Capítulo 24

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-¿Qué te había dicho?

-Vale sí, tenías razón -puse los ojos en blanco.

-Si es que se veía a la legua. Era fácil predecir que acabaríais juntos.

-¡Otra! ¿Por qué todo el mundo da por hecho que va a pasar? ¡Solo es una cita, por el amor de Dios!

Volví mi atención a los huevos fritos que tenía en la sartén antes de que se quemasen.

Susan se encogió de hombros.

-Tal vez porque eso es lo que va a pasar.

Gruñí haciéndole reír.

Le había contado lo de mi cita con Niall el sábado. Bueno en realidad en las tres horas que llevábamos trabajando le había puesto al corriente de todo lo que había pasado en mi vida los últimos días. Incluyendo lo de Harry y Turner.

-Hey, Brooke, ¿ese no era amigo tuyo?

-¿Michael? ¿Qué hace aquí?

Salí de la cocina. Me miró con una expresión que no pude descifrar.

-¿Tanto me echabas de menos?

-¿Se puede saber qué ha pasado entre tú y Turner?

Ignoró mi broma.

-¿Qué te ha contado?

-Nada. Ya no me cuenta nada. Lo último que me dijo fue que quería declararse de una vez, pero ni siquiera sé si lo hizo.

Me quedé helada.

-¿Cómo? -hablé perpleja.

-¿Aún no lo ha hecho?

-¿Lo sabías?

-Claro que lo sabía, yo le animé a hacerlo.

-¿Qué? Pero... ¿por qué no me avisaste?

-Cómo pretendes que lo hiciese, eso era algo que debía hacer él. Supongo que ya lo ha hecho.

-No exactamente...

-¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué ha ocurrido?

-Es que...  me besó.

Abrió los ojos de sorpresa.

-Wow, y ¿qué hiciste?

Hice una mueca de culpabilidad.

-Oh no. Brooke, esa cara no... no me digas que... ¡no habrás sido capaz!

-Sí, me fui. Ni si quiera le di tiempo para decir nada, salí corriendo.

-¿Pero cómo has podido hacerle eso? ¡Sabes lo mal que lleva el tema de los abandonos!

-Sí, ya lo sé, ya me siento suficiente culpable.

-¡Más te vale!

-¿Podemos entrar? Nos están mirando.

Estábamos montando un espectáculo en mitad de la cafetería.

-No tengo nada más que decir. Brooke, te quiero pero esta vez me has decepcionado, no puedo creer que hayas sido tan cobarde.

Unos minutos después de que se fuese yo seguía ahí de pie, sin creer que Michael, mi mejor amigo, me hubiese dicho algo así. Algo que sabía que me dolería.

-Hey, Brooke, ¿estás bien?

Susan me puso una mano en el hombro a modo de consolación.

Negué en respuesta, pero en lugar de deshaogarme con ella fui a ahogar mis penas en el trabajo.

La chica que arruinó mi concierto | NH.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora