Lenka
Tres días.
Mi Rin no ha despertado en tres días. Tan rápido como reaccionamos y notamos que Fukase estaba ahorcándola, Teto y yo nos arrojamos sobre él y lo golpeamos con nuestros zapatos en la cabeza hasta que pareció quedar inconsciente. Después Yuma llegó y lo lanzó a un río... Pero, incluso así, no sabemos a qué demonio vendió su alma, pues seguía vivo, y tuvo fuerzas para ir a la mansión Utatane a secuestrar al jóven Piko.
Yuma sale cada cierto tiempo a buscarlo hasta debajo de las piedras, mientras que yo me quedo junto a Rin esperando a que abra los ojos.
La vista que tengo de ella es por mucho la peor que he visto hasta ahora, y eso que hemos estado juntas por una década, incluso más.
Tienes que mirarla de cerca para notar que aún no se ha rendido, respira, pero es casi imperceptible, no hace ruido y su pecho no se alza. Sí, tampoco es que ella fuera escandalosa incluso antes, siempre fue dócil y calmada, pero el total silencio es abrumador. Su piel tersa y clara ya no es suave, está fría y pareciera que se está consumiendo. Cada día que la miro, cada segundo que no me aparto de su lado, siento como si mis esperanzas de volverla a escuchar riendo se desvanecen.
Yo tampoco he hecho mucho más que quedarme con ella. Rezar es lo que hago, incluso ayer me quedé dormida rezando. Rin no creía mucho en Dios, recuerdo que me decía que "Si Dios existiera, Yuma estaría con la persona que ama" "Si Dios existiera, mi querido hermano se habría casado con Miku y por fin lo vería con un precioso traje de boda".
Siempre quiso que Len se casara con ella, decía que era la única persona que lo haría feliz. Pero siempre que la escuchaba hablar de otros, me preguntaba qué sería de ella, si Yuma estuvo con Piko ¿Entonces por qué sigue con él? Si ella no ama a Yuma, entonces ¿Por qué es tan feliz aquí? Si es tan feliz aquí ¿Por qué no regresa a mi lado? ¿Qué tan cruel es el diablo para robarle un ángel al cielo?
Escuché la puerta abrirse. Era Yuma.
- Lenka... Tengo que decirte algo.- Dijo él, entrando a la habitación con el mayor silencio posible, sentándose en la otra silla que habíamos puesto para cuidar a Rin.
- ¿Qué ocurre señor?- Por primera vez en tres días escuché mi voz, ronca y que salía a duras penas. Seguramente se debe a que no he tomado mucha agua.
- Lenka, te estás desgastando. Rin te adora demasiado como para verte así, debes comer algo.- Me pidió él, serio. Pero él no tenía el derecho de pedírmelo en el estado en el que estaba. Apenas hoy se hizo los ánimos de comer algo y darse un baño sólo porque Teto lo regañó por no hacerlo. No ha dormido mucho y las ojeras ya están pasando factura de ello.
Lo miré en silencio, y luego miré a Rin.
- Bien...- Pero antes de ponerme de pie, volví mi mirada a Yuma.- El señorito Utatane... ¿Cómo va su búsqueda?- Yuma volvió a ponerse sombrío, puso una expresión que he visto sólo estos tres días, esa expresión que pone cuando está apunto de llorar. En ese momento y por primera vez, sentí que él y yo no eramos diferentes el uno del otro, ambos somos humanos que amamos a personas que son como fantasmas.
- Sin resultados... Nadie sabe de dónde viene el doctor Satoshi y parece que nadie sabe dónde está ahora.- El aura en la habitación volvió a decaer. A pesar de no hablar con el señorito Utatane tan seguido, me dolía que aquel enfermo se la llevase. Si casi asesina a Rin sin compasión ¿Qué será de él, que lo ha tenido tres días cautivo en Dios sabe dónde? Suspiré.
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«Asfixia» Primera Edición
FanfictionEn algún lugar de Europa, a las afueras de una agetreada ciudad, se encontraba una enorme mansión elegante y misteriosa; donde vivía el Conde Utatane con su esposa y su único hijo, Utatane Piko. Al ser su único hijo, él era su objeto más preciado. E...