Rin
Abrí los ojos abruptamente, era un nuevo día y lo he iniciado con una pesadilla. Una vez reaccioné y noté que este era el mundo real, suspiré y me levanté de la cama, pues sabía que no podría permitirme que un mal sueño me detuviera.
No pude evitar notar que Yuma no estaba a mi lado, lo que de hecho me hizo sonreír, pues eso me daba la impresión de que había logrado corresponder su amor, y probablemente hasta algo más.
- ¿Madam?- Escuché una voz suave del otro lado de la puerta, era la voz de mi criada Lenka. Sonreí con emoción al escucharla, pues siempre es agradable tenerla cerca.
- Vamos Lenka, hazme el favor de pasar.- Ella no tardó en abrir las puertas con fervor, se veía feliz de ver un nuevo día. Corrió hacia mí después de cerrar la puerta tras ella, y me abrazó con fuerza.
- ¡Madam, el Señor salió! ¿Verdad? ¿Eso significa que tenemos el día para nosotras?- Preguntó ella llena de energía como siempre, lo que me hizo reír un poco. Tomé sus dos manos con calma para hacer que su energía se redujera lo suficiente como para que esté quieta y me mirara.
- Claro que si, Lenka. Sabes que es un honor pasar mis días contigo.- Dije yo con voz calmada, pero ella seguía actuando como un potro que acaba de ver el mundo.
- ¿Honor para usted? ¡Es un honor para mí, Madam! ¡La mujer más exitosa y sabia que he conocido! El Señor es muy afortunado de estar a su lado, Madam. Le envidio un poco, ¡Pero por favor no se lo diga!- Reí aún más por sus comentarios tan atrevidos y tan sinceros, me halagaban sus palabras y me hacían feliz.
- Me alegra que me veas así.- Dejé un ligero toque en su nariz y ella sólo soltó una risita. Sin embargo, nuestro momento a solas fue interrumpido con el sonido de la puerta. Quien fue a abrir fue Teto, mi otra criada. Al oír que venían visitas, Lenka y yo nos apresuramos con mis prendas para verme como una dama debería verse ante otras personas.
En el lapso de tiempo en el que Teto conversaba con la visita y la hacía pasar, logré ponerme mis ropas internas y mi falda.
- Vino el Doctor Satoshi, Madam.- Dijo Teto, con su voz seria como siempre.
- Un momento Teto, estamos en un asunto aquí adentro. Llévale té o algo.- Dijo Lenka, haciendo fuerza para acomodar mi corsé. Escuché el quejido de disgusto de Teto del otro lado de la puerta.
- ¡Sabía que tú distraerías a Madam! Te he dicho que no puedes molestar a nuestra Señora tan temprano.- La regañó la de rizos rosados, algo que también solía hacer seguido. Pero por ahora, no podemos dejar que las visitas escuchen tanto alboroto.
- Teto, te voy a rogar que guardes los regaños para después. Por favor, atiende al Doctor Satoshi.- Pedí amablemente, pero con algo de dificultad por culpa del corsé. Teto de inmediato se alejó de la puerta, haciendo lo que le pedí.
Lenka finalmente ató mi corsé y sentí que ya había acabado mi tortura.
- Es extraño que el Señor Satoshi esté aquí... ¿Habrá olvidado algo en la fiesta, Madam?- Preguntó Lenka con cierta preocupación. A juzgar por su tono de voz y expresión, noté que a nadie le daba buena espina Fukase.
Pero no debo preocuparla más de lo que ya lo está, debo calmarme.
- Es probable, Lenka. O tal vez necesite discutir algún asunto laboral. En cualquier caso seré capaz de manejarlo.- Lenka dio unos últimos arreglos a mi vestido mientras yo cepillaba mi cabello y ponía algunos adornos en mi cabeza, para después poder bajar.
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«Asfixia» Primera Edición
FanficEn algún lugar de Europa, a las afueras de una agetreada ciudad, se encontraba una enorme mansión elegante y misteriosa; donde vivía el Conde Utatane con su esposa y su único hijo, Utatane Piko. Al ser su único hijo, él era su objeto más preciado. E...