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Su cuerpo se sentía algo entumecido, por lo que Shinra prefirió quedarse recostado en la camilla, reconociendo a todas esas sensaciones que el rubio le provocaba antes de que tuvieran esa discusión; cada una de éstas había regresado con tan solo verle, volviéndose más intensas al tener nuevamente contacto con él después de lo que pareció ser un largo tiempo.

Su orgullo se veía pisoteado en el suelo al admitir lo mucho que lo había echado de menos, y de lo mucho que había extrañado su voz y su mirada, sobre todo el anhelo de volver a tenerle cerca.

Incluso si resultó siendo incómodo, le agradó sentirse como en esos días otra vez.

Un suspiro cargado de frustración escapó de sus labios. Cómo debería manejar esta situación? debería cederle el paso a lo que sea que estuviera sintiendo por el rubio y dejarse llevar a costa de ello?

Porque aún no podía denominarlo como sentimientos... ya que si lo hacía, sentía que le estaría dando paso a algo mucho más importante; todavía seguía sintiéndose confuso. Con Arthur. Con todo.

Fue en eso que escuchó la puerta de la enfermería abrirse, topándose luego con la silueta de quien se hacía lugar cada vez más en sus pensamientos. Bastó que cruzaran miradas para que los dos entraran en una obvia tensión, uno ocultándolo peor que el otro.

De todas formas, Arthur sabía que debía terminar con lo que empezó.

─Cómo te sientes?─decidió iniciar con una pregunta, tratando de lucir casual y no como alguien que estaba siendo absorbido por los malditos nervios.

─Bien... ─respondió Kusakabe dubitativo, desviando la vista de vez en cuando. Él tampoco quería parecer ansioso, ni soltarle todo de golpe cuando las circunstancias no estaban precisamente para ello─. Esta vez no se ensañaron mucho conmigo, así que...

─Todo empezó porque tú la defendiste─le interrumpió Arthur, encogiéndose de hombros; no le molestaba que el azabache lo haya hecho, de todos modos él habría hecho lo mismo de haber estado en su lugar─. Es de admirar.

Y nuevamente, silencio.

Shinra todavía tenía presente las palabras del rubio en aquel día, y ahora venían a hacer eco más que nunca. De verdad quería comprenderlo, obtener una respuesta que fuera acorde a lo que él estaba suponiendo o que descartara por completo todos esos disparates.

Y Arthur, esta vez teniendo un poco más en orden sus pensamientos y aceptando después de darle más vueltas de las necesarias a lo que sentía, descubrió que retractarse a éstas alturas sería muy hipócrita de su parte.

─Lamento no haber podido cumplir tu petición, Shinra─le dijo, su voz tornándose entre conciliadora y algo ansiosa─. También, lo siento... en ese momento yo... no dije las cosas de la mejor manera.

Kusakabe reprimió una sonrisa, con su corazón haciéndole saber lo emocionado que estaba por unas sencillas palabras. Sin cuestionarse si es que aquello estaría bien o no, estiró su mano derecha hacia el rubio, anhelando que le concediera ese pequeño lujo.

Arthur se percató de esto, por lo que sin hacerle esperar demasiado, se acercó rompiendo la distancia, tomando su mano y entrelazando sus dedos en el acto; percibió que la piel del azabache estaba un poco más fría, aunque el contraste de temperaturas le hizo sentir bien de alguna forma.

Esa inocente pero significativa unión le dio fuerzas al rubio para continuar.

─Esto es algo... vergonzoso de admitir en voz alta, sabes? porque, bueno... jamás había sentido celos por alguien, y que ese alguien fueras específicamente tú...

Scars That I Want To Heal | Arthur x ShinraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora