AU.| Cada día, Shinra se pregunta cómo es que sigue allí de pie, respirando y viendo cómo la vida puede continuar sin ellos a su lado.
Y también, al término de cada uno de esos días, cierra los ojos rogando por que todo sea diferente, cansado de abo...
A Iris le parecía irónica la situación. Debido a la ausencia de Shinra, sus compañeros se tornaron renuentes a cuchichear sobre él, puesto que no podría escucharles y eso para ellos no les resultaba divertido.
Fue entonces que, como ahora las burlas ya no podían ir directamente dirigidas hacia su principal y único objetivo, sólo quedaba cierta jovencita que se mostró amable y amistosa con él.
Iris no estaba siendo del todo excluida tampoco, ya que algunas chicas le pedían ayuda o le sonreían cuando cruzaban miradas. Por parte de las féminas todo iba bien.
Tras dar inicio al primer receso, Iris se ubicó en un lugar que diera vista completa al patio del internado, atenta por si veía a la persona que su compañero parecía tanto querer ver el día anterior.
Y en eso estaba, hasta que dos chicos obstruyeron su campo de visión. Confundida alzó la mirada, topándose con dos rostros que lucían... preocupados? aterrados? no sabría describirlo con exactitud.
─Iris, verdad?─tomó la palabra uno de ellos, intentando sonar amigable. La aludida asintió, todavía sin comprender qué hacían ahí─. Yo y mi amigo queríamos... advertirte sobre Kusakabe, ya que te hemos visto muy cercana a él últimamente.
Iris no reaccionó, simplemente ladeó un poco la cabeza, sin captar a dónde querían llegar realmente aquellos dos chicos con eso.
─Como eres nueva, no creo que estés al tanto de su reputación─continuó el chico entonces, tomándose algo más de confianza con ella─. Por ello, venimos a pedirte por tu bien que te alejes de él, ya que de seguro podría lastimarte.
─Lastimarme?─Iris enseguida dudó, no pudiendo darle crédito a eso último. Parecía ser mentira, salvo por la forma en que aquel chico se lo dejaba saber─. Debe ser un error, Shinra no es ese tipo de persona...
─Una vez tuvo un altercado con una de sus compañeras en la clase de deporte─respaldó el amigo de su interlocutor, tornándose serio para dar credibilidad a sus palabras─. Al final acabó golpeándola, acusándola de que ella le había provocado en primer lugar─de pronto hizo como si se lamentara, notando de pasada la expresión casi consternada de la chica rubia─ pero como ves, después de todo se supo y Kusakabe con descaro negó todo y se las arregló para pasar inadvertido.
─Por eso nuestra clase lo excluye, todos en general─prosiguió el que le había advertido, poniéndole una mano en el hombro─. Kusakabe no es una persona mentalmente estable, y aunque aparenta ser amable y dispuesto a simpatizar con cualquiera que le dirija la palabra, por dentro sus intenciones siguen siendo las mismas.
Una vez que la advertencia quedó hecha, Iris se mantuvo en su mismo lugar, sopesando la idea de Shinra golpeando a una chica y aparentando que en realidad era un chico bueno. Negó varias veces para sí misma, porque era sencillamente imposible; su compañero lucía realmente sincero cuando se disculpó por haberse expuesto al fuego aquel día, y cuando estudiaron juntos se mostraba honesto y actuando del todo avergonzado.
Su apariencia y modo de ser contrariaban demasiado a lo que esos dos chicos le dijeron, y que sólo por eso lo estuvieran excluyendo...
Había algo allí que no encajaba.
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