Capitulo 3

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CAMILA POV

―¡Ay! ―Me froté la mancha en mi frente ahora adolorida por ser pinchada una y otra vez por un pequeño dedo.

―¡Mamá! ¡Mamá! ¡Despiértate! ¡Mira toda la lluvia! ―Lucy y Piper saltaban de arriba a abajo en mi cama como si fuera la mañana de Navidad. Desearía compartir su entusiasmo. Estaba acurrucada en mi cálido edredón, soñando con palmeras, playas de arena y las bebidas con sabor a fruta con pequeñas sombrillas en ellas. No tenía ganas de levantarme de la cama y comenzar el día, la lluvia, o mi madre. Sin embargo, el deber llama y mis niñas estaban pidiendo el desayuno. Me senté en la cama, me puse mis zapatillas y bata, y miré a mis dos ángeles mirando por la ventana de mi dormitorio, riendo sobre toda la lluvia.

―Vamos, ustedes dos, me muero de hambre.

Mientras me ocupé haciendo pan de mono, la comida favorita de las chicas, Alejandro las mantenía ocupadas jugando Candyland en la habitación familiar. Los ojos de mamá estaban pegados al televisor, no quería perderse la actualización más reciente de la tormenta. Un fuego ardía en la chimenea y aparte de que la casa estaba vacía de invitados, se sentía como un día normal.

Estaba de pie en el mostrador, mezclando la mantequilla derretida y la canela en un bol, cuando mi mamá vino a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.

―Te quiero, lo sabes, ¿verdad? ―preguntó.

―Lo hago. Yo también te quiero, mamá.

Me incliné y le besé la mejilla, sabiendo que era su manera de disculparse por lo de anoche. No discutíamos a menudo, y no puedo recordar un momento en que ella me hiciera llorar. En realidad no fue ella la que me hizo llorar, sin embargo; fueron más los recuerdos dolorosos de mi relación con Shawn y la duda de si alguna vez encontraría el hombre o mujer perfecto o perfecta para mí y las niñas.

De repente, se produjo un fuerte golpe en la puerta. Nos miramos la una a la otra, preguntándonos quién estaría fuera con este tiempo. Antes de que mamá pudiera incluso hacer un movimiento hacia la puerta... sonó otro fuerte golpe. Ella se apresuró a salir de la cocina, con Alejandro justo detrás de ella. Las chicas y yo nos quedamos atrás. Oí una conversación y unos minutos más tarde, mamá reapareció en la cocina con una bella pelirroja que parecía estar en sus primeros cuarenta años y una niña que supuse era aproximadamente de la misma edad que Piper y Lucy.

―Camila, esta es Catherine. Catherine, esta es mi hija, Camila. Esas son sus niñas, Piper y Lucy ―dijo ella, volviéndose hacia las chicas que ya estaban a su lado, ansiosas por conocer a su nueva amiga.

Me limpié las manos en un paño de cocina y fui a darme la mano con ella.

―Hola Catherine, encantada de conocerte. ―Le sonreí cálidamente.

―Encantada de conocerte también, Camila. Esta es mi hija, Jenna ―Envolvió su brazo alrededor de la niña tímida que se escondía detrás de ella―. Siento irrumpir aquí de esta manera. Conduje hasta donde pude, pero los caminos están empeorando por momentos, y el puente al final de la carretera está cerrado. No sabía qué otra cosa hacer.

Su voz se quebró mientras contenía las lágrimas.

―Oh, no hay problema. ―Mi madre corrió y puso su brazo alrededor de los hombros de Catherine―. Todos nuestros huéspedes se fueron temprano, así que hay mucho espacio. Además, Piper y Lucy estarán encantadas de tener a alguien más con quien jugar.

Con eso, Piper y Lucy tomaron de la mano a Jenna y la jalaron para unirse a su juego Candyland.

Hubo tres golpes más en la puerta ese día, todo el mundo diciendo lo mismo. Que los caminos estaban muy mal como para continuar y que estaban desesperados por un lugar para alojarse. Henry y Melissa, una pareja mayor dulce, fueron los primeros. La siguiente fue una valiente, linda chica recién salida de la universidad llamada Ashley, con la que pensé que podría llevarme bien por los próximos días, y por último llegó un grupo de hermanas de mediana edad llamadas Pat y Sue que estaban en su camino a un espectáculo de antigüedades en Wisconsin.

Room For You (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora