Campamento Perso

Cabañas

El autobús llegó al campamento y todos bajaron. Una mujer apareció en medio del arco de entrada al campamento.

- ¡Buenas a todos! Me llamo Kirten Morelli, soy la directora de este campamento. Es un placer teneros a todos vosotros aquí. Sé que habéis venido a pasar el mejor verano de vuestra vida, aún así los estudios no pueden dejarse de lado. Por eso, en el campamento "Perso" estudiareis a la vez que hacéis actividades, que, seguro que os gustarán. Seguidme.

Los dos grupos siguieron a la Srta. Morelli. Esta les guio por todo el campamento, enseñándoles donde estaba la biblioteca, las cabañas, la playa, el bosquecillo, la explanada donde harían las actividades, el comedor y por último el auditorio, donde ya estaba todo listo para que la gente se registrase. Noah y Opal volvieron a separar al grupo entre chicos y chicas. Cada grupo se puso en una fila ordenada detrás de su mesa correspondiente y empezaron a registrarse. Al hacerlo les daban un horario dependiendo la edad que tenían. Cuando terminaron todos los registros, llevaron a todo el mundo a la explanada y se quedaron allí con Noah mientras que la Srta. Morelli y Opal hacían los grupos para las cabañas. Sobre la una y media, Opal apareció en el campo con una cesta de mimbre llena de llaves y una lista.

- Vale chicos, acercaos a mí. Voy a decir los grupos con los cuales tendréis que dormir el resto del verano. La Srta. Morelli y yo hemos admitido alguna que otra preferencia respecto a esto. Cuando os nombre, tendréis que acercaros aquí. Os entregaré una llave con vuestro nombre y el número de la cabaña. Cuando ya tengáis vuestra llave, tendréis que ir al bus a coger vuestro equipaje e ir directos a vuestras cabañas, ya que, hacer lo grupos nos ha tomado más tiempo del que debía y la comida se sirve a las dos. Cuando terminéis de acomodaros, intentad por favor hacerlo rápido, id al comedor. Os aviso de que a partir de las cuatro no se servirá más comida hasta la merienda, así que os recomiendo que lleguéis pronto a comer. ¿Ha quedado todo claro? Bien, pues empezamos.- Opal comenzó a decir los nombres de todos los nuevos campistas, estos fueron recogiendo sus llaves y yendo hacia sus cabañas con su equipaje.

Emma llegó la primera a su cabaña detrás de ella llegó, obviamente, su hermana. Al rato llegó Caroline y detrás de ella venían Olympia y Sofie. Olivia y Verónica llegaron unos minutos más tarde y por último llegó Chiara. Esta última había venido sentada sola en el bus, pero por que ella había querido, ya que Olivia en principio se iba a sentar con ella. Las chicas se presentaron y decidieron en qué cama dormiría cada una. Cuando terminaron de acomodarse fueron todas juntas hacia el comedor.

Mientras las cabañas de los chicos también estaban llenándose. Álvaro fue el primero en llegar a su cabaña. Detrás de él llegaron Hugo, Sebastian y Héctor. Un poco más tarde, llegaron Diego y Aarón. Y por último, llegaron Lucas y Alejandro.

- Menos mal que te ha tocado conmigo, ya pensaba que me quedaría solo.- Le dijo Álvaro a Lucas susurrando y este se rió.

- Tenías razón Bas.- le dijo Héctor a Sebastian. Él se rió y este le respondió: "¿Y cuándo no la tengo?" Los dos mellizos se rieron.

Cuando terminaron las presentaciones, cada uno se acomodó en su parte del cuarto y salieron todos juntos a comer.

En el comedor, el grupo de las chicas estaban ya sentadas comiendo cuando los chicos entraron y se sentaron en la mesa de al lado. Caroline se levantó de su sitio y se sentó en una mesa aparte y Aarón la imitó. La pareja comió junta mientras que en las mesas de sus compañeros estos hablaban y se conocían animadamente. Todos terminaron de comer y se dirigieron de nuevo a sus cabañas. Tenían una hora libre después de comer, la cual todos utilizaron para descansar o terminar de acomodarse excepto Caroline y Aarón que decidieron ir a dar un paseo por la playa.

- Odio a mis compañeras de cuarto, son unas idiotas. No quiero estar allí. Quiero estar contigo.- y puso una cara triste.

-Caroline, no empieces, no quiero decepcionar a mis padres porque me hayan echado por tu culpa. No sería la primera vez que me echan de algún sitio por tu culpa.

- Aarón no seas idiota, aquel dependiente me dijo que aquel vestido me quedaba pequeño.

-Te quedaba pequeño y además le pediste su opinión.

-Bueno, dejémoslo. ¿Qué tal tú con tus compañeros de cabaña?

-No están mal, a ver, mis amigos son mil veces mejores. De hecho hay algún que otro pobretón, pero quitándoles a ellos, los chavales son majos. Me ha tocado con el rarito ese que ha llegado tarde, lo primero que ha hecho nada más llegar ha sido poner su maleta debajo de la cama y tumbarse.

-Buff, al menos no te ha tocado con una rarita que ha querido venir completamente sola en el autobús. Se llama Chiara y tiene pinta de ser de lo peor.

-Oye Caro, no crees que deberíamos terminar de acomodar nuestras cosas.

-No, además eso me lleva a contarte algo que quería decirte en la comida, pero estaban los profes y los monitores delante.

-Dime, ¿qué pasa?

-Bueno, ya sé que tú no quieres pero yo no duermo con ese grupo de locas ni muerta.- Aarón asintió- Así que he decidido que este viernes me iré del campamento, me escaparé y llamaré a mi prima para que venga a recogerme.

-¿¡Qué!? ¡Tú sí que estás loca Caroline!

-Calla, déjame explicarme. A ver mi prima viene de vacaciones al pueblo de al lado por lo que vendrá a recogerme y a final de verano cuando mis padres vengan a recogerme haré como que llevo aquí todo el verano. Ni se enteraran, solo necesito tu ayuda. Cuando mis padres te pregunten al final de verano tu diles que hemos estado los dos juntos todo el tiempo y que hemos sido muy felices.

-Pero Caro, yo quería estar contigo. Además, en cuanto noten que no estas llamaran a tus padres.

- Aarón, yo también quiero estar contigo, pero no aquí. Y lo de llamar a mis padres, ya lo tengo solucionado.- dijo con una sonrisa que daba más bien miedo.

-Está bien, pero me tienes que venir todas las semanas a verme y a traerme comida para comer por las noches.

Caroline sonrió y asintió.

-Ya veremos- Dijo esta divertida.

Caroline no quería pasear más por lo que cada uno volvió a su cabaña.