[11] Tiempo congelado

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Shigeo pronto descubrió que a diferencia de ciudad pimienta, gran parte de la población en musutafu tenía habilidades especiales; quirks. Las clases de historia le habían ayudado a entender un poco sobre el lugar, pero esto no logró calmar su ansiedad, solo logró dirigirla a un lugar distinto; una sociedad dañada, no piedad, no disculpas, no redención y tampoco héroes.

—¿Cómo es el lugar de donde vienes?—  escuchó a su compañero preguntarle entusiasmado; Kaminari, que parecía ser el único que lo trataba como un ser humano.

—oh— tartamudó, mordiendo el pan que había entre sus manos— es...menos colorido que aquí, creo que es igual de caótico, pero no importa porque tengo al maestro Reigen y ayudamos a la gente.

—eso es genial, entonces ¿Eras un héroe incluso antes de llegar aquí?— Kaminari mordió su sandwich y Shigeo frunció las cejas ante la mención de la palabra, sacudiendo su cabeza de lado a lado.

-no, yo solo soy un estudiante de secundaria, el maestro Reigen me ayuda porque es un psíquico, como yo

-ah! Y que hay de tu mascota fantasma ¿Cuando me dejarás verlo?- Kaminari tomó su brazo, haciendo una mirada de cachorro en un intento de convencer al menor quien solo rió entre dientes

-dile que nunca y golpealo en la cara Mob- dijo el espíritu apretando el puño

-te hablará cuando esté listo- sonrió suavemente y Kaminari suspiró antes de dejar caer todo su peso en el costado de Mob.

Kaminari le recuerda a su hogar.

Tiene cierta extrañeza en su personalidad que parecía pertenecer en el suave caos de su ciudad, en sus túneles, bajo sus cielos grises, entre sus fantasmas.

Shigeo pensó en sus deseos de volver a su hogar, pensó en su hermano menor, en su madre, en Reigen, en Tsubomi, y por un momento se sintió solo.




Los días siguientes eran pacíficos, demasiado pacíficos para el gusto de Shigeo, quien pasaba demasiado tiempo pensando en voz alta en su hogar, ¿Podrá volver algún día? ¿Será igual que cuando lo dejé? ¿Estarán preocupados por mi? ¿Los estoy olvidando?

¿Los estaba olvidando?

Su memoria estaba borrosa, claro que podía recordar a su familia y a sus amigos, pero las características más pequeñas que eran parte de su vida parecían difuminarse en el fondo de sus nuevas memorias.

No podía recordar el nombre del restaurante donde cenaba con Reigen ni el camino que tomaba para ir a casa después de la escuela; en su lugar pensaba en las miradas atentas que recibía de su grupo y el extraño cuidado que el maestro Aizawa le ofrecía.

El mundo a su alrededor se sentía irreal, como si el tiempo no pasara y una rutina extraña se moviera dejándolo atrás.

Extrañaba a su hermano.




El menor de los Kageyama seguía dormido, perdido en un sueño largo y reconfortante que lo abrazaba como una cobija en invierno, sus músculos por fin relajados después de pasar tanto tiempo tensos y sus ojos finalmente cerrados tras un día lleno de miradas intimidantes defensivas y llanto desesperado.

—Ritsu—

—Ritsu despierta.

El pelinegro se talló los ojos, intentando despejar su mente del sueño que aún tapaba su visión y finalmente los abrió, inmediatamente buscando al dueño de la voz.

Bare feet [Bnha x mp100]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora