CAPITULO IV

25 3 0
                                    

El domingo por fin había llegado. Seokjin se levantó muy temprano y con todos los ánimos del mundo, ya que éste sería el día muy ansiado; saldría con Minhyuk y le confesaría su amor. Todo estaba planeado, solo faltaba que llegue Jimin, tal como habían quedado. Al cabo de un momento llegó conduciendo el coche de su padre, Minhyuk salió para recibirlo, lo hizo pasar a la sala anunciando a su tía, quien se presentó en seguida.

—Él es mi compañero Jimin, tía Sun —presentó.

Luego de conversar un rato, Jimin comunicó el motivo de su visita. Llevar a Minhyuk a casa; la señora Sun luego de escuchar dijo:

—Está bien, pero que no se tarde mucho en regresar.

Seokjin que estaba a la expectativa, al verlos salir fue a donde quedaron en encontrarse, luego de un momento apareció el coche con los dos muchachos, Jimin no vino con su novio como estaba previsto, ya que éste tuvo que salir fuera de la ciudad por motivos familiares.

Como todavía no se conocían, Minhyuk les presentó.

—Antes que nada, debo darte las gracias por todo —dijo él subiendo al auto.

—¿Y ahora, adónde los dejo palomitos? —preguntó, Jimin.

—¿Los dejo…? ¿No nos vas a acompañar? —dijo Minhyuk.

—No. Como comprenderás… Mi querido amigo, no puedo… —explicó Jimin, en breves palabras, disculpándose el no ir con ellos. No quiso ser un estorbo.

Esto era generoso de su parte, esto y todo lo que había hecho por ayudar a encontrar su amor, su futuro quizás.

El coche cruzó las calles hasta llegar al Yeouido Park donde suelen ir a distraerse en especial los fines de semana. Momentos después:

El sol era cadente, diríase que hoy estaba más generoso que nunca para brindar su calor, como tributo a aquel amor que recíprocamente sentían sin que hasta hoy se hubieran confesado, aunque a decir verdad no era necesario, los dos se correspondían, los dos se amaban, sin palabras sin nada todavía, pero se amaban; los dos lo sabían.

Ahora estaban juntos, muy juntos, al amparo de la sombra de un árbol.

—¿Sabes, Minhyuk?... No te imaginas cómo he esperado ansioso este momento.

—¿Sí…? —contestó él muy bajo.

—Sí, claro… —dijo Jin, mirándolo a los ojos, alcanzando sus manos para levantarlas y con ternura besarlas tierna y cuidadosamente, como si fuera a deshacerse al menor esfuerzo que hiciera al apretarlo entre las suyas.

—¿Jinnie, me amas?

—¡Minhyukkie, claro que te amo, es más, te necesito…! ¿Lo sabías? —respondió Jin.

—Sí, lo supe desde el primer instante… ¿Y tú?  

—Igual, lo supe y lo presentí desde el primer día en que te miré a los ojos, desde entonces no he hecho más que pensar en ti… Mis noches han sido odiosas, largas, muy largas, sin poder conciliar el sueño… Fue un amor a primera vista, fue un amor de esos que yo siempre he creído una farsa, pero que ahora me doy cuenta que el amor llega de cualquier forma, de cualquier manera, cuando uno menos lo piense, el amor es misterioso…

—¿Eso quiere decir que ya me consideras tu novio? ¿verdad?

—Y eso quiere decir que los aceptas, ¿sí? —dijo Jin.

—Jinnie, como habría de aceptarte ahora —contestó él.

—¿Y por qué? —preguntó desconcertado.

Nunca murió el amor 「 K. TH - K. SJ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora