Navidad | parte uno

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25 de diciembre de 2018
Hace un poco más de dos años.

El día en el que Changbin y él tuvieron sexo por primera vez. Justamente después de 10 meses de relación. Increíble, ¿cierto? Mucho, demasiado tiempo para alguien tan vicioso sexualmente como Seungmin. Tal vez esos diez meses hubieran sido los más agonizantes de su vida, si no fuera porque Seungmin, mientras hablaba tiernamente con Changbin al teléfono sobre la belleza del amor, tenía la polla de uno de sus mejores amigos dentro suyo, para recibir de Hyunjin el placer que su novio nunca le había dado, y que en serio estaba necesitando.

Aquella supuesta "primera vez" había sido un completo desastre. Changbin, a decir verdad, era terrible en la cama. O tal vez no lo fuera tanto. Tal vez el problema era que Hyunjin es mucho mejor. Que la polla de Hyunjin medía unos cinco centímetros más. Que Hyunjin sabía susurrarle guarradas al oído y no ridiculeces románticas. Que Hyunjin sabía cómo ponerlo duro sólo con una mirada de lascivia. Que Hyunjin sabía hacer las expresiones más obscenas de este planeta solamente con una mamada y con eso nada más, superar a Changbin en cualquier aspecto.

Entonces sí. Tal vez hubiera sido eso: Hyunjin era mucho mejor.

—Min... Te tengo un regalo de Navidad algo... Especial... —había dicho Changbin aquel veinticinco de diciembre, con las mejillas rojas y una sonrisa nerviosa en los labios.

Y el regalo había sido aquella "primera vez". Sin dudas el peor regalo de Navidad de su maldita vida. Tuvo que fingir ser virgen. Tuvo que fingir disfrutar de aquel sexo. Tuvo que fingir querer aquel sexo. Tuvo que fingir aquel orgasmo. Y... Bueno, digamos que tuvo que fingir venirse, por el hecho de que se vio obligado a tocarse un poco a sí mismo para llegar a correrse, cuando Changbin ya lo había hecho mucho antes. Y resulta que Changbin si lo había disfrutado, porque Changbin era virgen. Changbin no sabía lo que era follar, joder y ser jodido, tan crudamente duro que terminaba a convertirse en una obsesión. Una droga. Una maldita droga a la que Seungmin era adicto.

—¿Te... Gustó... Minnie? —susurró Changbin con la respiración agitada y la frente sudada, posicionándose al lado de Seungmin en la cama, justo después de haberse corrido dentro suyo.

Seungmin no contestó. No era bueno mintiendo. Se levantó de la cama como si nada y se vistió. Estaba en casa de Changbin ese día. Su novio le había invitado a su departamento para pasar juntos, sólo ellos dos, la Navidad.

—Debo irme. —fijó secamente Seungmin, mientras terminaba de subirse la cremallera de sus vaqueros ajustados. —Es tarde y le prometí a mi familia que estaría en casa a las diez de la noche para celebrar juntos la Navidad.

Era mentira. Obviamente.

—Espera, ¿estás bien? —preguntó Changbin con un tono preocupado, sentándose sobre el colchón —¿No te duele nada? Por el sexo... Digo.

No, Changbin. No me duele nada. He aguantado pollas mayores.

La de Hyunjin, por ejemplo.

—Sí, un poco. —volvió a mentir. —Tal vez mañana no pueda ni caminar. —continuó mintiendo. —Y estoy algo pegajoso, me siento sucio. —bueno, eso sí era cierto. El semen de Changbin aún estaba atascado en su entrada y le incomodaba el movimiento. —Me daré una ducha cuando llegue a casa. Nos vemos, mi amor.

Dejó un suave beso sobre su frente, y se dirigió a la entrada. Bajó las escaleras del edificio y se detuvo en el portón, mirando la transitada calle frente a él. Tenía una sola cosa en mente: Recompensar el terrible sexo que había tenido antes con Changbin por uno mucho mejor. Uno que en serio valiera la pena.

—Hyunjin —dijo como saludo hacia el teléfono presionado contra su oreja.—, necesito que vengas a recogerme —hizo una pequeña pausa y sonrió con travesura mientras miraba hacia la ancha calle en movimiento. —Te tengo un buen regalo de Navidad.

More than Sex - Hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora