Capitulo uno.

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𓅓 𝙇𝙖𝙨 𝙡𝙖𝙜𝙧𝙞𝙢𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙉𝙞𝙭.

   Bajo de su carroza y al tocar el suelo de su fortaleza el suelo del tártaro tembló por el disgusto de la diosa Nix que ocultaba su disgusto en su inexpresivo rostro.

La mujer de tez blanca hacia juego con el cósmico color de sus ojos, recupero la postura y camino a paso elegante, su velo se volvió más oscuro cubriendo aun más su rostro.

  Una sirvienta espectral se reverenció  y persiguió a la diosa cuando se adentro al palacio, sus pasos eran resonantes  en aquel palacio del tártaro, la tela sobrante trasera de su vestido negro se arrastraba por los suelo a cada paso que daba.

Un sirviente de la tétrica viviendo se le acerco deteniendo los pasos de la diosa.

— ¿Pasó algo? — Le pregunto con neutralidad.

— Mi señor Érebo espera verla, mi señora — Le responde. Nix toma aire con tensión aun con la frente en alto sin inmutarse.

— La veré después. Ahora estoy cansada — El espectro solo inclino su cabeza mientras que Nix lo dejaba de lado y seguía su camino sin miramientos.

No tenía ganas de ver Érebo, al menos no por ahora que se encuentra tensa, no quisiera en estas condiciones decirle a su hermano y padre de dos de sus hijos; que un dios olímpico tendría más prestigio que él en el cosmos y que tomaría su lugar como compañero de Nix. Al llegar a  sus aposentos camino hacia su terraza y con un ademán le ordenó a su sirvienta que se retiré por el momento.

Se acerca al barandal de hierro negro rodeado por raíces de rosas negras, la diosa se sienta en el diván más cercano y juguetea con una de las rosas.

    Era la primera vez en toda su vida, que se enojaba con su padre, la diosa al recibir la noticia mostró decepción profunda hacia Caos, pero la diosa al menos esperaba que la casaran con alguien prudente y menos problemático, que parecía imposible cuando se habla de los hijos de zeus, pero algunos no le traerían problemas, como el caso de Apollo; ese quizá ni lo vería, es más quizá su relación solo se base en el orden cósmico y su decencia, o el que ella, en el fondo esperaba más, Hermes, este dios le sería muy útil, quizá de todos los hijos de Zeus era unos de los más "Prudentes" y el que menos problemas le traería, aparte de que podría manejarlo a su antojo. No obstante su padre pareció perder la cabeza, y eligió a Ares, ese dios para ella era problemático su actitud sanguinaria, le causaba repulsión a la diosa, aparte para ella si llegaba a tener descendencia con él, sin duda sería oscura y problemática; Además de que sin duda le sería infidelidad, puede que a Nix no le afecta este hecho pero le gusta que le teman y la respeten como la diosa que es.

"No necesariamente tienes que amarlo o respetarlo, solo es un matrimonio de conveniencia"

Sonrió con amargura. Si su padre lo dice, no tendría porque cumplir del todo ese juramento, después de todo, era una diosa madre, fuerte y poderosa, ella puede tener los hijos que quisiera con quien quiera.

Además, su padre tiene razón. Es solo un matrimonio de conveniencia, su presencia en el olimpo hará pensar dos veces a cualquiera que se atreva a desafiar el orden cósmico. No necesariamente tendría que estar siempre con él, estarían en paz, siempre y cuando Ares no sea una molestia para ella, al menos eso esperaba, no le quedaba mucho por desear.

— Mi señora — La voz espectral de su sirvienta la hizo salir de los pensamientos de Nix para después prestarle atención.

— No te dije que te fueras — Replico regresando su mirada a la rosa.

— Una disculpa. — agacho la cabeza — Pero Érebo insiste en verla. —Nix cierra los ojos frustrada por la insistencia de Erebo.

Deja de lado la flor y su mirada a un punto incierto de el paisaje.

𝑙𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑔𝑟𝑖𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑁𝑖𝑥 ━━ ᵇˡᵒᵒᵈ ᵒᶠ ᶻᵉᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora