Capítulo 9

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¿Se supone que ahora yo debo de quitarme la ropa para ella?, eso no. Me muero de frío, aunque traía una camiseta delgada debajo.

-- ¿Qué esperas? no voy a estar mucho tiempo en ropa interior, ¿dámela siiiiiiii?- empezó a saltar sentada en la cama, dónde eso se oyera debajo de la planta dónde estábamos tal vez pensarian mal.

-- Ya voy, ya voy- me lo saqué porque sabía que iba a hacer un berrinche si no le hacía caso, se lo lanze y le cayo en su cara, la verdad fue muy gracioso eso.

--Ehh Juliii, no veo nada, me quedé ciegaaa- dijo gritándome y yo solo me reía por qué te burlas de mii, no veooo- me acerqué a ella y se lo quité.

--¿Ya ves o no?- dije haciendo un gesto para que levantara las manos y así ponerle la ropa.

-- wow, ¿cómo me curaste?, ¡¿Eres Jesús?!- dijo tocando mi cara cómo niña chiquita

--Sí, si soy, me descubrirse- le puse mi camiseta, le quedaba algo ancha y le tapaba hasta los muslos, se le veían sus piernas y eran muy sexys, parecía una diosa, mi diosa.

-- Hey! Que me ves!, pervertida!, Sam en peligro Sam en peligro- se hizo para atrás, es demasiado graciosa en el estado que está.

-- Bueno como soy pervertida no voy a dormir contigo- dije haciendo unos pasos hacia atrás

--Nooo... - se paró y hizo que me volteara- Tu vienes conmigo - me tumbó a la cama y se puso arriba de mi pelvis Tú te quedas, eres mia Julieta.

Wow Claro que soy suya, tengo muy buenas vistas con ella arriba, puse mis manos en sus piernas y las aprete. Ella empezó a mover sus caderas cómo toda una profesional aunque no lo sea.

-- Mirame mi amor, dime algo- dijo pensando en alguna pregunta que me iba a hacer.

--Si... Dime- dije tragando en seco

-- ¿Alguna de esas chicas con las que has estado es cómo yo?- no entendía a donde iba con esa pregunta- Mira mi cuerpo, ¿se movían cómo yo?- Claro que nadie se movía como ella ni era como ella pero quería ver hasta dónde llegaba haciéndome esas preguntas - responde, ¿Alguna de esas perras tenían esto cómo yo?- se volteó y puso su culo en mí, se me antojaba tanto, lo tenía tan rico y grande.

--Claro que no chiquita nadie tiene este culito tan sabroso - dicho eso se volteó y se echo a mi lado

--Gracias ya estoy feliz, ahora si a dormir, ven conmigo y dame abrazo- se puso debajo de las sábanas y yo la seguí, nos quedamos dormidas casi al instante abrazadas y muy cerca.

Chiquita TraviesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora