Mi mejor amiga, la chica que me gusta.//Shadaria.

Epílogo 1. Las almas no correspondidas.

Este epílogo transcurre desde el párrafo del final donde Sally le sonríe a Shadow y va directo hacia Sonic mientras que Shadow va en busca de María.✨

Después de sonreírle salió de su escondite y se acercó a ese cobalto con un rostro lleno de tristeza. Quedó frente a frente con el erizo y tomó sus manos, tratando de transmitirle que no estaba solo.

—No estás solo. Entiendo que se vio un poco duro lo que dijiste...pero creo que soy la única persona que entenderá. Estás dolido, intentaste de todo para llamar su atención.

Sonic bajó la mirada, quería llorar nuevamente. Ella soltó sus manos.

—Nunca viste las señales de María ¿verdad?

—Creí que...creí que solo quería ser mi amiga...

Sally asintió comprendiendo, muchos no captan las indirectas o el comportamiento de los demás y eso no es malo. Iba a decir otra cosa pero escuchó unos pasos y sintió miedo. Sabía de quiénes se trataba así que tomó una de las manos de Sonic y lo hizo correr junto a ella por el pasillo donde antes había venido junto a Shadow.

—¿A dónde vamos?

Sally lo miró de por el rabillo del ojo y le sonrió.

—Lo más lejos posible de esta escuela.

Sonic sonrió un poco y la siguió.

Ambos salieron de la escuela completamente y corrieron por las calles vacías de la ciudad. No sabían con exactitud hacia dónde se dirigían, solo seguían sus pies y sus corazones rotos.

Al final llegaron a un parque solitario, se detuvieron. Recuperaron el aire perdido por el maratón y miraron a su alrededor. El viento acariciaba sus rostros haciendo que cerraran sus ojos, los relajaba y les hacía olvidar por un momento que habían pasado por muchas cosas.

Sally abrió sus ojos y miró de reojo al cobalto. Un chico tan amable y cariñoso, con un corazón roto y probablemente un enemigo. Conociendo a Shadow ya sabía que le tendría rencor por decirle eso a su amada María.

—¿Cómo lo soportas?—preguntó Sonic, Sally lo miró con confusión—Me refiero a...eso...tú amor no correspondido....

—Oh, eso.—ella se rió un poco—Solo...me mantengo con el firme pensamiento de que jamás me corresponderá. ¿Sabes? A veces tenemos que vivir con este tipo de sentimientos y quitarnos la burbuja rosa con la que crecimos. Tener miedo de dañar una amistad por culpa de algo que sientes es lo peor...por eso...me conformo con que él sea feliz. Supongo que en esta vida no estábamos destinados.—ella le sonrió, una sonrisa sincera pero llena de tristeza—Muchos tenemos un o una Heather en nuestras vidas.

El cobalto la miró con admiración, esa chica era muy fuerte. Se veía como si nada hubiese pasado, como si ella no estuviese triste o rota. Cuando en realidad ella es un alma tan noble que no fue correspondida y aún así siguió adelante, buscando la felicidad de su amado.