Después de una fuerte discusión con Bruce, Dick caminaba en círculos, pensativo, enojado, demasiado enojado.
El azabache no podía creer que después de hacerse pasar por él para mantener las calles de Gotham tranquilas tras su repentina desaparición, buscarlo con la esperanza de que aún siguiera cuerdo y con vida, de haber salvado al murciélago de su loca ex en busca del éxito, este con una expresión monótona solo lo reprendiera, y lo acusara de haber deseado ser el murciélago por más tiempo
¡ERA UN INFIERNO! Lo que menos quería era eso, había ocupado toda su vida, toda su adolescencia y adultez en alejarse todo lo que sea posible del manto de Batman, no era algo que él deseara, todo lo contrario, Bruce había hecho de su vida un infierno, uno del cuál Dick nunca olvidaría jamás.
Tras la frustración, Dick no pudo quedarse más en la mansión, todo ahí era nostálgico, cada segundo que pasaba ahí, las paredes le gritaban que solo era la simple sombra de Batman, y el hecho de ser un cero a la izquierda, un don nadie para el mundo no era lo que le molestaba, sino el hecho de que una sombra nunca se desvanece por completo, siempre vuelve, el que Dick no pudiera escapar de ese titulo lo atormentaba, a tal punto de hacerle perder la cordura.
No lo soporto. Salió del lugar.
¿Su destino? La torre, ahí podía ser libre sin la pesada mirada del murciélago acechándolo.
Entro en el ascensor, su mirada estaba fija en la puerta, contaba los segundos esperando a que se abriera para ir al gimnasio y descargar su frustración con el saco, Dick no era agresivo y mucho menos violento, pero cuando se trataba de su vida, de su pasado y futuro sentía como la bola de hierro que lo mantenía en sus cabales se destruía, dejándolo indispuesto, dejando al Dick con emociones volátiles que no pensaría dos veces en soltar primero un puño antes que una lagrima.
-Hola Titanes...-. Monótono, así sonó el chico.-
-Dick... ¿Te encuentras bien?- La chica de piel blanca demostró su preocupación por el joven, desde que esté salió del ascensor la chica sintió la rabia y el dolor, no sabía exactamente a que se debía, pero sabía que al final de la noche, si el chico no se desahogaba como debía podría terminar sucumbiendo ante el lado oscuro de sus pensamiento.
-Sí, estoy bien, estaré entrenando- Y sin esperar respuesta salió de la sala en busca de algo que soportará sus golpes, está noche en especial, tenía muchos de estos para ofrecer.
Golpes secos, uno tras otro, si el joven seguía de está manera el saco se daría por vencido y caería.
A lo lejos, pasos se escucharon, unos lentos pero decididos pasos que Nightwing pudo percibir perfectamente.
Antes de que estos llegarán a hacerle algo el tomo el brazo de quién sea que estaba a su espalda y lo doble para presionarlo contra la espalda de quien osará interrumpirlo, con su otra mano tomo su cuello y ejercía tanta fuerza en este que apenas se podían escuchar los gemidos de dolor, era como un simple suspiro, que con sus pocas ganas hizo su mayor esfuerzo para poder armar una oración completa, entrecortada, claro, pero completa a fin de cuentas.
-Dick... soy yo... Raven- Cómo si de una suplica se tratase, ella completo su frase y este, volviendo a la realidad la soltó de inmediato.
-Rachel lo siento- Inspeccionando su respiración, se notaba que la preocupación desbordaba por sus iris azules.
-Estoy bien- Los latidos e inhalaciones de la dama eran rápido, la falta de oxigeno se notaba.
-Pude haberte matado- El chico tomó el puente de su nariz, tal vez armándose de cordura para poder sostener una conversación coherente con la demonio sin soltarle de por medio todo su enojo.
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Encuentros con Aves
FanfictionHistorias que cuentan un poco más acerca de las complicadas vidas de estos superhéroes. Raven tiene un encanto único que enamoraría a cualquiera, en cada capítulo veremos cómo y porque el amor de estás aves surge por la princesa demonio. Los pers...