Capítulo 11

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Entramos a la que sería nuestra habitación que era dónde estaba la sorpresa.

Relata Samantha:
Entramos a una habitación la cuál no había visto, tenía luces rojas y muchas velas en partes aleatorias del piso y estanterías, había un camino blanco específicamente con dirección a la cama.

Me tumbó con cuido a la cama y se puso arriba mío, nos mirábamos a los ojos

-- ¿Me permites hacerte el amor?- me dijo agarrando de la cintura para bajar lentamente por mis caderas y apretarlas para ponerme más cerca de ella.

-- Claro que si mi amor- le dije, tenía confianza en ella, sabía que iba a ser la mejor decisión de mi vida.

Nos juntamos más de lo que estábamos, pude sentir su vagina en la mía, sentía mucho calor justo allá abajo, empezó a besarme, eran lentos y apasionados, una mano la puso en uno de mis senos empezando a jugar con el, solté un pequeño gemido. Ya me estaba mojando y apenas habia empezado.
Dejó mi boca para bajar lentamente por mi cuello, dejando besos y suaves mordidas, ya estaba casi en mis pechos, tenía los pezones duros, quería que me los chupara.

-- Umm mi amor, que rico cuerpo tienes - dijo dando besos por mis clavículas y bajando hacía mis pechos sin hacer ningún roze a mis pezones. --Uy mi amor, están como me gustan- ahora si, chupo la punta de mi pezon izquierdo y le dio una leve mordida haciendo que suelte gemidos, hizo lo mismo con la otra y siguió su camino, bajo por mi abdome continuando con sus besos en el, llegó a mi pelvis, estaba muy mojada, no podía dejar de estarlo cada vez más.
Llegó, llego a mi vagina, le dio besos suaves a mis muslos y a las zonas Exteriores de mi parte íntima.

Relata Julieta:
Todo su cuerpo era perfecto, ella era perfecta y estaba a punto de probarla. Pase mi lengua lentame desde el inició hasta el final de su vagina, de su parte sólo podía escuchar gemidos y más gemidos, y empeze por lo bueno.
Con mis dedos le toqué su clítoris, le froté mientras le metía un poco mi lengua, ella sabía riquísimo, es lo mejor que e probado.

--Ay ay ah-hh amor que ri-rico- me gemía mucho y eso hacía que cada vez empezara a frotarle con más rapidez- Ay mi amor, me voy a- a.. - y pasó, se vino en mi lengua sin nisiera a verla desvirgado.- mi amor fue lo más rico que e sentido - me dijo calmando su respiración.

-- Ay mi niña, esto recién acaba de empezar- le dije frotando mis dedos en su entrada, y volviendo a frotar su clítoris de nuevo pero esta vez con mi lengua, hice eso por unos minutos hasta que se volviera a poner a un nivel muy alto de excitación, al ya estarlo no le iba a doler cuando le metiera mis dedos y lo hice, le metí un dedo lentamente, lo empeze a mover lentamente hasta que crea que este lista para dos dedos, vi que ella estaba esta mordiéndose el labio pero aún así se escapaban sus gemidos, creo que ya es momento de meterle dos, no le dolió para nada, ella solo gozaba más y más así que le metí el tercero y sentí cómo me apretaba y arañaba mi espada era tan rico, estuve metiendo y sacando mis dedos y pasando mi lengua por su clítoris. Se vino en mis dedos.
Estaba al parecer cansada, así que decidí comer algo liviano e irnos a dormir temprano.

Chiquita TraviesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora