-

-Claro señor, prometo no fallarle más- dijo el muchachón con una seguridad falsa, tenía de la vida de su chica, pero... Estaba corto de efectivo, ¿Era acaso un egoísta?.

-Retirate, espero tener buenas noticias de ella y bueno, espero que mi hermano también aparezca, ¿entendido?-

-Entendido señor- pronunció y salió del elegante lugar para irse a buscar a la joven, una vez más-

Anne seguía caminando con los chicos por todo el enorme paisaje, era un poco de noche y la fría noche se acercaba, cada trolo empezaba a temblar un poco, pero el que más lo hacía era Arturo, y Anne pudo percibirlo.

-Toma, parece que tienes algo de frío, luego puedes devolvermelo- dijo la muchacha dándole su chaleco al pequeño troll-

-Pero hace frío, también lo necesitas-

-Tranquilo, yo puedo manejarlo- contestó con una gran sonrisa a lo que el chico agradeció de igual forma, terminando en que ambos chocarán sus puños.

-¿De verdad éste es el camino?, Es eterno- se quejó Hans.

-Según la carta, vamos bien-

-Podríamos a acampar, mis pies me matan- mencionó el rubio.

-Bueno, el ya es de noche es mejor hacerlo, podemos buscar un buen lugar, ¿Qué dicen?-

-Yo jalo- respondió Arturo y los demás le siguieron, así que, todos decidieron buscar un buen lugar, y no pasó mucho de eso, era un pequeño lugar rodeado de arbustos que los cubrirían un poco del frío; los chicos armaron una fogata y cada uno se acomodó en un espacio.

Anne se acomodó en un pequeño espacio a espaldas de los arbustos y decidió acostarse de lado, cuando hacia la fogata, fantaseaba de estar de nuevo en casa, o en el instituto, las camas no eran lo más fancy del mundo pero, al menos te mantenía caliente. Extrana a sus amigos y su vida anterior, pero ella misma se metió en este lío y lo iba a resolver pronto, eso esperaba.

-La fogata se siente bien- expuso Jack, con sus pequeños brazos extendía con cuidado al cálido fuego. Anne no dudó lo tierno que se veía.

-Es bueno sentir el calor-
Los dos se miraron sonrientes y rieron sin sentido, los demás parecían percibir una vibra honesta y cálida que sólo ellos dos conocían. No dijeron nada y los dejaron charlar, cada trolo se quedó dormir al paso del tiempo quedando ellos dos solos, charlando de los buenos y malos tiempos, viendo cosas que el pasado se quedó y que en el presente se habían perdido.

-¿Por qué cambiaste?- dijo la joven al final.

-No puedo decírtelo-

-Si puedes, odio tu nueva forma, ¿que te crees?, sólo te volviste más egoísta-

-Tengo mis razones-

-¿No puedes decirmelas?, éramos tan unidos antes...-

-Pronto, espero, a que acabe todo esto-

-Espero tenerte pronto-

-¿Cómo?-

-Para poder hablar, ¿Qué pensabas pervertido?-

Jack no respondió pero sus mejillas rosadas lo hicieron por él, Anne lo notó pero no dijo nada, de pronto le deseo buena noches y se quedó profundamente dormida.

Anne volvió a leer aquella carta, decía que la gran "casa" estaba por una panadería y una tienda de vestidos, no especificaba los nombres pero sin desmotivarse condujo a los chicos por esos lugares, todos quedaron atónitos ante el enorme lugar... Era un elegante, presuntuosos y fabuloso...

-¿¡Un burdel?!- gritó la muchacha confundida, ¿Cómo diablos habían llegado a ese lugar?, No importa ya, ya que los chicos sin dudar entraron al histriónico palacio, menos Jack que le pareció totalmente incorrecta su actitud.

-Pensé que serías el primero en entrar- bromeó la joven.

-Tengo principios  mujer, y además, nah olvídalo-

-¿Qué?, Dime-

-El lugar está solo, no quería dejarte sola- respondió algo apenado para comenzar a avanzar a la entrada. Anne sin saber qué responder le siguió por la espalda, y entre sus pensamientos agradeció el amable gesto.

¿Que les depararía en ese sensual edificio?...