Bebé

👶 Capítulo 28 👶

Sus párpados se abren con lentitud y de su boca sale un largo bostezo cargado de cansancio.

— Dios... — murmura con fastidio, llevando sus frías manos a su rostro donde talla con frustración al no poder conciliar el sueño, sin duda el insomnio le gustaba darle su compañía en las noches y eso no le gustaba para nada, el no poder descansar le estaban pasando factura y eso se notaba durante el día, sintiéndose sin energía e irritada, incluyendo el color gris que adornaba debajo de sus ojos.
Maldiciendo cada uno de los remedios caseros que le fueron inútiles.

¿Por qué no podía dormir?....
Esa pregunta rondaba por su cabeza aun sabiendo la posible respuesta...

[...]

La agradable melodía que producían las teclas del gran piano obsequiaban tranquilidad, dando un toque perfecto con el rico aroma producto del café.

— Es lindo — afirma la oji-azul, observando el lugar, sintiéndose muy acogida.

— Sin duda, yo quede atrapado con el ambiente y la decoración cuando vine con mi madre y dije, "tengo que traer a mi bicho" — exclamo con una voz muy varonil la última frase, causando gracia en su compañera.

—Le agradezco mucho por haber pensado en mi — sonríe, acariciando a juego la mano del Rubio — Es lindo que no me puedas sacar de tu mente.

— Ya quisieras ser la dueña de eso corazón — sonríe al escuchar la risa escandalosa de la azabache — Nos van a correr por esa risita tan delicada eh — ríe.

— Eres mal amigo — dijo, fingiendo estar dolida.

— Mejor termina tu postre o me lo voy a comer yo — advierte señalando con su tenedor la pequeña porción de pastel.

— Eres un glotón, te has terminado dos rebanadas y mira que tu plato brilla de lo limpio que lo dejaste — ríe al observar lo avergonzado que está su amigo.

— Son pequeñas porciones — se excusa.

— Abre boquitaa~ —alarga la última palabra para darle de avioncito una cucharada de pastel, siendo gustosamente recibida por el Rubio
— Ñam ñaaam — dice la azabache sonriente..

—Ridicula — menciona, abriendo la boca para recibir otra cucharada de ese chocolatoso pastel.

[...]

Sin más suelta un suspiro, aún con la mirada en el techo hace una cuenta regresiva del uno al diez y con cada dígito que pasaba sentía una punzada en el pecho, dando con el último número para después con lentitud voltear a su costado, sintiendo sus ojos picar al encontrar que nuevamente habitaba el vacío.

—"Otra noche sin ti" — Piensa con tristeza, extrañando la calidez con la que su amado la envolvía.

Con pesadez se levanta, quedando sentada sobre el frío colchón matrimonial.

— Vuelve, por favor...—  musito en un hilo de voz, pequeñas gotas descendían como cada noche — Te ne-necesito — solloza, su pecho dolía mucho.

Levantándose para ir al clóset donde saca un suéter de su esposo, el cual aún permanecía impregnado su aroma, ese abrigo era lo único que le ayudaba desde que él se fue.

— Lo siento, lo siento — dijo entre llanto — La-lamento ser una mala esposa, lamento ser una mala madre — cubriendo su rostro en el abrigo, ahogando su llanto, con la esperanza de que en algún momento el dolor cesara.........

Aunque sea un poco.

—Regresa a casa...

[...]

El reloj marcaba las cuatro de la mañana, levantándose de su cama con el abrigo puesto, saliendo de su fría habitación para dirigirse a las escaleras en donde se detiene en seco al escuchar un audible tarareo, con pasos lentos baja las escaleras sintiendo como su corazón se aceleraba, acercándose cada vez más a la fuente de aquel sonido.

Quedando sorprendida al visualizar aquella imagen que hizo sentirse nuevamente en calor, esa calidez había regresado, sus lágrimas rápidamente recorrían sus mejillas rojizas...

En el mueble hacía su esposo...Su esposo estaba ahí sentado, dejando caricias suaves en la espalda de su hijo.

Finalmente sus ojos se encontraron...

Ambos conectaron miradas y con esa simple acción supieron cuanto se habían extrañado uno al otro.

— He vuelto cariño...

Hiro Agreste.