¿Amantes? ¿Ellos eran amantes?

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—¡Al fin! —exclama soltando un suspiro al vernos entrando por la puerta.

No luce sorprendido de verme con Lucas, como si lo hubiera anticipado.

¿Qué carajos hace en mi casa? ¿Qué ocurrió con el asesino? Bueno, por lo menos sigue vivo.

Lucas se aproxima hacia él, lo toma del cuello de su camisa y brama:

—¿¡Qué mierda es esa de qué mi padre mandó a asesinar a esos malditos policías!? ¿¡Porqué carajos nos fastidias!?

—Estás arrugando mi camisa y taladrándome la cabeza con tu histeria. —expresa Matthew fríamente sereno, sosteniéndole la mirada en tono desafiante. —¿Qué pasó con mi gran amigo el idiota que detestaba las rutinas? ¿Estará perdido en algún lugar miserable de tu interior?... pasemos a otro nivel porqué golpearnos como animales, ya me aburre.

—¿¡Te crees muy gracioso, jodido imbécil!?

Lucas tira de su agarre estampándolo contra la pared con furia e iba a propiciarle un brutal puñetazo cuando Matthew le rocía un spray en el rostro provocando que su cuerpo caiga al instante al suelo.

—Ups.

—¿¡Pero qué has hecho!? —exclamo escandalizada socorriendo a Lucas en el piso. No se mueve, está inerte a pesar de que le estoy sacudiendo el hombro. —¡Imbécil! —arremeto en contra de Matthew levándome del piso para empezar golpear su pecho como loca. —¿¡Qué le hiciste!?

—Medidas de seguridad, querida Dayi.

—¡Agh! ¡Te juro que...

—Tranquilízate. —sujeta mis muñecas con presión logrando que no pueda seguir golpeándolo. —Estará bien, sé lo que hago.

—¡Suéltame! ¿¡Qué carajos le hiciste!? —forcejeo intentando liberarme.

Me acorrala contra la pared extendiendo mis manos por encima de mi cabeza, fortalece su agarre en mis muñecas, coloca una pierna en medio de las mías, logrando inmovilizarme cuerpo a cuerpo.

—Estará bien. —precisa fijando su mirada sobre la mía. Mi pecho sube y baja iracunda. —Si no te contesté las llamadas fue precisamente para angustiarte y que terminaras contándoselo... Había que tener un plan B por si las cosas salían mal.

—¿Plan B?... ¡Te recuerdo que fue tu patética idea la de citarte con un matón! —le escupo en la cara por manipulador, maldito, calculador e insensible.

Su rostro se endurece y limpia mi saliva con su hombro.

—Agradece que eres mujer y que me agradas. —indica. Bueno... fue un impulso lo de escupirle pero tampoco voy a disculparme porque se lo merece. —Nos estamos metiendo con un corrupto millonario sin escrúpulos y muy poderoso, ¿Crees que es como sentarte en tu habitación y comer chocolates? ¿Qué pensaste qué pasaría al meternos en su alojamiento y descubrir tantas mierdas? ¿Qué las guardaría en mi cajón y listo? —bufa irritado. —Se trata de mucho más que la muerte de esos policías o de la de Jhon... no podía sencillamente citarme con un matón sin tener un plan de resguardo.

—¿Lucas es tu plan de resguardo?

—Es la única persona que le importa.

—¿Y eres capaz de dañarlo para herir o presionar a su padre? ¿Enserio Matthew? Porqué primero tendrás que matarme.

—No, no lo haría. Tan solo lo drogué y está inconsciente. —explica. —Pero su padre no sabe eso... una vez le clavé un cuchillo y puedo hacerle creer que volvería a hacerlo si las cosas se ponen difíciles.

Creído Zeus (completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora