Ocho.

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"Creo que ya ha pasado la hora." dijo mirando el móvil.

"Oh Dios, pensaba que jamás llegaría. Me comería una vaca ahora mismo." me froté la zona del estómago.

"¿Quieres ir a comer por ahí? Invito yo." ofreció levantando las cejas y elevando sus comisuras.

"Suena muy amable, pero en casa como en ningún sitio, Adams." le guiñé el ojo y dejé el paño de limpiar en su sitio.

Me coloqué el abrigo, cogí la mochila de encima del pupitre y saqué el paquete de tabaco para guardarlo en el bolsillo.

Mientras, él sólo me observaba.

"Oh, una rebelde." sonrió con autosuficiencia. "¿Quieres rebelarte contra tus padres y usas esa mierda? Oh vamos, hay cosas menos perjudiciales."

Reí falsamente.

"No necesito rebelarme contra nadie, simplemente me relaja cuando estoy nerviosa."

"No me des explicaciones, no las necesito tranquila." levantó las manos, sin borrar la sonrisilla de la cara.

Bufé, no me gustaba fuera tan presuntuoso.

"Lo que sea." rodé los ojos y salí de allí.

Le tomé algo de ventaja para abandonar esa cárcel lo antes posible. Deslicé mi mano en el bolsillo del abrigo y me hice con el móvil.

Espere a que diera llamada.

"Hey." saludó.

"Zayn, dile a mi madre que llegaré en unos diez minutos, al fin se ha terminado la tortura."

Rió al otro lado.

"Si quieres te puedo dar conversación hasta que llegues aquí. No creo que haya mucha gente a esta hora para hablar."

Miré a mis lados mientras caminaba. "Pues no la verdad. ¿Qué había de comer?"

"Hamburguesas caseras."

"¿Caseras?" pregunté con cara de asco.

"Eso dijo ella, pero creo que sólo las ha calentado, sabían bien."

Reí a carcajadas. Mantuvimos la conversación hasta que alcancé la puerta de casa.

Llamé al timbre y me recibió con el móvil pegado a la oreja.

"Tengo que colgar, tengo una invitada." actuó.

"Oh, lo lamento, ya te llamaré otro día, saludos a la casa." le seguí la corriente.

Los pitados de llamada finalizada se hicieron notar y pasé dentro. Le di un breve abrazo a Zayn, antes de subir a dejar las cosas en la habitación.

Miré el calendario de la pared. Diez de enero. Sólo dos días para su cumpleaños.

Le tenía preparada una pequeña sorpresa que Niall me había ayudado a organizar.

Nuestra relación había mejorado notablemente, me hacía ilusión que tuviera un cumpleaños planeado lo mejor posible.

Me puse el pijama lo más rápido que pude y bajé a calentar la hamburguesa.

Una nota en el frigorífico llamó mi atención.

«Cariño, estoy en Manchester con la abuela, está ingresada. Nada grave, ya te contaré. Puede que llegue pasado mañana por la noche, o el viernes a la tarde, según evolucione su situación.

Con amor, mamá.

Pd: los pequeños estarán en casa de la tía Helene, en la ciudad también. »

You and I (Zayn Malik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora