O5 | Somnolencia

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—Nagato.— susurró su nombre en el oído del contrario, sus manos viajaban por todo su cuerpo creando suaves caricia.

—Hiroki.— dijo de igual manera el peli naranja.




Vió como el cuerpo del menor subía arriba del suyo, hasta quedarse sentando arriba de sus piernas, Pain levo sus manos hasta ir a ambos lado de su cintura, fue entonces que el menor se movió creando moviéndose extravagantes que deleitaban a ambos chicos.




—Shh, estoy aquí ahora.— beso su cuello mientras las caricias seguían complaciendo al mayor en todo momento.

—Hiroki.— seguía jadeando ante la atención que le ortogaba el peli verde, se sentía bien, demasiado bien para ser verdad.

—Nunca más me voy a ir de tu lado, Nagato.— seguía repartiendo besos por todo lados, escuchando los suaves gemidos que salían de los labios de mayor.




Cuerpo comenzó a subir de temperatura mientras se aferraba a otro cuerpo, sentía como su corazón palpitaba con furia. De su boca solo salian suave jadeos que pedían más, mantenía sus ojos cerrados sintiendo el gran placer que le daba el menor; como lo besaba, como sus manos recorría su cuerpo de forma extraordinaria.

Era como tocar el cielo.

De un momento a otro su respiración comenzó a fallar, su pecho de contrajo, y antes de que pudiera hacer otra cosa abrió los ojos de repente, encontrandose nuevamente en su oficina, sólo, observando todos los papeles volcados en el piso.

Era un sueño, lo había soñado.

Confundido, así se encontraba ahora mismo, llevo una mano a su frente sintiendo el sudor que caí de ahí, sentía sus mejillas arder, por cual supuso que se encontraba sonrojado.

No lo entendía, ¿Por qué había soñado tal cosa con Hiroki?. Es decir, nunca se le habría pasado por la cabeza pensar de esa forma del menor, siempre tuvo sus ganas de conocerlo más, pero no quiera conocer de más al peli verde. No era por nada en especial, siempre lo había visto como alguien de lucha increíble con grandes habilidades, pero ver como lo vió en su sueño. Ya no sabía que pensar, realmente estaba confundido.

De repente la puerta de su oficina se abrió dejando ver a una peli violeta llamándolo para cenar.




—¿Cenar?¿Ya es de noche?.— preguntó algo desorientado.

—Si, te la pasaste toda la tarde en tu oficina. Igual no te preocupes, no paso nada que no debía pasar.— dijo refiriéndose a los miembros de Akatsuki y cualquier desastre que podían haber creando. Y es que siempre es así, pareciera que todos estuvieran en su contra oara arreglárselas y causarle problemas en momentos importantes, o cuando tenía demasiado trabajo.

Pain asintió con la cabeza. —Entiendo. Ahora voy, no te preocupes.— terminó por decir antes de ver a su amiga volver a irse, no antes de responder con un asentimiento de cabeza.




Dejo escapar un largó suspiró, se sentía agotado mentalmente; se levantó de su asiento, se estiró haciendo sonar una que otra hueso de su cuerpo, y luego se eso comenzó a caminar hasta llegar a la puerta y dirigirse por el mismo camino que se había ido su amigo segundos atrás.

Cuando llego a mitad de camino el bullicio de muchas voces se hicieron presenté sonando cada vez más fuerte mientras se acercaba, fue hasta que el mismo llego que todo aquél desorden de sonidos pararon al instante. Pain en seguida se sintió confundido nuevamente, era extrañó, nunca pasaban estas cosas, cuando el llegaba usualmente los gritos de sus súbitos se habían aún más sonoros. Pero no fue así, eso lo desubicó.

El peli naranja los miro a cada uno sospechoso, mientras que los miembros de la organización se mantenía neutros y en silenció. Algo estaba pasando y el no sabía o simplemente era su propia paranoia, ¿pero como no ser paranoico teniéndolos asi de tranquilos?. No era por nada en especial, pero es que nunca se comportaban asi, era extraño, bastante sospechoso.




—¿Qué sucede?.— pregunto una vez que llego hasta su asiento alado de su amiga, y se ubicó en el mismo.

—Ya te dije que no pasaba nada Pain, anda, come tu comida antes de que se enfríe.— respondió Konan por todos mientras le servia comida en el plato de su amigo y líder.




El peli naranja gruño en repuesta, y es que era imposible que nada sucediera, porque sino ellos no estarían tan calmados y el no estaría ahi cenando con ellos, sino en su oficina rogando por un poco de paz en aquella guarida.

Miro detenidamente a cada uno, todos se mantenía neutros, hasta los más inquietos; un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Dónde estaba Hiroki?.




—¿Dónde está?.— preguntó tomando por sorpresa a la mayoría que se encontraba en esa mesa. Uno que otro se ahogó con su comida o bebida, fue entonces que muchas miradas que arrepentimiento se comenzaron a mostrar en los rostros de sus discípulos. —¿Qué hicieron ahora?.— pregunto nuevamente haciendo un tono de voz más autoritario, dejando su comida de lado y mirando a cada uno como si estuviera a punto de matarlos.

—Mejor dicho, ¿Qué fue lo que no hicimos?.— bromeó Hidan ganando muchas miradas de odio por parte de sus compañeros.

—Hidan cierra la boca.— Deidara gruño mirándolo con las cejas juntas.

—Ambos cierren la boca.— Kisame silenció a sus compañeros e amigos para que no metieran la pata, y es que si Pain se enteraba, iba a matarlos.




El lider de Akatsuki se vió entre confundido y molesto, algo estaban ocultando y nadie se lo decía, incluida Konan, eso le sacaba desquició. El peli naranja miro a la chica en busca de una respuesta clara, pero la contraria solo desviaba la miraba evitando tener que contestar alguna cosa.




Todos estaban bastantes nerviosos, y no saber que sucedía también lo ponían así. —¡¿Pueden hablar de una vez maldita sea?!.— golpeó la mesa asustando a los menores de Akatsuki.

—Deberías tranquilizarte.— la voz del peli verde se hizo presenté de repente.




Pain miro a dirección de donde se encontraba el mismo, pero enseguida vió la miraba hacía bajo que le daba el menor. El chocante recuerdo de su sueño lo golpeó haciéndolo también mirar el suelo sintiéndose estúpido.




—¿Dónde estabas?.— preguntó sintiendo como el ambiente del lugar iba pesando cada vez más a medida que pasaban los segundos.

—Eso no importa.— dijo si más encogiéndose de hombros.




Pain se mordió la lengua para no soltar otra palabra la cual pudiera sonar mal, no quiera que lo viera como alguien raro, es decir, apenas había llegado hace poco, y sería extraño que a pasar las pocas horas juntos le dijera algo como: "a mi si me importa". No lo iba a hacer.




El silenció inundó el lugar, era algo incómodo estar ahi, y eso le molestaba, todo le molestaba. Frunció el ceño y miro a su amiga. —No voy a cenar hoy, volveré a mí oficina.— anunció antes de levantarse e irse del lugar lentamente. No podía estar en un mismo sitió con Hiroki. Lo hacía sentir débil de alguna forma.




¿Qué estaba pasando? Se pregunto a si mismo.

El Dolor De Tu Mirada ━━━ ❝Pain❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora