🍼capítulo 25🍼

4.3K 369 254
                                    

El silencio reinaba en la habitación, ninguno decía nada, las palabras estaban de más para darse cuenta de la molestia que albergaba la azabache de tez pálida, quien solo fulminaba al Oji-verde con la mirada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El silencio reinaba en la habitación, ninguno decía nada, las palabras estaban de más para darse cuenta de la molestia que albergaba la azabache de tez pálida, quien solo fulminaba al Oji-verde con la mirada.

Un suspiro fue señal de rendición. Adrien levanto el pecho con orgullo, había aguantado mucho la mirada, sin duda un récord que publicaría en su estado.

—¡Yaah! No me sigas mirando así — se queja mientras hace un pequeño puchero en sus labios — Mejor dime "Oh amor mío eres un héroe, les ganaste a esos monstruos,  gracias pos cuidar de nosotros, eres increíble y sumamente hermoso" — hablo con una voz aguda, intentado igualarse al tono de su esposa, mientras mueve sus manos como damisela en peligro.

— ¿Cuáles monstruos? —pregunto molesta—Son niños Agreste y los llenaste de traumas, me hiciste pasar un bochornoso momento con los padres de esos niños.

—Lo siento.

—Un "lo siento" no va a solucionar nada.

—Marinette entiende, no me podía quedar de brazos cruzados, mientras mi hijo sufre a causa de esos mocosos —dijo igual de molesto.

— Nuestro hijo —corrigió — Y esa no fue la manera correcta de hacerlo, son niños y tú un adulto, compórtate como tal — exclamó con enojo.

La azabache enfadada se levanta del mueble, dispuesta a salir de la habitación pero una mano en su brazo hizo que se detuviera, molestando más a la mujer.

— Sueltame.

—Marinette por favor —pide Adrien con cierta molestia.

—No lo volveré a repetir, Sueltame Adrien — Sin más el Oji-verde deshace el agarre con brusquedad, saliendo de la habitación.
Dejando sola a la Azabache.




[...]



—Papi — llama el pequeño rubio, mirando como sale su padre enojado de la habitación, donde anteriormente había escuchado gritos.

—Ve a tu habitación — hablo con voz ronca, mientras agarraba su abrigo del perchero.

—¿Vas a salir? — pregunta en voz baja, siendo ignorado por su padre —Papá —insiste.

Deja de molestar — habla sin pensar, saliendo rápidamente del hogar, dejando también a su hijo.

Jimin con miedo sale corriendo, con la intención de detener a su padre, sin embargo solo pudo ver como el auto de su progenitor se alejaba cada vez más, hasta desaparecer por las calles.

—Papá...— lo llama, mientras pequeñas gotas saladas, descendían de sus mejillas rosadas, sintiendo como su pecho se oprimía al recordar las palabras dichas de su padre.

Bebé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora