Capitulo 19

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CAMILA POV

―Deja de estresarte, vamos a estar bien. ―Mi madre sonrió tranquilizadoramente mientras envolvía sus brazos alrededor de mí en un fuerte abrazo―. Ve. Diviértete. Relájate.

Me conocía demasiado bien, a veces mejor de lo que me conocía a mí misma. Mi estómago estaba lleno de diminutos y pequeños nudos, cada uno representando algo diferente que podía salir mal durante las siguientes treinta y seis horas.

―Lo sé, mamá. Gracias... por todo.

Agarrando mi mejilla amorosamente con su mano, dijo:

―Por ti, cualquier cosa. Ahora date prisa, antes de que el tráfico se vuelva demasiado malo. ―Agarró la bolsa plástica del vestido que estaba en el armario del vestíbulo, y me la entregó―. No te olvides de esto.

Debido a mi falta total de sentido de la moda, Ally había pasado esa mañana haciéndome probar una docena de vestidos para la cena con Lauren. Ella y mi madre chillaban y reían más fuerte con cada vestido que me probaba, discutiendo cómo el azul hielo hacía que mi trasero se viera perfecto y el color salmón complementaba mi tono de piel. Me quedaba mirándolas como un ciervo frente a unos faros y me cambiaba cuando me decían que lo haga.

Obviamente, escogí el azul hielo.

Arrojé mi bolsa de lona en la parte trasera de mi jeep y colgué el vestido en un gancho.

Las mariposas se estrellaron contra mi caja torácica mientras salía del camino de entrada, saludando a los dos pequeños rostros sonrientes en el porche. No del todo lista, regresé por el camino, detuve mi jeep y me lancé al porche para un último beso.

Dios, voy a extrañarlas.

Mi teléfono sonó cuando di la vuelta hacia la carretera principal. Miré hacia abajo y vi que era un mensaje de Lauren. En lugar de escribir en respuesta, marqué su número.

―¡Hola! ―contestó el teléfono con entusiasmo.

―Hola, tú.

―Solo estaba comprobando para ver dónde estás. ¿Has salido ya?

―No, malas noticias. Tengo la gripe, no voy a ser capaz de ir.

Un pesado silencio colgó en el otro extremo de la línea, seguido por un suspiro.

―¿En serio? Eso en verdad apesta. ―Su tono desinflado me llenó de culpa... casi.

―No, en realidad no. ―Me reí―. Estoy en mi jeep, acabo de salir.

―Oh, piensas que eres graciosa, ¿verdad? ―Su voz se relajó de nuevo― Vas a pagar por eso... lo prometo.

Dos horas más tarde, finalmente me detuve en el aparcamiento subterráneo en el edificio de Lauren. Escribí el código que me dio en la pantalla digital de seguridad y las puertas de metal se abrieron. Detuve mi jeep en el espacio abierto al lado de su camioneta donde me había indicado y fui a la parte de atrás para agarrar mi bolso.

―Lindo trasero.

Girando, mis ojos se posaron en Lauren apoyada contra un pilar de hormigón, con los brazos cruzados sobre su pecho con una sonrisa sugerente en su rostro. La miré de arriba abajo, de pies a cabeza, notando cada centímetro sexy. Llevaba una camiseta de las Wild que abrazaba sus fuertes bíceps y hacía que sus ojos se vieran muy intensos. Los rizos sueltos se asomaban por debajo de la gorra de béisbol que estaba usando hacia atrás, como de costumbre. Casi se me olvidaba lo ridículamente guapa que era, y me estaba sonriendo, a mí.

―Hola ―le respondí con timidez, no muy acostumbrada a sus cumplidos todavía.

Sin perder tiempo, se acercó y envolvió sus brazos apretados alrededor de mí, levantándome del piso. Todo mi cuerpo se estremeció mientras la apretaba de vuelta igual de duro.

Room For You (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora