10. Invierno: La primavera fría.

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No era necesario continuar con una desdicha como aquella. Cuando Lan XiChen abrió los ojos, parecía un cuenco vacío, acudieron entonces a la ayuda de Wen Qing, la chica parecía aún un fantasma después de la desaparición de Wei WuXian más no se negó a cuidar a Lan XiChen. Todos estaban sorprendidos, pero de la aparición del líder de secta Lan no se hizo comentario fuera del Unclean Kingdom.

Los esfuerzos de Wen Qing fueron arduos, ni siquiera permitió que otro médico la auxiliara. Fue clara cuando pidió que sólo Wen Ning brindara apoyo con ello. Los días pasaban y cuando la conciencia de Lan XiChen regresó en sí, parecía que había salido de un letargo frustrante.

—Zewu-Jun—. Murmuró la doctora, aún conmocionada de haber logrado traerlo de vuelta.

—Señorita Wen—, correspondió Lan XiChen tratando de incorporarse, pero la joven lo detuvo, recostándolo por segunda vez.

—A-Ning, trae una medida de solución salina y la infusión de bugambilias—, ordenó, el adverso asintió tímido después de hacer una torpe reverencia y salir del lugar. Regresó tiempo después con manos temblorosas y entregó a su hermana lo antes pedido. No cruzaron palabra después de ello, Wen Qing parecía entregada a su labor, sin siquiera dirigir una mirada al líder de secta y no es que fuera descortés, en realidad aquello se debía a la curiosa mirada que dedicaba a su hermano menor.

Las puertas de la habitación se abrieron dejando pasar a los dos hermanos Nie, siendo Nie MingJue quien encabezaba y Nie HuaiSang el joven tímido oculto tras su abanico. Lan Huan se incorporó con lentitud e inclinó la cabeza ante ambos, correspondiendo aquellos con una reverencia.

—Zewu-Jun, nos alegra que esté con bien ahora. Mis más sinceras disculpas por mantenerlo aquí pero aún no podemos permitir que los demás se enteren de que realmente no está muerto—. Lan XiChen abrió los ojos en gran medida, primero por qué la persona que había hablado y tomado la iniciativa no era nada más ni nada menos que el tímido Nie HuaiSang, quien sin una pizca de miedo bajó el abanico y le ofreció una sonrisa amable, después había sido la aseveración lo que le dejó sin palabras.

—¿Muerto?— Inquirió en un susurro, cómo si realmente decirlo hiciera realidad una pesadilla. Su mirada viajó a Nie MingJue quien asintió sin más, luego miró sus manos.

—¿Qué ha pasado con mi hermano?— Ambos Nie se miraron entre sí. La historia y la petición serían complicadas. Pero mientras más avanzaba y el rostro del educado y alegre Lan Huan se descompuso era primordial hablar de lo que se sabía y deseaba.

°

Los recuerdos de la primavera fría, aquellos días de tranquilidad mientras estudiaban en Cloud Recesses llegaban a sus memorias con rapidez y entonces añoro. El recuerdo de un adiós, de los días lejanos que se van, de un cuadro que se pintaba entre un sin fin de risas efímeras, de un lienzo que no ha perdido su color pero que poco a poco se ha quedado atrás entre el polvo del pasado.

De ese cuarto que pintaron entre la historia de amor juvenil. Había desaparecido la vitalidad de sus propios deseos, una cadena de espinas desgarrando la carne, siendo Wei WuXian un sobreviviente que creyó todo intrascendente. Mientras más avanzaba como un espíritu errante intentando sobrevivir más que vivir, razonando en que momento todo se rompió.

En un recuerdo de un adiós los días pasan sin querer, la mirada de aquel de perdía tan dispersa como el mar y a perder de todo le dolía haberle hecho daño. ¿Realmente debía de desaparecer de ese mundo?

Wei WuXian quería luchar, proteger y vengar, después de todo, él no tuvo elección. Cuando el morir y amar sean uno sería el momento en que Wei Ying quizá querría perecer, más ahora solo deseaba poder regresar el tiempo. El arrepentimiento no lo había tocado aún, pese a ello no entendí porque dolía tanto llegar a ciertos extremos.

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