Capítulo 17

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Abrí la puerta a mis hermanos. Todo lo que pude ver a Chris, y la sangre.

-¿Qué diablos te ha pasado? -les insté entrar.

-Se ha peleado en el colegio. -contestó Mel, con reproche en su voz.

-¿Qué? ¿Por qué? -conduje a Mel, Brad y Chris a la cocina.

-Robert se metió conmigo.

-¿Robert? ¿El hermano de Scott?

-Sí. -dijo Melanie.

-¿Qué ha dicho que sea tan malo?

-Mentiras. Dijo que papá es un borracho que le debe dinero a su hermano. -refunfuñó Chris.

- Si el crío dice esas gilipolleces es porque las ha oído en casa. -acusó Brad.

-Pero no es cierto, a qué no Brooke. -le senté en un taburete para empezar a curarle.

-Chris, aunque me parece bien que defiendas a tu familia, no debes dar la cara por Cameron. Además, esta no es la manera de hacerlo. No está bien que pegues a tus compañeros.

-Pero tú siempre dices que no hay que mentir. Robert es un mentiroso. -cómo explicarle que el maldito niño llevaba razón.

-No debes defender a Cameron. -repetí- Él ya no está aquí. Si le preocupase lo que la gente pensara volvería a solucionar sus problemas. Tú no tienes que dar la cara por él.

-¿Robert decía la verdad? -paré mis movimientos. Miré a sus pequeños ojos marrones, atentos a mi respuesta.

-Verás...a Cameron le gustaba mucho beber. Y para comprar la bebida tenía que gastar algo de dinero que pedía prestado a algunos amigos. -intenté suavizar la realidad pero mientras la contaba me daba cuenta de que una realidad tan horrible como esa no se podía suavizar.

-Vamos Chris, vamos a ver la tele. -Melanie se lo llevó en brazos. Resoplé.

-No soporto que le siga llamando papá. -murmuró Brad.

-Yo tampoco. Lo odio.

-¿Cuanto crees que tardará en entender que nos abandonó y que no le importamos una mierda? -me encogí de hombros.

-No tengo ni idea. Pero espero que no mucho.

...

-Te echo de menos. -pegué la mano al cristal blindado intentando sentirle lo más cerca posible.

-Yo también, ya lo sabes. -observé otra vez su rostro cansado y más pálido de lo habitual.

-¿Mason, descansas bien?

-Si te refieres a si duermo mal por el miedo, la respuesta es no. Te recuerdo que todos los de mi pabellón han sido condenados por delitos menores. Nada de asesinos, violadores o políticos. -reímos a la vez- Y si quieres saberlo me alivia. Compartir techo con un ministro me quitaría el sueño.

-¿Cómo puedes seguir manteniendo tu sentido del humor?

-Cuando entras en un sitio como este cambias. Por mucho que lo llamen correccional, la experiencia no es nada agradable e intentas refugiarte de la locura por inercia. Algunos lo hacen mediante el ejercicio físico, se ponen cachas y permiten que las malas influencias les dirijan para no sentirse desprotegidos. Otros para evitar ese camino se aferran a su fe, e incluso la encuentran aquí, pero es lo que les da fuerzas para no intentar suicidarse con los cuchillos de plástico de la cafetería. Sin embargo, yo, como supongo que no seré el único, me aferro a la positividad, que es lo único que me queda aquí dentro. Pienso en que solo faltan trece meses para que vuelva a estar ahí para patearle el culo a Michael de nuevo.

La chica que arruinó mi concierto | NH.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora