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Volumen 7 CAPÍTULO 4

Feng Ming siguió a la emperatriz, con miedo de ser observado, se cerró sin decir una palabra, llegaron al pequeño sedan y caballo y fueron de vuelta al palacio.

Al regresar, varias doncellas lo saludaron " el consejero ha llegado y actualmente está esperando al Duke Ming en la habitación principal."

Feng Ming se apresuró y vio la espalda recta de Lu Dan. Sin saber por qué, el corazón estaba un poco aliviado, y sonrió y dijo: "Está nevando mucho y el consejero eligió venir en este momento, ¿no tienes miedo del frío?"

Lu Dan se dio la vuelta y curvó sus labios. "Hace un momento, cuando escuché los pasos ​ rápidos de Duke Ming, pensé que estaba enojado. Pero ahora que escuché la voz de Duke Ming, parece que estás de buen humor." el llevaba una túnica roja, que reflejaba su piel blanca, haciéndolo aún más hermoso.

"No lo digas más. Todo se debe a esa sala de reuniones militares, sospechan que mi maestro está mintiendo, qué tontería." Feng Ming se sentó y dijo cosas de nuevo, y de repente recordó: "Mi maestro también volvió conmigo, ¿por qué no la veo?"

Sui Yin se apartó de la cortina y respondió: "La Maestra dijo que estaba cansada y regresó a su habitación para descansar, pidió que Duke Ming entretuviera al consejero".

Lu Dan dijo: "No hay necesidad de molestar al Maestro, para ser honesto, Lu Dan vino hoy para encontrarse con Duke ... tos tos ..." Incluso levantó la mano y tosió un rato, pero no podía respirar. .

Feng Ming frunció el ceño y se acercó. "¿Estás bien, consejero? Que alguien traiga un poco de té caliente."

Lu Dan hizo un gesto con la mano para que se detuviera, tosió un rato, se detuvo lentamente y sonrió levemente: "El cielo se está enfriando". Su rostro enrojeció, lo que agregó más belleza a su apariencia.

Feng Ming sostuvo su mano, que se sentía helada. Desde lejos no habia mucha diferencia, pero al mirar de cerca, Lu Dan era mucho más delgado que antes. No pudo evitar preocuparse. Frunció el ceño: "Hace dos días estaba bien, ¿cómo es que ahora ..."

"Duke Ming le había enseñado a Lu Dan una línea: cuando llega la enfermedad, es como un desprendimiento de tierra, pero para que desaparezca, es como quitarse la seda cruda de un capullo. Ya le he dicho a Duke Ming antes, ¿podría ser que Duke Ming creía que Lu Dan estaba mintiendo sobre esto? Parece que el 80% ya no puedo ocultar mi enfermedad de Jun Ling Si. Lu Dan no es una buena persona, mi muerte no vale nada."

Aunque sus palabras fueron ciertas, Feng Ming fue realmente miserable. Pero en este momento, al escuchar sus palabras, Feng Ming se sintió como si hubiera sido apuñalado. Sus lágrimas casi se derrumbaron y gimió: " Hay muchas hierbas famosas en el palacio y hay los mejores médicos. El consejero nacional no debería pensar lo peor".

Lu Dan estuvo en silencio por un largo tiempo, suspirando bajo la voz y dijo: "Duke Ming es tan sincero, Lu Dan realmente no sabe si estar para el Gran Rey o estar preocupado por Duke Ming?" Dando palmaditas en las manos de Feng Ming, Lu Dan bajó la voz. "No te preocupes, incluso un día con mi presencia dentro del palacio, Jun Qing no se atreverá a tocarte. El Maestro ... bueno, no puedo pedir su enseñanza hoy."

Se levantó lentamente y su cuerpo de repente se derrumbó de golpe. Feng Ming exclamó y lo agarró antes de saber que ya estaba débil hasta este punto.

Lu Dan se separó del apoyo de Feng Ming y apenas se mantuvo firme. Sonrió y dijo "He dejado que Duke Ming me vea en un momento vergonzoso."

Feng Ming no pudo soportarlo y le dijo "La próxima vez, si el consejero necesita algo, solo envíame a alguien para que me llame."