El olor a café despertó a Soul al amanecer. Maka dormía sobre su pecho, serena y todavía desnuda, en una cama que no era la suya. Miró el despertador que reposaba sobre la mesita de noche, a su derecha. Eran las seis de la mañana. Entrecerró los ojos cuando se dio cuenta que el sol empezaba a filtrarse por la ventana. La cafeína volvió a llamarlo de nuevo, y apartó el nórdico que los cubría a ambos para levantarse de la cama con cuidado.
Maka seguía dormida cuando abandonó la habitación de puntillas, mientras se ponía varias prendas de ropa por el camino, para entrar en la cocina. La cafetera estaba programada para hacer el café de forma automática a esa hora, así que se sirvió una generosa taza, intentando hacer el menor ruido posible.
A eso lo llamo yo un despertar práctico y moderno, pensó, sonriendo de lado. Tengo que hacerme con uno de estos trastos.
Regresó a la habitación con la taza de café humeante en la mano, y se quedó mirando a la chica de cabellos rubios alborotados que dormitaba en la cama.
Había sido la mejor noche de su vida.
Y, mejor despertar que el del café, la verdad: viéndola a su lado.
¿Pero qué pasaría ahora? ¿Se iría cada cual a su apartamento para olvidar que se habían acostado juntos? ¿O empezarían a salir de manera formal después de eso? ¿Podría estar él con alguien así? Mejor dicho: ¿preparado para alguien como Maka? Se sentó en el hueco vacío, donde se suponía que debía estar él, durmiendo. La contempló, tan preciosa como cada vez que la veía, con varios mechones de pelo fino y suaves sobre la cara. Se acercó más y, con la mano libre, los apartó con delicadeza.
Sí. Podría. Y quería, con toda su alma.
Casi no podía esperar a que Maka despertase para hablar del asunto. ¿Qué pensaría ella? Acababa de dejar el trabajo, casi de zurrarle a su jefe por cómo le había tratado todos estos años, a ella y a su amiga, según le había contado durante la madrugada. Podían empezar una vida juntos, de cero, como quisieran, si le apetecía.
Trataba de soñar con que su vida por fin cambiaría, cuando el teléfono sonó. Era el fijo de Maka, en la sala de estar. Soul dio un brinco para incorporarse de la cama y separarse de ella, empezando a ponerse nervioso en el segundo tono. ¿Debería cogerlo y evitar que Maka despertara? ¿O quizás lo dejaba y esperaba a quién estuviese al otro lado de la línea desistiera? Al quinto tono no tuvo que preocuparse más: saltó el contestador. La voz grabada de Maka invitaba a dejar un mensaje y Soul suspiró aliviado.
Joder, por qué poco, se dijo. ¡Y vaya horitas de llamar!
Ella continuaba dormida y él se dispuso a taparla más con el nórdico que había movido sin querer en medio del sobresalto, sonriendo para sí, recordando que hacía tan sólo unas horas hubo demasiado fuego allí como para notar una pizca de frío. Luego, escuchó el sonido de una voz familiar llegó a sus oídos sin intención alguna, mientras dejaba su mensaje en el contestador en ese momento:
Oye, ¿estás despierta? Parece que no. Bueno, quería decirte que no he dejado de llamarte al móvil y no contestabas, así que aquí estoy. La presentación es hoy, ¡y de verdad que te necesito! En fin. Tú, piénsatelo. Sé que harás lo correcto. Por cierto... quizás me replantee las cosas, gracias a tu jueguecito del otro día en el despacho. Ya me entiendes.
¡Respuesta en menos de dos horas! Llámame.
Se quedó paralizado. ¿Maka tenía novio? ¿Salía con su jefe? La miró de nuevo con tristeza. ¿No le había dicho justo lo contrario? ¿Qué cojones pasaba ahí? Ya no le importaba el café que ardía en su mano, ni la noche tan estupenda que habían compartido. Ahora solo importaba aquella misteriosa llamada. ¿Por eso se le había abalanzado de esa manera? ¿Se habían peleado?

ESTÁS LEYENDO
Just Love
Fanfiction* Universo Alterno. * Posibles Out Of Character. * Fancfic corto. * Los personajes de Soul Eater son propiedad del gran Atsushi Ōkubo. * La historia de "Just Love" me pertenece. * Siempre por y para fans. Sin ánimo de lucro. * El Fanart no es de mi...